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Talentos musicales que tienen a Palmira en 'crescendo'

Algunos le llaman vocación innata. Otros dicen que la clave está en la disciplina y en todos la perseverancia ha sido una constante. Un saxofonista, un trombonista, un pianista, una docente de técnica vocal y un director de orquestas de la región cuentan sus historias a propósito del Día del Músico.

30 de noviembre de 2012 Por: Vivian Jaramillo O. | Reportera de PalmiraHoy

Algunos le llaman vocación innata. Otros dicen que la clave está en la disciplina y en todos la perseverancia ha sido una constante. Un saxofonista, un trombonista, un pianista, una docente de técnica vocal y un director de orquestas de la región cuentan sus historias a propósito del Día del Músico.

El dueño del saxofón Ritmos como la cumbia, el porro y el mapalé recorren cada vena de uno de los mejores saxofonistas que tiene la Villa de las Palmas.Su nombre es Ariel Correa Caicedo, quien desde muy niño se dejó seducir por los instrumentos de viento.Cuando cursaba octavo en el Colegio Cárdenas, ingresó a la banda filarmónica, donde se enamoró del saxofón. Hace más de tres décadas toca este instrumento, con el que recrea los ritmos colombianos.Sin embargo, su versatilidad también lo ha convertido en docente, arreglista, productor y chef.“Me gusta moverme en todo lo relacionado con la música. Una de las cosas fuertes que tengo es mi grupo ‘Plan A’, de música tropical, jazz, boleros y baladas, además de los conciertos de saxofón que hago, porque gracias a Dios me llaman mucho para eso”, expresa Ariel.‘Plan A’ fue creado hace ocho años con el objetivo de ser la primera opción en cualquier rumba y ya le ha merecido reconocimientos a nivel regional y nacional a su creador.“Cada canción para mí es como un cuadro que voy pintando”, así describe este padre de dos hijos sus composiciones musicales. “Suelo hacer muchos jingles que a veces no dan tiempo de sentarse a pensar, pero el solo hecho de tener la guitarra o el saxofón hace que inmediatamente la inspiración se active”, cuenta.Ariel es la muestra fiel de que el talento nace con la persona y se desarrolla con las oportunidades.“He tenido una vida de bendición y no me gusta participar en concursos. Para mí el mayor reconocimiento son los aplausos, el cariño de los niños a quienes les enseño e incluso un artículo de prensa”, manifiesta mientras dirige a un grupo de niños coristas que brindará un concierto el próximo mes en Comfandi.La Mezosoprano de PalmiraCerca de 65 estudiantes llegan cada semana a la Casa de la Cultura Ricardo Nieto para perfeccionar su técnica vocal con la ayuda de la que ellos llaman la maestra de la voz. Mariela Valderrama no busca protagonismo ni ser el centro de atención. Sin embargo, su potente voz la obliga a salir del anonimato. Bajo su cargo de mezosoprano, se ha convertido en una de las mejores docentes de técnica vocal de la Villa de las Palmas.No es para menos, pues su formación estuvo cargada de clases personalizadas con músicos de la calidad de Arcadia Sadaña, Violeta Orr y Alfonso Valdiri.Pero para ella lo más importante es transmitir el conocimiento a otros, no quedarse con él ni ser egoísta. “Aprendí la música gracias a mis abuelos y mis padres que, aunque fueron empíricos, me transmitieron buenas enseñanzas que hoy están reflejadas en mi quehacer”, dice. Desde los 9 años de edad Mariela descubrió que tenía talento para cantar, por eso hizo parte del Ministerio de Música de la primera Iglesia Bautista de Palmira, de la cual actualmente es la directora del coro. También hacía parte de todas las presentaciones organizaban en su colegio. Su formación musical la hizo en el Instituto de Bellas Artes y el Conversatorio de Cali.Para esta palmirana lo más bonito de la música es que sus tres hijos también la llevan en su sangre.El mayor, José Luis Cuéllar, es un destacado pianista en Estados Unidos. “Es una tradición que ha venido surgiendo en la familia y a José Luis, por ejemplo, le va muy bien tocando el piano”, revela la bella mujer mientras sigue instruyendo a cinco estudiantes.El de 'La misma gente'Luis Eduardo Valdez, quien integró la orquesta ‘La misma gente’ en los años 90, es hoy el director musical de Afroetnia, un grupo palmirano conformado por once muchachos que llevan las raíces patrióticas en la sangre. Este hijo de la Villa de las Palmas, de 54 años de edad, viene de una familia percursionista que le inculcó el amor por la música.Ha hecho parte de a grupaciones como El Caney, Orquesta Dimensión Colombia, Tropivalle y Sabrosura de Cartago. “A parte de dirigir Afroetnia, también compongo y soy arreglista musical. En mis composiciones trato de que la gente se lleve un mensaje de los problemas sociales y las experiencias propias, pero siempre con el objetivo de dar una enseñanza”.Uno de los sueños de Luis Eduardo es poder participar en el Petronito, meta que ya comenzó a arañar, puesto que está preparando seis niños para ese evento.Sin embargo, su mayor anhelo es implementar la percusión folclórica y que Palmira tenga una mejor representación en los distintos eventos musicales.“Mi interés como artista es dar a los jóvenes un ejemplo de música. La semilla hay que regarla, porque nosotros estamos de paso y Palmira necesita artistas que la representen”, expresa quien para el 2013 espera lanzar su tercera grabación, titulada ‘Yo también tengo raíces’.“Si volviera a nacer, volvería a hacer música”, expresa para resaltar que lo más importante para quienes están empezando es que lo hagan con amor y que estudien para que lleguen a ser verdaderos profesionales.Dedos mágicosPodría pasar horas sentado frente a su piano sin darse cuenta de que los minutos avanzan, porque su pasión por ese instrumento lo invade por completo. Así describe Óscar Mora Morales sus momentos de tranquilidad con su mejor ‘amigo’.“Mi amor por la música empezó cuando tenía 5 años de edad. Sin saber que era una flauta y para qué servía, empecé a tocarla y me dí cuenta de que al tapar los huequitos salían sonidos diferentes, fue algo mágico”, recuerda.Ese amor lo llevó a sentir que era a eso a lo que quería dedicarse por el resto de su vida.Estando en el colegio, en el municipio de Florida, ingresó a una tuna cuyo profesor Pedro Rodríguez le enseñó los primeros pinos. “Del colegio pasé al grupo del barrio, y luego al del municipio, hasta que con unos amigos formamos el grupo cinergia, donde empecé profesionalmente”. En la actualidad es el director musical del grupo de Luisito Muñoz.No obstante, otra de las facetas de este hombre de poca rumba, casado y con dos hijos, es la docencia.En sus ratos libres, que como dice él son pocos, intenta compartir con su familia yendo a cine o comiéndose una hamburguesa en Mc Donalds. Uno de sus mejores momentos fue cuando ganó el concurso de música iberoamericana, puesto que el premio fue el estreno mundial de un concierto de piano con la orquesta del maestro Mario Gómez, pianista colombo chileno que, sin duda, le imprimió más reconocimientos a su hoja de vida.'Cuero na'má'El sonido de los instrumentos que se tocaban en la banda marcial de su colegio despertó en Álvaro José Paredes su interés por la música. En Cerrito, donde reside, es un ‘duro’ como trombonista y percusionista.Y por su talento ya se ha hecho conocer en diferentes orquestas como ‘Los Safiros de Colombia’, de Cerrito, y ‘Sombra alterna’, de Cali.“La música me ha dado muy buenos momentos. He recibido clases de grandes de la percusión de la Orquesta Guayacán, pero lo más importante es el reconocimiento que se va adquiriendo cuando se es bueno en lo que se hace”, asegura a sus 26 años de edad.Actualmente estudia música en la Universidad del Valle, ya que ha adquirido muchos conocimientos de manera empírica, reconoce que debe perfeccionarse si quiere llegar muy alto. Por eso, decidió dejar de lado aficiones como salir a rumbear, aunque si disfruta un buen cine o una buena comida.“Siempre estoy rodeado de música, es algo que me abarca mucho. Además, ayuda a relajar, despejar la mente y encontrar la inspiración, en ella encuentro todo”, expresa.Álvaro cuenta que hace dos años participó en el Festival de las Flores, en Medellín, con la banda ‘Constructores del arte’, recibiendo buenas críticas.Para este cerriteño que trabaja para lograr su sueño de ser un reconocido percusionista, el éxito está en la disciplina y sin duda el apoyo de su familia para lograr el cometido es un motivo más para él seguir tras ese sueño.

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