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Sólo tengo la ropa que me pongo y siempre me gusta rotarla: Silvia Tcherassi

La diseñadora Silvia Tcherassi habla de sus gustos, su fe en Dios y el ritual antes de sacar una colección a pasarela.

25 de septiembre de 2011 Por: Alda Mera

La diseñadora Silvia Tcherassi habla de sus gustos, su fe en Dios y el ritual antes de sacar una colección a pasarela.

¿Su amistad con la crítica de moda española Lola Gavarrón le ayudó a abrir puertas en Europa?Conocí a Lola en Medellín y luego de ver mi colección, me dijo que tenía mucho futuro. Ella ha sido una confidente y compañera en este proceso. Ha compartido y disfrutado cada etapa, como cuando los organizadores del Milano Moda Donna me invitaron a presentar mi colección, después de someterla a su consideración. Fue muy importante porque el comité lo integraban representantes de casas de moda italiana, como Fendi. Y luego me acompañó a París. Más que abrir puertas, Lola me ha acompañado a atravesarlas. ¿Habrá más hoteles?Estamos estudiando varios destinos. Lo que sí te puedo decir es que no va a ser un ‘clon’ del de Cartagena. Cada proyecto tiene que integrarse y dialogar con su entorno y como en cada colección de moda, debe tener su aproximación especial.¿Y el perfume Silvia Tcherassi?Con el proyecto del hotel empecé a involucrarme en el universo de los aromas y así nació una fragancia para la casa con notas de jengibre y naranja que ha sido tan aclamada, que acaba de salir en la revista Vogue de EE.UU. Me gustaría diseñar una fragancia y ya he pensado en sus notas y en su empaque. ¿Cuál es su ritual antes de salir una colección suya a pasarela?Trabajo mucho antes en el ‘casting’, en el ‘styling’ y en el ‘fitting’ (prueba de tallaje) para garantizar que todo salga bien… aunque siempre hago cambios de última hora –en mis desfiles nunca encontrarán un programa–, pero desde que sale el primer look descanso porque sé que todo marchará bien.No siempre. Como cuando Camila Barreneche se cayó en su desfile de la Semana de la Moda en Milán en 2003...Más que una caída fue un pequeño tropiezo y no sólo le ha pasado a ella, sino a top models como Naomi Campbell, que sí se cayó por completo. Son gajes del oficio simplemente y así hay que verlos.Tener a la top model AJ Tominaga, que cobraba US$15.000 de la época por desfile, ¿es uno de sus lujos?He tenido a muchas top models en pasarela: AJ Tominaga, Madeleine Blomberg, Noor Sear, hasta Elettra Wiedemann –hija de Isabella Rossellini y nieta de Ingrid Bergman– quien debutó como modelo de pasarela en mi segundo desfile en Milán. No es tanto un tema de precios de ellas, sino de la buena negociación que puedas hacer con la agencia que las representa.El vestido que diseñó para la Señorita Huila 2009, fue criticado por recargado, algo que no va con su estilo...No soy una diseñadora de reinas, ese es un arte que tiene sus expertos. Cuando Mayra Alejandra (Roa) me pidió un traje de coronación, pensé que ella era una mujer moderna, internacional y sofisticada y el vestido debería reflejar sus atributos y su personalidad. Fue un modelo bellísimo que se creó con telas de alta costura en el atelier de Miami. Como ocurre en eventos así, todo se presta para comentarios y críticas… pero entiendo, es un certamen de belleza y no un fashion show, donde las prendas son juzgadas con otros criterios. ¿Alguna colección no la satisfizo tanto?Cuando acabo una colección siempre estoy pensando en la próxima, no me gusta mirar hacia atrás. Cada colección es parte de un engranaje, una sirve de punto de partida para otra. Además, mi moda está en constante evolución pero siendo fiel a mi estilo, y desde las primeras a las últimas puedes ver cierta coherencia o factor que las identifica y eso es lo más importante porque es lo que da identidad. ¿Tiene mucha o poca ropa en su clóset?Sólo tengo la ropa que me pongo y siempre me gusta rotarla. Mi clóset está organizado por colores y en ‘racks’ como si se tratara de una de mis boutiques. Me gusta armar ‘lookbooks’ utilizando fotografías y eso me ayuda mucho a saber qué ponerme. ¿Cuántos zapatos y carteras tiene?Menos de los que piensan y más de los que necesito.¿A todos en casa les dice qué deben ponerse o ellos le piden su opinión?Respeto el estilo individual de cada uno, pero claro, todos se terminan rigiendo por unos códigos invisibles que poco a poco se van estableciendo y que constituyen una estética. Mi mamá es una mujer elegante por naturaleza, entonces a ella no le doy consejos, sino que disfruto mucho salir de compras con ella. ¿Qué consejo le da a su hija Sofía, que desea seguir sus pasos de diseñadora?Que busque su propio lenguaje, su identidad y estilo propio, eso es lo más importante para un diseñador o profesional en cualquier disciplina creativa. También le digo que tome el camino que quiera y que su familia está para apoyarla. En 1996 usted mencionó como a los peor vestidos al Tino Asprilla y a Édgar Perea, y a los mejor vestidos a Julio Mario Santodomingo y a Andrés Pastrana. ¿A quiénes mencionaría hoy?Esa misión le corresponde a Nina García en la edición anual de Cromos dedicada a los mejor y peor vestidos…¿Cómo es su relación con Dios?Soy una mujer creyente que ha sido bendecida con un talento que he tratado de aprovechar generando alegrías, emociones, momentos inolvidables, empleo y divisas, porque creo que si Dios me dio un talento toca compartirlo y buscar que los otros se beneficien de él.Con tanto logro, ¿qué le falta por hacer?Seguir trabajando para que mi marca permanezca en el tiempo y siga siendo relevante.

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