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Los personajes de García Márquez que jamás serán olvidados

El universo literario de Gabriel García Márquez es tan rico en personajes que es muy difícil determinar los más significativos. Por eso GACETA consultó las preferencias de varios periodistas y escritores para tratar de construir lo que sería la “columna vertebral” de personalidades que conforman su obra. Sujetos signados por la soledad.

27 de abril de 2014 Por: Juan Andrés Valencia Cáceres | Periodista El País

El universo literario de Gabriel García Márquez es tan rico en personajes que es muy difícil determinar los más significativos. Por eso GACETA consultó las preferencias de varios periodistas y escritores para tratar de construir lo que sería la “columna vertebral” de personalidades que conforman su obra. Sujetos signados por la soledad.

Gabriel García Márquez admitió, en alguna ocasión, que empezó a interesarse en la literatura gracias a la poesía, la mala poesía, aquella que se publicaba en almanaques y hojas sueltas en sus tiempos del Liceo Nacional de Zipaquirá. Luego, cuando se mudó a Bogotá para estudiar derecho en la Universidad Nacional, se encontró con ‘La metamorfosis’, de Franz Kafka, novela que lo decantó por la literatura, la buena literatura. Y finalmente, cuando leyó ‘La señora Dalloway’ de Virginia Woolf, mientras trabajaba vendiendo enciclopedias y libros de medicina en La Guajira, supo exactamente qué tipo de autor quería ser.Un autor obsesivo y perfeccionista, incapaz de dejar pasar un error tipográfico por su máquina de escribir eléctrica, a pesar de que eso significara tener que botar hasta 500 hojas de papel al cesto de la basura con tal de lograr un cuento de 12 páginas. Uno que no creyera en el mito romántico de que se tiene que pasar hambre y esfuerzos para lograr una obra importante. Uno que tuviera claro que escribir es el ejercicio más solitario de todos: “En el trabajo literario uno siempre está solo. Como un náufrago en medio del mar. Sí, es el oficio más solitario del mundo. Nadie puede ayudarle a uno a escribir lo que está escribiendo”, le contó a Plinio Apuleyo Mendoza en ‘El olor de la guayaba’. Quizá por eso es que la obra y los personajes de Gabriel García Márquez se caracterizan por el peso y las secuelas de la soledad: “Un escritor no escribe sino un solo libro, aunque ese libro aparezca en muchos tomos con títulos diversos”, dijo en 1982, mientras reflexionaba sobre su obra. “Ese libro único mío es el de la soledad. El personaje central de ‘La hojarasca’ es un hombre que vive y muere en la más absoluta soledad. También está la soledad en el personaje de ‘El coronel no tiene quien le escriba’, esperando cada viernes una pensión que nunca llega. Y está el alcalde de ‘La mala hora’, que no logra ganarse la confianza del pueblo y experimenta, a su manera, la soledad del poder. Y la soledad (también) es el tema de ‘El otoño del patriarca’ y obviamente de ‘Cien años de soledad’”.En eso están de acuerdo varios periodistas y escritores, quienes a partir de sus sensaciones personales le dieron vida a esta selección representativa pero no definitiva de aquellos seres que García Márquez inmortalizó a través de su obra. Un señor muy viejo con unas alas enormesUno de los personajes más célebres de los cuentos de García Márquez jamás pudo comunicarse con los demás. Dueño de un dialecto incomprensible, esta criatura, de alas estropeadas y mirada furtiva, fue a parar al solitario patio de Pelayo y su familia, escenario que les sirvió para exhibirlo como una rareza circense.El escritor Ricardo Silva lo describe como alguien atribulado: “El hombre, como el artista del hambre de Kafka, es paciente y sabio y se resigna a su papel de monstruo de feria mientras puede escapar, pues sabe que está revelando la vileza humana”.¿Por qué es uno de los personajes de mayor recordación? Silva tiene una respuesta: “Su dignidad, su paciencia, y su convicción de que sólo le queda dejarse maltratar porque nadie, en el fondo, podrá vencerlo, lo hacen inolvidable”, afirma, al punto que lo sigue viendo en otros contextos: “Este personaje sí que me marcó. Me lo leyó mi maestro Pompilio Iriarte y me lo comparó con el personaje de Kafka, y luego lo encontré en ‘El hombre elefante’ y en ‘Freaks’, las películas”.EréndiraOtro personaje que despierta simpatía y compasión es aquella nieta “lánguida y de huesos tiernos” de 14 años de edad que es prostituida por su abuela para conservar su nivel de vida. Justamente el escritor caleño Antonio García la tiene como una de sus favoritas: “Descubrí ‘La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada’ a los nueve años. Se trata de un personaje condenado y maldito, abocado a la tragedia”.En su caso particular, ese tipo de historias, donde el abandono y la soledad son protagonistas, son sus favoritas: “El lado trágico de García Márquez es el que más me atrae a pesar de que él era tan bueno que un final feliz en ‘El amor en los tiempos del cólera’ también me gusta. Yo prefiero aquellos donde o derrotás a tu personaje, o le das una victoria pírrica, con sabor a derrota. Por eso me identifico literariamente con ella”, concluye.El director de cine y teatro Jorge Alí Triana, al igual que García, siente atracción por el aura maldita que las envuelve: “Esa relación de poder y sumisión que se da entre ellas comienza en obediencia, se torna en rencor y termina en un profundo odio de Eréndira hacia su abuela”. El coronelGarcía Márquez decía que sus libros nacían de una imagen. En el caso de ‘El coronel no tiene quien le escriba’, la historia del militar jubilado que por 15 años espera una pensión que jamás llegará, el punto de partida fue la imagen de un hombre esperando una lancha en el mercado de Barranquilla: “Años después yo me encontré en París esperando una carta, quizás un giro, con la misma angustia, y me identifiqué con el recuerdo de aquel hombre”.Para el crítico literario Luis Fernando Afanador, su paciencia es admirable: “El coronel es un ejemplo de dignidad, fortaleza e integridad moral porque aunque él sabe que esa carta nunca llegará, va todos los viernes a buscarla”. Silva, por su parte, ve en aquel coronel un símbolo particular: “Él es el centro de la novela, claro, pero también la metáfora de nuestra tendencia a vivir en la búsqueda de un clímax que vuelva comedia la tragedia”.¿Pero qué hace que este coronel sea uno de los personajes más recordados de la obra garciamarquiana? Afanador, por ejemplo, valora el estilo narrativo del libro: “Es una novela distinta a todas las demás porque en ella García Márquez todavía tenía la influencia de Hemingway y el periodismo, por lo que uno se encuentra con una narrativa sobria y concisa, muy distinta a la del realismo mágico que vendría después”.Debido a sus virtudes, la escritora Piedad Bonnet explica por qué el coronel es inolvidable: “Es un soñador, un hombre íntegro, estoico, tierno, que de alguna manera representa un mundo de valores en quiebra frente a una sociedad que se corrompe”. Y Silva encuentra en su personalidad la semilla que hizo que germinaran otros personajes definitivos en novelas posteriores: “Su tristeza de trópico, que se repetiría en el delirio de los Aurelianos de ‘Cien años de soledad’ y en las ilusiones de Florentino Ariza en ‘El amor en los tiempos del cólera’, es lo que lo hace memorable”.Aureliano BuendíaLa frase introductoria de ‘Cien años de soledad’ es, quizá, la más famosa de toda la obra de García Márquez: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”. Lo que muchos no saben es que esa poderosa imagen se inspiró en otra donde un viejo lleva a un niño a conocer el hielo. El hecho sucedió en un circo de paso en Aracataca, luego de que el coronel Márquez llevara al pequeño Gabriel a conocer un dromedario. Luego, cuando éste le dijo a su abuelo que no conocía el hielo, el anciano lo llevó al campamento que la United Fruit Company tenía en el pueblo y pidió que abrieran una caja de pargos congelados para que el niño metiera la mano. “De esa imagen parte todo ‘Cien años de soledad’”, diría después el protagonista de la anécdota. También que Aureliano Buendía responde “a la estampa huesuda del general Rafael Uribe Uribe”, con “su misma tendencia a la austeridad”. Este entrañable personaje es el favorito del escritor bogotano Celso Román: “El hecho de ser el primer nacido en Macondo y estar marcado por la capacidad de vaticinar eventos, mover objetos y producir acontecimientos cercanos a la magia inexplicable, hacen del coronel Aureliano Buendía un ser único, rodeado por el aura del soñador solitario y tímido para el amor y que falleció de viejo, sin memoria, y dedicado a su taller de orfebrería. Entre las soledades de Gabo, tal vez fue la de este guerrero la más conmovedora”. ZacaríasLa respuesta de García Márquez fue contundente cuando Plinio Apuleyo le preguntó cuál libro consideraba como el más importante de toda su obra: “Literariamente hablando, el trabajo más importante, el que puede salvarme del olvido, es ‘El otoño del patriarca’”. Se demoró 17 años escribiéndolo, luego de haber abandonado dos versiones anteriores a la que finalmente le pareció la más justa. Su protagonista, un dictador cuyo nombre –Zacarías– es mencionado solamente una vez, es uno de los personajes que más recuerda Afanador: “García Márquez presenta a un dictador en su más inmensa humanidad hasta el punto de mostrarlo débil y ridículo, que son estados en los que cualquier hombre se puede ver cuando está enamorado, como en efecto le sucedió a él. Y también es uno de mis favoritos por la forma en la que, a través suyo, se muestra la soledad del poder. De alguna forma, el amor es lo contrario al poder, pues al estar enamorado, se está acompañado, y cuando se es poderoso, se está completamente solo”. Santiago NasarGarcía Márquez se caracterizó por ser un escritor extremadamente paciente. ‘Crónica de una muerte anunciada’, por ejemplo, tardó 30 años en ser escrita. Mucho más tiempo del que alcanzó a vivir Santiago Nasar, su protagonista, que con apenas 21 años de edad fue asesinado por los hermanos Vicario para salvar el honor familiar, perdido por culpa de su hermana, quien fue devuelta por Bayardo San Román, en su noche de bodas, por no ser virgen.“Personajes como éste, que salen de una historia de príncipes para meterse en una historia de terror, son fascinantes. Todas las señales de que a Santiago Nasar lo iban a matar estaban allí, a su alcance. Incluso él tuvo chances de salvarse pero al final no lo logra. Estaba condenado a la muerte por cosas del destino”, dice García. Quintana también se queda con él: “Si tengo que escoger a uno solo, creo que me quedo con Santiago Nasar por parrandero, ‘buenmozo’ y tan desprevenido que fue el último en enterarse de que lo iban a matar”. Florentino ArizaEra empresario de una compañía fluvial, usaba lentes por la miopía que padecía y su vestir era tan sombrío que lo hacía ver más viejo de lo que realmente era. Fracasó en su intento de guardar su virginidad para ofrecérsela a Fermina Daza, la mujer de su vida, y su fidelidad hacia ella fue tal que fue capaz de esperarla por 51 años, 9 meses y 4 días. Se trata del protagonista de ‘El amor en los tiempos del cólera’, quien es definido por el cronista barranquillero Alberto Salcedo Ramos como un hombre que “busca el amor imposible a través del libertinaje”. También es el personaje predilecto del escritor solaneño Óscar Collazos: “Florentino Ariza es mi personaje favorito por su constancia en el amor, por el paréntesis que “escribe” entre el amor contrariado por Fermina Daza y el reencuentro al final de sus vidas. Un paréntesis que exalta el erotismo sin comprometer al corazón; me fascina ese rasgo de personaje de ópera italiana que hay detrás de este obstinado amante garcíamarquiano”.

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