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¿Sabía que un nadador fue el primer modelo de desnudos de Cali?

Está y otras novedades podrá conocerlas en la exhibición de La Tertulia, que reúne las obras de 40 artistas de la ciudad.

1 de noviembre de 2015 Por: Redacción de GACETA

Está y otras novedades podrá conocerlas en la exhibición de La Tertulia, que reúne las obras de 40 artistas de la ciudad.

En la foto aparece un hombre desnudo posando de pie sobre un butaco de madera. Al frente seis artistas dibujan, lo retratan. El hombre sobre el butaco es un nadador, por lo que se entiende su cuerpo esbelto, sus músculos definidos. 

Aquello sucedía en una día cualquiera de finales de la década de los treinta, y el hombre de la foto quizá no tenía idea de que, por lo menos en Cali, acababa de inventar un oficio: modelo de pintores. 

Entre los dibujantes estaban Lucy Tejada y Édgar Negret. Los mismos que unos años después se convertirían en dos de los artistas más importantes de Colombia. 

Del nadador, lamentablemente, no se sabe mucho más: que era nadador, que era modelo. ¿Qué habrá sido de  su vida?

-  Cuando en la ciudad se comenzaron a dar las primeras clases de dibujo con desnudos, hubo problemas. Tuvo que ir el Arzobispo a  bendecir la Escuela, dar el permiso, solo después de que el fundador del Conservatorio,  Antonio María  Valencia, lo convenciera de que esa era una forma de enseñar arte. 

El curador Miguel González camina por el edificio donde permanece la colección del Museo de Arte Moderno La Tertulia. La foto del desnudo aparece en el folleto de la exhibición que estará abierta al público hasta el 15 de enero del próximo año: ‘Apostar y Reflexionar’. 

- La exhibición se centra en presentar obras de artistas que han sido docentes o egresados de la Escuela de Bellas Artes y cuyos trabajos hacen parte de la colección de La Tertulia. Siempre ha habido una relación muy estrecha entre el Museo y la Escuela para exponer – y adquirir -  las obras de sus artistas. El Museo tiene sus orígenes en 1956 y desde entonces ha apoyado a los egresados y docentes de Bellas Artes que consideraba oportuno visibilizar. La más reciente adquisición ocurrió hace un par de meses: obras de Adrián Gaitán. 

- ¿Y por qué apostar y reflexionar?

 -Porque ese es  el espíritu de la exposición y el de la Escuela. Contrario  a lo que se podría pensar, Bellas Artes siempre se rebeló contra la academia, siempre tuvo un pensamiento político y crítico que incorporó al lenguaje del arte. El arte no es algo correcto. 

Tras el preámbulo,  Miguel González se dispone a iniciar el recorrido por las obras. La exposición se puede apreciar tomando cualquier camino, pero Miguel, que es su curador, sugiere iniciarla desde el principio: un retrato de Jesús María Espinosa. La Escuela de Artes Plásticas de Cali, adscrita al Conservatorio de Música, surgió cuando Antonio María Valencia le pidió a Espinosa  que diera clases de dibujo. 

- Valencia fue quien visionó la cultura en Cali. Siendo músico, era un humanista que creía en la importancia de todas las artes. El Instituto que fundó contemplaba conservarlas. 

Justo al lado del retrato de Espinosa está la mascarilla mortuoria de Valencia, una obra de Julio Abril. 

Al frente, en una vitrina, se ubicó el diploma de Édgar Negret. Pese a haber nacido en Popayán, decidió estudiar en Cali e hizo parte de la primera promoción de egresados de Bellas Artes. 

Negret, sin embargo (escribió Miguel) confesaría que una vez graduado se vio obligado a desaprender, cuestionar todo lo que le habían enseñado en la Academia. “Cuando entré quería ser Miguel Ángel y cuando me gradué aspiraba a ser Rodin”. 

Frente al diploma de Negret está ‘El Cenáculo de Marinilla’ (1949) una acuarela de uno de los profesores más antiguos de la Escuela de Bellas Artes, Carlos Correa. Entre otras cosas, Correa fue alumno de Pedro Nel Gómez, el gran muralista de los años 30 y 40. 

 A su acuarela le siguen obras de Lucy Tejada, una de las primeras mujeres artistas de Colombia; Pedro Alcántara, “el más audaz dibujante de su generación”;  Óscar Muñoz y Éver Astudillo, dos de los artistas más destacados  en la década del 70. Hoy Muñoz es reconocido  internacionalmente. Astudillo falleció este año.   

También se aprecia un dibujo de Rosemberg Sandoval, al que decidió llamar ‘Diana’. Es una obra hecha literalmente con los pies. Exactamente utilizó una bota militar. 

Y, pese a que nunca fue alumno de Bellas Artes o docente, se exhibe ‘La bandera bahía blanca’, una obra de Omar Rayo. El maestro, en todo caso, recibió de la Escuela el doctorado honoris causa.  

En total se muestran obras de 40 artistas, así que la exhibición se puede disfrutar  fugazmente o tomarse toda  una mañana, si lo que se quiere es conocer la historia del arte hecho en Cali, o por lo menos un gran trozo de ella. 

Porque algunos de los  grandes artistas de la ciudad no estuvieron vinculados a Bellas Artes por diferentes motivos  y por eso no están aquí. Uno de ellos es el fotógrafo Fernell Franco. No le gustaba hablar en público. Quizá eso explique por qué nunca fue docente en la Escuela. 

- La pretensión de la exhibición no es mostrar los resultados de la enseñanza artística, sino subrayar las alternativas que tomaron los docentes y egresados de la Escuela en torno a sus propias obras. Los alumnos no salieron como caricaturas de sus profesores, sino que tienen  su propio mundo, sus propias propuestas y  técnicas, y eso lo evidencia cada una de las obras de arte que están aquí. Son revolucionarias. Suponen un punto de quiebre, un cambio, dice Miguel. 

Todo aquello que se pueda llamar arte es una revolución.

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