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Terminó la polémica en el Salón de Artistas

En la reunión concertada por el Ministerio de Cultura entre curadores y artistas, el pasado martes, se llegó a varios acuerdos.

23 de julio de 2015 Por: Redacción de El País

En la reunión concertada por el Ministerio de Cultura entre curadores y artistas, el pasado martes, se llegó a varios acuerdos.

La polémica que ha suscitado la exposición ‘Las cosas en sí’, que se encuentra en el Museo La Tertulia, no se detiene. 

La polémica exposición, rechazada por artistas y criticada por curadores experimentados,  hace  parte de las actividades de ‘Reuniendo Luciérnagas’ (curaduría del Salón Regional de Artistas Zona Pacífico).

Las discordias hicieron necesaria una reunión entre  los artistas y los curadores Herlyng Ferla y Riccardo Giacconi,  con la presencia de delegados del Ministerio de Cultura.

Ferla asegura que en la más reciente reunión que sostuvieron las partes  llegaron a un acuerdo con los artistas de presentar un comunicado público  en el que explicarían su manera de proceder con las obras y los expositores. 

“Reconocemos que hubo un bache en la comunicación al momento del montaje, en relación con  las obras de los cuatro expositores de las zonas de Popayán y del Cauca, fue en el trayecto que  la comunicación se cortó”, admitió.  

“Se aceptaron las sugerencias de montaje de los artistas y llegamos a una negociación. Con uno de ellos se decidió cambiar una de sus piezas de arte a una dimensión más pequeña”, agregó.

Sin embargo, Sandra Patricia Navia, una de las artistas de Popayán y maestra de varios de los expositores, asegura que si decidieron dejar las obras en La Tertulia fue “por darle un último voto de confianza al Museo y no a los curadores”.

Añade: “Pero ellos tendrán que pagar la indemnización del seguro de las obras que dañaron, las de Leonardo (Amador) y Richard (Bravo), que resultaron más afectadas, porque lo de Natalia  (Pipicano) y lo mío fue más un mal montaje. Además deberán hacer una disculpa pública por presentar la obra de una manera que no corresponde a nuestras investigaciones”. 

Incluso aseguró que la sala de La Tertulia estará cerrada, mientras  peritos se cercioran de los daños de las  obras  a reparar. Y es enfática al afirmar que si los curadores no hacen pública su disculpa en un tiempo prudencial, los artistas de Popayán viajarán a Cali, recogerán sus obras y se marcharán.

Sandra Patricia consideró que  “hay problemas de museografía graves. Pero lo más preocupante es la actitud de los artistas de Cali. Pareciera que no les enseñaran a trabajar en equipo, con respeto mutuo y ética. Les parece natural que les desmembren las piezas”. 

La artista dijo que la obra más afectada es la de Richard Bravo, a la que “tuvieron que echarle cuchilla y lija para quitarle la pintura y rasparla, arrancándole grandes pedazos de madera   hasta dejarla  de color natural. El viernes, en una reunión a puerta cerrada, los curadores explicaron que habían llegado a un acuerdo con el artista de envejecer el marco, pero no dejaron que él hiciera el proceso y lo que hicieron fue despintar. Confundieron envejecer con despintar”. 

El martes, durante una nueva reunión, explica Sandra, no hizo declaraciones, porque en  el espacio que se propició el viernes vieron que “el Ministerio apoya a los curadores, no a los artistas. Y los curadores están conscientes de que la embarraron y que es mejor llegar a una conciliación que terminar en algo tan escandaloso en términos legales”. 

Por su parte, Carolina Ponce de León,  del Ministerio de Cultura, consultada por El País, dijo que ella no puede dar declaraciones, “que los encargados de darlas sobre los acuerdos deben ser los curadores y los artistas, debido a que la función del Ministerio simplemente fue de acompañamiento y establecer los espacios para que se pudieran encontrar”. 

El curador Herlyng Ferla, por su lado, afirmó: “Queríamos que el público tuviera una relación diferente con las obras, que no estuviera mediada por un discurso. Nos parecía importante que se presentara un guion vacío que pudiera ser llevado por el público, para plantear nuevas relaciones entre los artistas y las obras”.

Ferla cree  que es natural que  se generen críticas “en un Salón Regional de Artistas  en el que está de por medio una beca a la que aplica mucha gente. Y  la gente suele asociar el Salón  con antiguos modelos de presentarlo, lo toman como una vitrina de nuevos talentos en la que se exhiben obras geniales de la región.  En dicho modelo hay  que hacer una investigación cercana en los talleres de los artistas. Pero en esta oportunidad este modelo cambió. Esto es más un proyecto de curaduría”. 

Insiste en que su propósito era “producir un Salón Regional  que le diera la vuelta a esta idea y enfatizar en el carácter de lo colectivo, en cuanto a la forma de mostrar las piezas. Aquí no se trataba de mostrar inpidualidades”. 

Y continúa: “Algunos consideraron grotesco  que combináramos obras producidas por artistas hace tiempo, para nosotros esto es un  prólogo a todo el salón que dura hasta el 30 de agosto”.

Los curadores y artistas...

Herlyng Ferla se describe como un artista que ha tenido exposiciones individuales en la galería de Jenny Vilá, en el pabellón Arte-Cámara y ha abierto la feria ArtBo en dos ocasiones. Además ha sido merecedor de Bloc, Becas Locales de Creación. Expuso en la Bienal de Bolivia y en la de la Habana, en Mercosur y tiene un colectivo conformado con Mónica Restrepo, Erikca Flórez y Hernán Barón.  Conoció a Riccardo Giacconi cuando el artista llegó a Lugar a Dudas. “Venía de una residencia en la Universidad Nacional. Yo tenía deseos de hacer un Salón Nacional y la necesidad de pensar la colectividad. Ricardo fue seleccionado por convocatoria para exponer en la Vitrina de Lugar a Dudas. Conversamos sobre Cali y le propuse que construyéramos esta propuesta”.

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