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"Utilizo la capacidad creadora del ser humano para rediseñar su historia": Florencia Buenaventura

El 13 de febrero se inaugura en Proartes la exposición ‘En blanco y rojo’, un compendio de dibujos hechos por niños que han sufrido la violencia en carne propia. Su gestora, Florencia Buenaventura, cuenta de qué se trata.

12 de febrero de 2013 Por: Redacción GACETA

El 13 de febrero se inaugura en Proartes la exposición ‘En blanco y rojo’, un compendio de dibujos hechos por niños que han sufrido la violencia en carne propia. Su gestora, Florencia Buenaventura, cuenta de qué se trata.

¿En qué momento descubre en el arte una herramienta para su trabajo de intervención social? Como psicoterapeuta utilizo la capacidad creadora que todo ser humano tiene para rediseñar su historia, ver las problemáticas planteadas desde diferentes perspectivas que permitirán enfrentarlas de manera flexible, verlas y sentirlas desde un espacio que se encuentra entre la realidad exterior y el mundo interior. En ese acto transformador el consultante encontrará por si solo la interpretación correcta de su conflicto, dándole un símbolo o palabra a su nueva realidad, que será en ese instante su obra y el principio de un proceso para lograr poner en marcha los mecanismos de reparación.¿Cómo surge la idea de publicar ‘En blanco y rojo’, un libro bello pero a la vez sobrecogedor, que retrata la violencia en Colombia?Tal vez no es una idea, es un sentimiento combinado con conocimiento lo que me llevó a construir un escenario donde esos niños desplazados contaran sus recuerdos.¿Cuáles son los símbolos más recurrentes en los niños que han sido víctimas de la violencia? La extensión de los brazos pintados como armas, como si las manos tuvieran cañones. Las casas parecen tener rostro, vida, lloran y hablan. La simulación de las balas lanzadas como si fueran pelotas. La iglesia y el colegio como recuerdos gratos. Por fortuna no faltan la flor, las montañas y el árbol... Los recuerdos de los niños estremecen: “Me acuerdo de la cancha del colegio y de la pistola”, dice Ana; “Me acuerdo de mi casa y de unos señores matándose”, dice Mario. ¿Cómo les sirve a ellos recordar y pintar?La creación no es producto de un solo plano del pensamiento racional, sino que el acto creativo es producto de una actividad mental en el que operan los dos mundos: el de la objetividad y el de la fantasía. La creación es entonces un medio para reconstruir una imagen interna de una experiencia. Las obras artísticas vendrían siendo la representación de nuevos arquetipos y nuevos símbolos de la exteriorización de lo incomunicable que les va a permitir construir Y rediseñar caminos que le van a dar un nuevo sentido a las experiencias vividas. Usted habla de dos tipos de violencia: la generada por los agentes externos a las familias y la generada al interior de la misma. ¿El arte como terapia funciona bien en ambos casos?Hay que tener en cuenta que esta herramienta es parte de un proceso sistémico que integra varios factores de riesgo que obligan a hacer intervención en todos los sistemas: social, emocional, político, económico y cultural. Y claro, el arte puede ser un recurso tanto en situaciones creadas por disfunciones familiares donde se convive con violencia e igualmente para la violencia que proviene de situaciones externas en las que se termina creando un circuito donde la familia, sus integrantes y entorno presentan dificultades para resolver de manera creativa y novedosa sus conflictos interpersonales.¿Qué fue lo más duro y lo más gratificante de este trabajo?El niño muchas veces no puede saber qué acontecimientos son puramente fantásticos y no sabe si sentirse divertido o asustado, esa es tal vez la parte más dura, que un niño crezca creyendo que esa es la realidad. Lo mejor es la belleza dura y cruel de las imágenes creadas por ellos.

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