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'Siempreviva', la producción con sello caleño que se estrena el 1 de octubre

A partir del 1 de octubre estará en las salas de cine ‘Siempreviva’, una producción con sello caleño que cuenta la historia de una de las desaparecidas de la toma del Palacio de Justicia hace treinta años.

27 de septiembre de 2015 Por: Redacción de El País

A partir del 1 de octubre estará en las salas de cine ‘Siempreviva’, una producción con sello caleño que cuenta la historia de una de las desaparecidas de la toma del Palacio de Justicia hace treinta años.

El próximo 6 de noviembre se conmemorán 30 años de la toma del Palacio de Justicia en Bogotá, uno de los sucesos más violentos de la historia moderna del país. 

Fueron  27 horas de combate entre guerrilleros del M19,  la Policía Nacional y el Ejército Colombiano,  que dejaron  un saldo de 98 muertos y  11 personas   que jamás regresaron a sus hogares, por lo cual fueron consideradas como desaparecidas.

Una historia se puede contar desde millones de ángulos. Algunos buscan  victimizar o vulgarizar;   otros son fieles, veraces  a los hechos, casi de archivo; y otros  pocos son íntimos, leales, descarnados.

 Así, íntima,  es la narración de la película Siempreviva, inspirada en la historia real de una joven abogada que desapareció sin dejar rastro.  

 En una casa ubicada a pocas cuadras del Palacio viven Lucía (Laura García), madre dedicada a la crianza de sus dos hijos: Humberto (Alejandro Aguilar), un joven perezoso al que le preocupa más su moto descompuesta que buscar un trabajo y Julieta (Andrea Gómez), una abogada recién graduada llena de sueños de mejorar la situación económica de su familia. 

Bajo el mismo techo y compartiendo la misma cocina, baño y patio de ropas viven Sergio (Andrés Parra),   un triste payaso que en las noches también trabaja como mesero, y su sometida esposa, Victoria (Laura Ramos).  

Para completar el grupo de vecinos  está don Carlos (Enrique Carriazo), un hombre avaro, dueño de una prendería ubicada en su dormitorio y que  tiene en mora a todos los miembros de la casa. 

 A través de sus vidas,  de sus  desgracias y  convivencia se cuenta el impacto que tuvo para ellos la toma del Palacio. 

¿De dónde surgió la idea?

‘Siempreviva’ se basa en una obra de teatro escrita y puesta en escena por el dramaturgo Miguel Torres, quien estrenó ‘La Siempreviva’ casi 10 años después de la toma al Palacio de Justicia. La productora  Clara María Ochoa quedó  impresionada por la historia y el montaje, y desde entonces se propuso llevarla al cine. 

Hacerla realidad no fue un camino de rosas. En ese entonces la idea era contar con la dirección del  caleño Carlos Mayolo pero después de algunos meses de trabajo se presentaron algunos problemas  con la adquisición de los derechos y este proyecto quedo sepultado entre las docenas de sueños  que tiene Ochoa bajo la etiqueta de “algún día”. 

Sin embargo, cuando algo está destinado a hacerse las cosas se dan y la base era buena: la  obra de teatro  fue considerada en 2014 como una de las 100 piezas del arte más importantes del país. 

A comienzos del año pasado,  cuando la pieza llevaba 20 años representándose y más de mil funciones, Clara María decidió retomar la idea. Esta vez convocó a su socia, la también productora Ana Piñeres  y llamaron al director vallecaucano   Klych López para que hiciera de esta historia su opera prima.

 “Uno de los desafíos fue  alejarnos de la obra porque la idea no era filmarla, era reinventarla para el formato del cine. Nosotros contamos con más información, logramos nuevas investigaciones, accedimos a otro tipo de material y eso nos permitió incluirlas en la película. Por su tinte político también tuvimos problemas al conseguir la financiación, aunque al final lo logramos, CMO  tuvo que hacer una apuesta muy grande por este proyecto”.  

López, que sabía de la obra pero no la había visto -aún no lo hace-, se interesó de inmediato, de hecho, desde hace algún tiempo se sentía inquieto por hacer algo sobre este suceso que le tomó  saliendo del colegio en el centro de Bogotá, estando muy recién llegado a la capital. 

¿Por qué contarla?

Según las productoras Clara María Ochoa y Ana Piñeres, son diversas las versiones de lo que aconteció en esos dos días, muchos los vacíos jurídicos y poco lo que se conoce de los móviles reales y el destino de los desaparecidos.

La incertidumbre de lo que sucedió tras los muros del Palacio hace parte de los mitos urbanos de la capital colombiana. Por ello, para conmemorar esa fecha trágica y en homenaje a tantas personas inocentes que fueron inmoladas el 6 y 7 de noviembre de 1985, quisieron aportar un valioso documento que haga eco en la memoria histórica y en el patrimonio audiovisual del país. Una película que  recuerde que infinidad de actos cómo estos permanecen impunes, no solo en Colombia, sino en la mayoría de países del mundo.

Por otro lado, los  que participaron en este proyecto coinciden en que, por medio de estas personas y esta casa, se cuenta la historia del país. Se muestra lo mejor y lo peor de los colombianos, con sus risas y tragedias desde el corazón de la sociedad.

Para el actor Andrés Parra, lo bonito de este filme es que se muestra cómo “las circunstancias hacen de los personajes lo que son. Aquí en Colombia hay mucha gente que no tiene opciones, personas que todos los días dicen la frase:  ‘Es que no puedo’.

Por su parte, Klych López señala que  si un extranjero puede ver la película, sin duda “se encontrará con la respuesta de  cómo son los colombianos por dentro. Verá que desde los problemas domésticos se expande Colombia. Se ve cómo un conflicto que uno cree que es ajeno, porque lo ve en televisión, siempre cala el interior de un hogar”.

“El mantra que siempre nos repetimos y que acompaña el nombre de la película es ‘Este no es un país serio’, porque en treinta años las cosas no han cambiado, seguimos esperando el proceso de paz, la violencia sigue siendo un tema de todos los días y la indiferencia está más presente que nunca”, dice Ochoa.

 Ana Piñeres explica que la pregunta ¿dónde quedaron los once desaparecidos de la toma? está más vigente que nunca. “Hay muchas hipótesis: que eran guerrilleros infiltrados, que los quemaron con ácido porque a muchos los vieron entrar a la Casa del Florero y nunca los vieron salir, que los mezclaron con los muertos de Armero... Todas estas versiones evidencian la impunidad de un país. Es triste el  destino de estás personas de las que treinta años después aún no se sabe nada”.

¿Cómo se hizo?

Por petición de Clara María, la película se realizó en un plano secuencia, una particularidad estilística que significa filmar la película en un único plano, sin cortes ni transiciones.

Este recurso obliga una exactitud de relojero suizo. La dificultad de la propuesta obligó a un milimétrico trabajo del equipo artístico y técnico y de un director que supo poner como notas musicales sobre un pentagrama la historia de ‘Siempreviva’, que se desarrolla dentro de una casa antigua, de la cual el espectador nunca sale.

Para Klych López, utilizar esta herramienta pese a ser un riesgo fue un acierto. “Los sucesos de la vida ocurren en secuencias, mostrar las emociones como pasan es de lo más bonito que deja hacer un plano secuencia. Para el espectador es un deleite ver cómo un personaje pasa de un estado al otro debido a las influencias de su entorno. Contar esta historia con una narrativa diferente hubiese carecido de magia”.

El reparto es uno de los aspectos más destacados de la película. Esta historia coral cuenta con un reparto conformado por  Laura García, Andrés Parra, Enrique Carriazo, Andrea Gómez, Fernando Arévalo, Laura Ramos y Alejandro Aguilar.

Cuatro datos que dan de qué hablar:

1. La película se grabó dos veces. La primera fue en los ensayos. La segunda vez, la definitiva, tardó  dos semanas.

2. Seis secuencias no fueron incluidas porque, de lo contrario, la película habría durado  mucho. Clara María Ochoa dice que elegir cuáles quedarían por fuera fue una de las decisiones “más difíciles”. 

3.Familiares de las víctimas desaparecidas tuvieron contacto con los actores y con parte del equipo, permitiéndoles conocer de primera mano los vacíos, las angustias y los  interrogantes que quedan después de una tragedia como la desaparición de una persona. 

4.Después de varias semanas de arduo trabajo sin conseguir el apoyo financiero necesario, a Ana Piñeres -socia de Clara María Ochoa en CMO Producciones- se le ocurrió aplicar un novedoso sistema de financiación. El ‘crowdfunding’ es un sistema que permite que diferentes personas, sin conexión alguna entre ellas, creen una red para ayudar a financiar un proyecto de su interés. Unos 30 colombianos, que podían donar entre $50.000 y $3.000.000,  apoyaron la iniciativa.

 

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