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‘Protografías’, la exposición con la que Oscar Muñoz se tomará el Museo La Tertulia

En la década de los 90, cuando la crisis se apoderó de la ciudad y el grueso de los artistas huyeron a otros lugares, Oscar Muñoz le apostó a Cali. No solo ha concebido buena parte de su obra a partir de la ciudad; aquí la ha investigado y desarrollado. Y es esa obra la que se verá, por fin, en La Tertulia, en la retrospectiva ‘Protografías’ , luego de viajar por Bogotá, Medellín, Lima y Buenos Aires.

10 de octubre de 2013 Por: Redacción de GACETA

En la década de los 90, cuando la crisis se apoderó de la ciudad y el grueso de los artistas huyeron a otros lugares, Oscar Muñoz le apostó a Cali. No solo ha concebido buena parte de su obra a partir de la ciudad; aquí la ha investigado y desarrollado. Y es esa obra la que se verá, por fin, en La Tertulia, en la retrospectiva ‘Protografías’ , luego de viajar por Bogotá, Medellín, Lima y Buenos Aires.

Es el medio día de un martes y las baldosas de la sala Maritza Uribe de Urdinola, en el Museo de Arte Moderno La Tertulia, están innundadas. Los montajistas de la exposición acaban de realizar el simulacro de una obra de arte que contiene agua. Su nombre: ‘Cortinas de baño’. Se trata de una de las obras más representativas del artista caleño Oscar Muñoz, y hace parte de ‘Protografías’, una retrospectiva que recoge obras realizadas por él entre 1971 y 2011 y que será inaugurada en Cali el próximo 18 de octubre.Hay cierta tensión en la sala. Quizás un poco más de la normal que suele haber en los montajes de exposiciones de artistas tan importantes. Y eso tal vez se deba a una razón en apariencia insignificante pero emotiva: se trata del regreso de una obra que fue presentada por primera vez, justamente aquí, en el Museo La Tertulia. Él mismo lo expresó en las reuniones iniciales cuando se concretó que ‘Protografías’ se expondría, por fin, aquí. “Oscar fue enfático en pedir que ‘Cortinas de baño’ fuera expuesta en la misma sala donde se había presentado en 1985”, cuenta Carolina Cubillos, conservadora del Museo y quien ha participado en el montaje de la obra. Desde entonces, han sido meses de trabajo en los que el artista ha estado dirigiendo los detalles del montaje desde el color gris pálido o gris oscuro que deben tener las paredes hasta la altura en la que deben estar dispuestas las lámparas y el número de cortinas que podrán exhibirse que podrían ser seis o quizás nueve.No es de extrañar pues que la llegada a Cali de ‘Protografías’, luego de haber sido expuesta en Bogotá, Medellín, Buenos Aires y Lima, tenga un significado especial. “Hace muchos años que Oscar no exponía algo grande en Cali. Tuvo una exposición en Proartes, una muestra muy pequeña. Pero quizás lo más importante es que el primer capítulo de la exposición, llamado ‘Caleidoscopio’, reune obras pensadas en relación con su ciudad, pero no con una ciudad abstracta, sino con Cali”, explica el artista Sebastián Ramírez, quien actualmente apoya a Muñoz en el montaje de la obra. Es entonces el reencuentro de la obra del artista con su ciudad.Y en efecto basta explorar el primer capítulo, ‘Caleidoscopio’ (el primero de cuatro que componen la exposición), para entender esa manera recurrente en la que Cali aparece en la propuesta de Muñoz. Allí está ‘Ambulatorio’, por ejemplo, una pieza creada a partir fotos aéreas ampliadas, dispuestas a ras del suelo debajo de un vidrio de seguridad que se quiebra con el peso del espectador que camina sobre ella. “Cada paso añade más quiebres a la pieza, estableciendo otra trama aleatoria de líneas sobre la imagen urbana de una caótica ciudad en la cual coexisten la planeación racional y la informalidad”, se lee en el catálogo.Otra de las obras inspiradas en Cali, incluida en este capítulo, es ‘Archivo por contacto’ que fue construida a partir de la compra de archivos fotográficos de fotocineros, o fotógrafos de la calle, es decir de fotos que eran tomadas en las plazas y parques y que nunca eran reclamadas por las personas fotografiadas. Tras un proceso de selección, estas fotos fueron proyectadas en el río Cali, a la altura del Puente Ortiz, pues había sido en ese espacio de la ciudad donde la mayoría de fotos había sido tomada, construyendo así una suerte de retrato afectivo de la ciudad.Igual sucede con las obras ‘Interiores’ e ‘Inquilinatos’, que pertenecen a su primeros años como artista, en donde trabajaba con el papel como soporte. Fueron dibujos realizados en la década de los años 70 que hablaban de casas de interiores oscuros, habitadas unas, desoladas otras, en una ciudad que afuera hervía de calor y se estallaba con la luz. Fueron épocas de mucha complicidad con sus colegas y amigos Ever Astudillo y Fernell Franco, Pedro Alcántara y Maripaz Jaramillo.Muchos aún recuerdan esa exposición de 1979, en La Tertulia, en la que Astudillo y Muñoz expusieron junto a las fotografías de Fernell Franco. Para Ever Astudillo, sigue siendo memorable. “Recuerdo que el día de la inauguración a mi me impactó muchísimo porque afuera del Museo, cuando uno entra por las escaleras anchas, hacia la izquierda, habían hecho una valla con luces de neón, como si fuera la entrada de una discoteca o un amoblado. El letrero era de nuestros nombres y aludía un poco a lo que eran nuestras obras en esos momentos: espacios urbanos, los teatros, los inquilinatos, las calles. Y recuerdo especialmente esos seres solitarios de Oscar, mujeres sentadas, pensando, cuartos vacíos, sórdidos a veces”, recuerda Astudillo.Caleidoscipio también incluye las obras ‘A través del cristal’, ‘El puente’ y ‘Lugar a dudas’.El soporte, punto de quiebreEn el segundo capítulo, ‘Soporte reconsiderado’, se presenta uno de los temas fundamentales en la obra de Muñoz, la exploración de nuevos materiales de trabajo. Los materiales tradicionales pasan a un costado, y su lugar es ocupado por materiales como las cortinas plásticas. Asimismo, desarrolla una técnica tremendamente innovadora, la impresión sobre agua.Para el curador de arte, Miguel González, es en esta etapa en la precisamente comienza de manera intencional y consciente a cuestionarse los soportes que lo llevarán a producir los ‘Narcisos’ sobre agua o secos en la última década del siglo pasado, a trabajos como ‘Aliento’, donde ya no es la evaporación la que actúa sino el vaho del espectador el que provoca la imagen ilusoria y fugaz.Y es luego de este punto de quiebre que, en el guión de la exposición, sigue ‘Imagen inestable’, el tercer capítulo, en el que aparecen justamente ‘Narciso’, ‘Biografías’, ‘Re/trato’ y ‘Proyecto para un memorial’, obras que se apoyan en la utilización del video. “Creo que el encuentro con el video ha sido fundamental para explicar mejor las ideas de relatividad, existencia, enfoques y desenfoques, articulación de una valoración de lo real y lo virtual, incluyendo las dudas al respecto. El cuestionamiento y la reinterpretación de imágenes ha sido su mayor inquietud y ese parece ser el centro de su ejercicio visual. Las imágenes no sólo están, se sugieren, aparecen y desaparecen, se desdibujan y se distorsionan. En esos acontecimientos que desestabilizan la idea de tiempo e incluso de lugar, reside la eficacia de un trabajo que problematiza sobre su propia consistencia formal y conceptual y que sobre todo puede armar y comunicar una poética”.El cuarto capítulo, ‘Improntas’, que guarda una estrecha relación con la técnica del grabado, que ha sido tan contundente en Cali, incluye la ya mencionada ‘Aliento’, ‘Ante la imagen’, ‘Los levantamientos’ y ‘Intérvalos’ y ‘La mirada del cíclope’. Para concluir, está ‘Imagen en flujo’ con obras que reflejan una de las constantes en su trabajo: descomponer lo instantáneo.¿Por qué ver ‘Protografías’?Oscar Muñoz es uno de los artistas más importantes en el escenario del arte en el mundo. La revista Art Facts, que ofrece un ‘ranking’ de los artistas más relevantes, lo ubica en el puesto 779, por encima incluso de Doris Salcedo y Fernando Botero. “Esta es una lista que cruza no solo el valor comercial de la obra, sino las exposiciones individuales de los artistas y las colecciones que han adquirido sus obras, y es un buen indicador de cómo están ‘ranquedos’ los artistas”, dice Wilson Díaz, perteneciente al colectivo Helena Producciones y quien ha seguido la obra de Muñoz durante años. Admirador de su obra, explica que, sin embargo, más allá del reconocimiento internacional, Muñoz “ha hecho una obra muy consistente y sistemática que se puede ver desde los años 70 y que se sigue desarrollando 40 años después”.Algo similar piensa el artista Sebastián Ramírez, quien destaca la disciplina de Muñoz como artista. “Algo que los artistas jóvenes que vienen detrás deben tener en cuenta es la disciplina de Oscar, la misma que le permitió quedarse en su ciudad. Él no tuvo que estar en medio del frenesí de la escena del arte para poder ser exitoso porque tiene una gran disciplina. Todos los días va al estudio de 8 de la mañana a 4 de la tarde, es como una rutina sagrada, uno nunca lo llama antes de las 3 porque no contesta. Y eso es lo que le ha posibilitado tener una obra de gran calidad. Él es constante, riguroso, tanto que puede escoger lo que muestra. Sé de algunas obras que nunca ha mostrado, que se quedan en el estudio porque no llegaron al nivel que él buscaba”.En ese mismo sentido, Miguel González agrega que mucho del valor de la obra de Muñoz radica en que la actitud cuestionadora de su obra, permiténdole sobresalir sobre muchos de sus contemporáneos. “Esa actitud cuestionadora le ha garantizado permanecer actual y despertar cada vez más una atención merecida. Su trabajo, que utiliza ahora el paso del tiempo, al necesitar sucederse para realmente existir, también ha traspasado las ambiciones iniciales de sus contemporáneos y las de las décadas que nos son más próximas. A lo largo de estos cuarenta años de producción he visto que en cada distinto período su obra ha permanecido reclamando interés y cada nueva generación se ve identificada con una propuesta que ha desafiado también el poder de las inventivas.Tengo muy presente esos distintos momentos que resultaron tan emotivos como expectantes en que he podido acompañar su obra. Desde la primera exhibición en Ciudad Solar, los dos un poco a tientas en el nuevo mundo del arte. Después mostrando algo tan diferente como las ‘Cortinas’. Hasta cuando se presentaron por primera vez los ‘Narcisos’, dibujos a carboncillo mediante un tamiz serigráfico, solo que flotando sobre el agua contenida en cubetas cuadradas, que exhibí por vez primera en el Museo de Arte Moderno La Tertulia, de Cali”.

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