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Todo está listo para el Festival Mono Núñez que arranca este 29 de mayo

El director de Funmúsica se tomó un café con nosotros y contó detalles de lo que traerá el Festival de Música Andina Mono Núñez que en 2014 celebra 40 años de bambucos y pasillos. La fiesta en Ginebra arranca este 29 de mayo.

20 de abril de 2014 Por: Redacción de GACETA

El director de Funmúsica se tomó un café con nosotros y contó detalles de lo que traerá el Festival de Música Andina Mono Núñez que en 2014 celebra 40 años de bambucos y pasillos. La fiesta en Ginebra arranca este 29 de mayo.

Este año el 'Mono' celebra 40 años... ¿Cómo será la fiesta? Por todo lo alto. Nos acompañará Marta Gómez, cantante colombiana que vive en Barcelona. También la Banda Sinfónica Departamental que estará junto a María Isabel Saavedra; y Beatriz Arellano, que estará en el Parque de la Música. Vienen varios grupos internacionales. ¿Qué significa el que este festival complete ya cuatro décadas?Estamos claros en que la música que promovemos no es la más comercial. Suele pasar con las músicas más elaboradas y hermosas: no son las más populares porque requieren más estudio y ensayo. Pero cuando encuentro gente que verdaderamente conoce la tradición colombiana, entiendo que el trabajo del Festival se está haciendo bien. Algunos creen erróneamente que la música colombiana sigue siendo un asunto de viejitos...Es verdad. Pero lo que uno ve en los conservatorios es que los jóvenes la han asumido como un desafío. Es muy rico cuando un joven reconoce una canción y dice tenerle cariño porque la escuchó gracias a sus papás o sus abuelos. Es la mejor demostración del arraigo tan profundo que aún tiene nuestra música.Justamente en Ginebra, Funmúsica apoya una escuela que les enseña lutería a los jóvenes...Esa escuela nació hace más de 20 años. A los niños más talentosos se les busca en las escuelas desde pequeños. El fin es la música como lúdica. Y no ha sido difícil: Ginebra siempre ha tenido una tradición muy ‘afinada’. Este año habrá espacio para composiciones andinas olvidadas. Todo un viaje a la memoria...En la junta directiva de Funmúsica notamos que muchos músicos dejaron dos o cuatro composiciones lindísimas, entre finales del Siglo XIX y principios del XX. Hicimos la búsqueda en archivos y con coleccionistas y llegamos a 90 canciones, pero el homenaje final solo será para 14. Nos llamó la atención en esa búsqueda que aparecían frecuentemente interpretaciones del Trío Calima, integrado por ‘Toño’ Saavedra, Alonso Ángel y Gerardo de Francisco. Hallamos piezas bellas como ‘Canciones y amoríos’ que Gerardo dice haber conocido hace más de 60 años. Y yo, la verdad, no he encontrado una grabación diferente a la del Trío Calima. ¿Qué se consideró al momento de dejar las canciones finales?Varias cosas. Especialmente la letra. Que no agreda a la mujer o que no fueran demasiado simples. Buscábamos calidad literaria. No me explico por qué muchas de esas canciones no fueron interpretadas en el tiempo y se fueron quedando por ahí. Creo que las disqueras han sido muy facilistas y eso hace que el Dueto de Antaño, el Dueto Ensueños, Garzón y Collazos, se quedaran alrededor de las mismas obras: Pueblito Viejo y Los Guaduales. No se aventuraban con nuevas canciones. El cancionero de la música andina colombiana no pasa de 80 clásicos, cuando es muchísimo más rico. ¿Y eso se refleja en el cancionero mismo del Festival Mono Núñez? Sí, claro. La juventud está componiendo muy bello, de manera más moderna, claro. Pero hay menos exigencia en la rima y la métrica. Ahora son poemas en prosa. Y esos jóvenes tampoco se asoman a las viejas composiciones. A comienzos de este año, Funmúsica habló de una crisis en las canciones inéditas. De hecho, en el pasado Festival, la categoría fue declarada desierta...Lo que pasa es que muchos compositores de ahora son poetas a su manera. Escriben bien, sí, pero hay unos parámetros en los pasillos y los bambucos que no están siendo tenidos en cuenta. Tras la decisión del jurado, que el año pasado declaró la categoría desierta, se hizo un foro con muchos de los compositores que habían enviado sus obras. Se llamó ‘La canción colombiana en el Siglo XXI’. Convocamos a jóvenes y a veteranos maestros para discutir el tema. Este año intentaremos abrirnos en ese sentido, redefinir términos y marcos conceptuales y crear más categorías en cuanto a la composición. Puede pasar también que después de ese ‘cimbronazo’, los autores también sientan necesario volver a la tradición.¿La calidad de las composiciones preocupa solo en las letras o también en la música?El autor debe cuidar el lenguaje y la música. Porque hoy tú encuentras un software que ayuda a componer, cuando antes un maestro se sentaba a escribir por horas hasta dar con una nota. Quisiéramos que componer fuera más inspiración que un oficio que se ejecuta a través de un computador, en el que te sientas a hacer 15 o 20 canciones en el año para poder participar en muchos festivales.¿Sigue tan fuerte la figura del 'Mono' Núñez?Muchísimo. El ‘Mono’ fue un hombre que hizo música andina colombiana desde su niñez, con una altísima calidad. Y ese ejemplo ha perdurado en muchas generaciones.

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