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Mery Salazar de Sierra, una guerrera del arte y la cultura

La Fundación del Artista Colombiana cumple 25 años y su creadora narra los altibajos de su labor titánica.

9 de abril de 2015 Por: Claudia Liliana Bedoya S. /Reportera de El País

La Fundación del Artista Colombiana cumple 25 años y su creadora narra los altibajos de su labor titánica.

Tener una sede propia que también sea la  casa de los artistas, ser un modelo nacional y seguir alimentando los programas artísticos que han cambiado las vidas de niños en zonas de alto riesgo, hacen parte de los retos para el 2015 de la Fundación del Artista Colombiano que cumple 25 años de labores. 

Mery Salazar de Sierra, la fundadora y presidente de la entidad, reconoce que todos los días, en el barco que comanda,  “hay dolores de cabeza pero también satisfacciones por montones”.

Ha llegado al punto de hipotecar su casa para solventar deudas por el orden de  $92 millones, pero no se arrepiente de la labor realizada y cree que en Cali se debe  seguir trabajando por la cultura, porque si no se apoya el arte, “se nos muere el alma”.

La visión de la Fundación para 2015 era ser reconocidos como una fuente de apoyo para los artistas. ¿Se cumplió con esa meta?

Lo hemos logrado. Hoy  somos unas 600 personas agremiadas en la Fundación, la mayoría en música. El año pasado, a 2.380 artistas les generamos trabajo. Cada año realizamos el Festival de Tríos, que lleva 23 años. Una vez al mes tenemos Musicalísimo, con cuatro artistas cada velada y ‘De regreso a mi tierra’. Siento que con respecto a la misión que asumimos, vamos en la mitad del camino. Hay mucho por hacer.

Y creo que conscientizar a la gente sobre la importancia del artista es un avance interesante. Yo sigo luchando hasta que Dios lo permita, pero es momento de que la gente se apropie de la institución porque mucha gente le camina a la Fundación cuando convoca a sus eventos. 

¿Qué pasó con el ambicioso programa de vivienda para los artistas?

No me he cansado del tema. Creo que ‘El barrio del artista’ hay que hacerlo. No lo hemos hecho a un lado. Tenemos pendiente el proyecto ‘Altos de Santa Elena’. Allí había 104 viviendas para los artistas pero muchos tenían problemas con Datacrédito y el grupo bajó a 42. Otros  se aburrieron de esperar porque la Secretaría de Vivienda empezó a poner  obstáculos. Quedaron 14 familias que  hoy aguardan  la entrega de sus viviendas porque el Gobierno decidió que Altos de Santa Elena debían ser viviendas regaladas. Con estas familias llevamos 4 años en el proceso y pedimos que lo respeten.  El asunto hoy  está en manos del Ministerio de Vivienda. Esa tarea sigue pendiente. 

¿Por qué la Fundación no puede seguir en la casa de San Antonio, donde ha funcionado durante más de 20 años?

Llegamos a la casa por voluntad de Arcesio Paz, con él llegamos a un acuerdo de  alquiler y con  los años, soñamos que la casa  fuera de la Fundación. Pero hoy tenemos que entregarla. Como decía don Arcesio: ‘Esto debe perdurar siempre’. La Fundación no es  de Mery Salazar, es de la ciudad, a todos nos toca ayudarla y   hoy  tenemos el reto de salir a nuestra sede propia. Hay que empezar a  trabajar por ella.

¿Cuáles son los retos para este 2015?

Empezar a trabajar en Bogotá y ofrecer nuestros servicios a los artistas de la Capital porque ellos están  desprotegidos. Ya hay un convenio firmado para estar en la Casa del Valle y  un consejo administrativo liderado por Gerardo de Francisco, pero  nos falta  establecer un fondo que garantice que la entidad funcione un año y sea autosuficiente. 

La Fundación tiene el apoyo de la Alcaldía y la Gobernación,  ¿Por qué nadie en la región  se ha apropiado del  programa Forjadores del Futuro?

El programa existe y se mantiene porque  está apoyado hoy por el Ministerio de Cultura. Pero sí queremos  más apoyo del Gobierno, en esos chiquitines está la paz y el ciudadano del mañana. Tenemos niños que han sido líderes de pandillas y que han cambiado la violencia por la música. 

En 25 años ¿ha querido tirar la toalla?

Nunca. Pero en 2008, con los giros de la economía, llegue a deber $92 millones. La Junta Directiva decía que no había nada por hacer, solo cerrar. No veía otra opción a hipotecar mi casa. Le consulté a mi esposo, era lo único que teníamos. Él solo me dijo: ‘Yo confío en tí’. Hoy, no le debo un peso a nadie y salvé la casa.

¿Vale la pena seguir trabajando por el arte en Cali?

Sí, vale la pena, o Cali se muere. Tener 32.500 asistentes en nuestros espectáculos muestra que la gente está ávida de música, arte y artistas.

Bodas de plata Celebración a ritmo de música La celebración de los 25 años de la Fundación del Artista Colombiano está agendada para el próximo martes 14 de  abril, a partir de las 6:30 p.m.   

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