Mario Vargas Llosa recibe malas críticas por su papel como actor
La incursión del escritor Mario Vargas Llosa como actor teatral en Madrid no lo ha dejado bien parado frente a la crítica.
La incursión del escritor Mario Vargas Llosa como actor teatral en Madrid no lo ha dejado bien parado frente a la crítica.
Como aventurero metido en tierras movedizas ha percibido la crítica española la incursión del escritor peruano Mario Vargas Llosa en su papel de actor en la obra Los cuentos de la peste, escrita por él y estrenada en Madrid el 28 de enero.A sus 78 años el escritor protagoniza su más reciente e inédita obra teatral, que retoma capítulos de El Decamerón de Bocacio, en el Teatro Español de Madrid y su estreno coincide, con el la edición de su nuevo libro homónimo (Los cuentos de la peste, Alfaguara)Menudo espectáculo, tituló Peio H. Riaño jefe de cultura del diario El Confidencial de Madrid, quien califica la actuación del escritor como cartón: En el teatro todo lo que no sea piel y verdad es del material con el que se empaquetan las galletas María (...) Eso es Mario Vargas Llosa en escena. Cartón, dice.Riaño admite que Vargas Llosa es un gran escritor y alguien debió haberle avisado de las fatales consecuencias de dejar que se ego derrote a su ridículo.Además de calificar de caprichoso engendro, el montaje, el crítico señala la pieza de pelotazo comercial.El crítico anota que el espectáculo es producido por Natalio Grueso, Imputado por un supuesto delito societario, cuando dirigía el centro Niemeyer de Avilés y se queja de que la obra haya sido financiada con dineros públicos.Entre tanto, en la revista Babelia, de El País de España, Marcos Ordóñez, en su artículo Ficción contra la aflicción, señala que causa un respeto imponente ver a Vargas Llosa en escena, y reconoce que el escritor eligió la peligrosa aventura de las tablas. No es un actor, pero ahí está, arriba y peleando, jugándose el tipo por amor al teatro, a la palabra dicha. Agrega que el escritor tiene la elegancia de Gore Vidal, otro narrador también poseído por el virus de actuar (en su caso, en la pequeña y gran pantalla). Cuenta con calma y se hace escuchar. Es un trabajo sobrio, contenido.El propio Vargas Llosa ya había advertido antes del estreno que estaba atento a la reacción de la crítica. Pero no es esencial. Toda mi preocupación tiene que ver no sólo con recordar (el texto), no desentonar con el trabajo de mis compañeros y la enorme inquietud de no defraudar a los espectadores. Falta ver qué dirá el peruano de estas críticas.