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Se celebra el Bicentenario de la Batalla de Calibío

La semana pasada recordábamos cómo el general José María Cabal jugó un papel fundamental en la campaña independentista, liderando la Batalla del Alto Palacé. Hoy terminamos ese relato histórico con lo sucedido en la Batalla de Calibío, al cumplirse este importante Bicentenario.

13 de diciembre de 2013 Por: Por Alberto Silva Scarpetta I Especial para GACETA

La semana pasada recordábamos cómo el general José María Cabal jugó un papel fundamental en la campaña independentista, liderando la Batalla del Alto Palacé. Hoy terminamos ese relato histórico con lo sucedido en la Batalla de Calibío, al cumplirse este importante Bicentenario.

Sámano, que se había retirado a El Tambo, población cercana a Popayán, regresó el 7 de enero y se situó en la hacienda Calibío, a pocos kilómetros del perímetro de la ciudad donde fue atacado el día 15 con mucha agresividad por los patriotas, quienes habían recibido ya la ayuda de las tropas vallecaucanas del coronel José Ignacio Rodríguez. Este debía llegar desde Cartago supuestamente acompañado por los 200 hombres del batallón Antioquia, que se había comprometido enviar don Juan del Corral desde aquella provincia comandados por el coronel José María Gutiérrez. En relación con estos hechos el historiador Demetrio García Vásquez dice refiriéndose a estos dos cuerpos de tropa:“Siguieron juntos a Buga, ciudad que había sido desocupada por sus moradores temiendo una columna de las tropas de Sámano que poco antes sorprendiera en Quebradaseca a un destacamento de sesenta republicanos. El Cabildo de Cali se dedicó a equipar y aumentar la tropa comandada por el coronel Rodríguez (alias ‘el Mosca’), quien gozaba de un merecido prestigio por sus anteriores campañas en el Valle del Cauca, inclusive la batalla naval de Iscuandé cuyo triunfo obtuvo con fuerzas caleñas, el 29 de enero de 1812”.El coronel Rodríguez alcanzó a ocupar con tropas vallecaucanas la línea de vanguardia en la batalla de Calibío, que cubrió de gloria a Nariño y restableció el gobierno republicano en el Cauca.El comandante Gutiérrez se negó a militar bajo las órdenes del general Nariño y resolvió permanecer en Cali tratando de imponer el reconocimiento de Antioquia con menoscabo del honor de sus armas que no quisieron participar en la memorable campaña de 1814. El doctor Manuel Uribe Ángel censura fuertemente en su Compendio Histórico de Antioquia la conducta del comandante Gutiérrez, que no permitió a las tropas de Antioquia tomar parte en la acción, por atender más a ruines sentimientos de provincialismos que al cumplimiento de su deber como militar y como patriota, rehuyendo concurrir a la llamada que le hizo el jefe de Cundinamarca. El historiador Restrepo dice que en esas circunstancias “Nariño resolvió continuar en su fuerte posición del Bajo Palacé, mientras se le unía la división del coronel Rodríguez, que se había engrosado en el Valle del Cauca. Le comunicó órdenes a fin de que acelerara las marchas. También instó sobre lo mismo al comandante de la columna de Antioquia, Gutiérrez; pero éste en ningún modo quiso convenir, ya fuera por resentimientos antiguos que tenía con Nariño, ya por comprometer, según decía, la soberanía y dignidad del Estado de Antioquia, poniendo sus armas a las órdenes del presidente de Cundinamarca”. El comandante Gutiérrez mostró especial empeño en obtener del Cabildo de Cali una formal declaración de su reconocimiento al gobierno de Antioquia. De esta manera, sólo el coronel José Ignacio Rodríguez con sus tropas vallecaucanas le cumplió la histórica cita a Nariño en Calibío, mientras José María Gutiérrez en cambio, aprovechaba para hacer proselitismo político en las indefensas poblaciones del Valle promoviendo su adhesión a la Provincia de Antioquia.Los realistas, a su vez habían recibido los refuerzos del coronel español Ignacio Asín, quien llegó también desde el Valle del Cauca a marchas forzadas debido al llamado realizado por Sámano.Los fuegos se rompieron a la una de la tarde y el combate duró dos horas con resultados sorprendentes para los republicanos, quienes coparon todos los espacios del coronel Asín, mientras Juan Sámano se trasladaba precipitadamente hacia El Tambo por la vía que conducía a Pasto. El coronel Asín fue hecho prisionero y degollado de manera infame en la casa de la hacienda Calibío, por orden del coronel José Ignacio Rodríguez, quien ordenó además cortarle la cabeza para mostrársela a Nariño. Éste, visiblemente contrariado por el bárbaro acto, lo reprendió públicamente con dureza. Esta acción no la olvidaría jamás Rodríguez y se la cobraría al prócer, meses más tarde.Tomaron gran cantidad de prisioneros realistas, los cuales, curiosamente, serían más tarde garantía para salvar la vida de Antonio Nariño. Cabal siguió con 500 hombres para El Tambo en persecución de Sámano, mientras Nariño entraba nuevamente al día siguiente a Popayán y era aclamado por la población, permaneciendo ahí dos meses a la espera de más tropas vallecaucanas, caballerías, víveres y bagajes que debían llegarle desde Cali y Buga.En el mes de marzo inicia Antonio Nariño desde Popayán su fatídico avance por la terrífica región del Patía de aquel tiempo, donde al final, le esperaba la más dramática de las campañas de la liberación de la Nueva Granada en el cañón del río Juanambú, antes de llegar a Pasto. Ahora 200 años después nosotros nos aprestamos a recordar el Bicentenario de las históricas batallas dadas en el cañón de ese río memorable.

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