El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Cultura

Artículo

'Lazos perversos', el destino corre por las venas

‘Lazos perversos’ narra la historia de una joven cuyo devenir está marcado por la sangre. Una película en la que los malos y los buenos se confunden y donde pocas cosas son lo que parecen. Una propuesta visual llena de detalles que complementa la aparente simpleza dramática.

30 de abril de 2013 Por: Claudia Rojas Arbeláez ?Especial para Gaceta

‘Lazos perversos’ narra la historia de una joven cuyo devenir está marcado por la sangre. Una película en la que los malos y los buenos se confunden y donde pocas cosas son lo que parecen. Una propuesta visual llena de detalles que complementa la aparente simpleza dramática.

El día que cumple 18 años, India pierde a su padre en un accidente del que nadie le da mayores detalles. El incidente altera su vida de manera radical: no solo porque queda a merced de una madre a la que le resulta más que indiferente, sino porque aparece su tío Charlie, el hermano de su padre, un hombre que le resulta tan misterioso como seductor. A partir de ese momento la película se desarrolla entre el colegio, donde sobrelleva como mejor puede el acoso de un grupo de muchachos y en la casa, donde la joven intenta descifrar el comportamiento del recién llegado, quien parece interesado en seducir a su madre, pero también en ganarse su afecto. ‘Lazos perversos’ es una película dirigida por Chan-wook Park, el mismo de 'Old Boy' (2003) y desde sus primeras secuencias se plantea como una narración visual poderosa, inteligente y bien orquestada. Aquí todo es importante, cada imagen, cada texto y la sutileza de las acciones están acompañadas de un significado único, de una belleza medida y de una pulcritud que no da espacio para la confusión. Su protagonista, India, interpretado por Mia Wasikowska, se nos presenta como una joven extraña, introvertida, solitaria y que lleva consigo, además de la blusa de su madre y el cinturón de su padre, un don que le permite escuchar hasta lo más imperceptible. La extraña vida de esta joven, la compleja relación con su madre y el juego de seducción de su tío, hacen parte de un guión que no deja nada al azar ni a la improvisación, sino que, todo lo contrario, adquiere la dinámica orgánica de un género que lo reconoce y lo acepta. El papel del espectador en esta historia deja de ser pasivo y se ubica en el limbo, entre el ‘thriller’ y el misterio, entre el peligro y el alivio y lo obliga a salir bien librado de una historia en la que todo tiene significado, pero con muchas sorpresas dramáticas. Resulta difícil no esperar el momento en que tanta solemnidad y contención se desborde, para adentrarse en los oscuros terrenos del terror. Pero hubiera sido lo más fácil y no es el estilo Park, que con esta película entra en la industria norteamericana acompañado de una gran nómina de actores. En el papel de la madre encontramos a una Nicole Kidman, pausada y fría, moviéndose a lo largo de la historia como una araña que teje una red a la espera del momento oportuno para devorar a su víctima. Mientras que el tío, —Mathew Goode ha participado en películas como ‘Match Point’—, logra construir un personaje misterioso, ambiguo y seductor. Y para completar, Mia Wasikowska, que empezó actuando desde muy niña, en series como ‘In treatment’ (‘En terapia’), dirigida por Rodrigo García y películas como ‘Los chicos están bien’ y ‘Alicia en el país de las maravillas’. Pero acá pocas cosas son lo que parecen y en eso el montaje nos ayuda para dejar por fuera la obviedad y enriquecer cada vez más las secuencias repetidas que nos permiten entender mejor la trama. Las respuestas y sorpresas no se hacen esperar y aparecen a medida que avanza la historia llegando incluso hasta la resolución. La incomodidad del espectador sin duda crece a medida que avanza en la historia descubre sorpresas y elabora juicios, unos morales, otros siniestros y en el mejor de los casos ambos equivocados. No es de extrañarse que incluso varias horas después de haber salido de la sala, las piezas encajen a destiempo. Más tarde que temprano entenderá el porqué de muchas cosas.Todo esto, sin duda, no es solo producto de un gran guión, en el que sobran los detalles, las repeticiones y las asociaciones y que producto de la pluma entre otros del actor Wentworth Miller (uno de los protagonistas de la serie Prison Break). Las secuencias que parecen sacadas de cuadros, solo pueden compararse con un juego de ilusiones en el que el engaño y la premonición están marcadas desde el inicio de la película: las cajas con cintas amarillas, los juegos de los zapatos, los pájaros disecados. Sin embargo, no sacrifica la historia por la imagen. El guión está lleno de detalles que además de deleitar la propuesta visual, nos permiten profundizar de manera generosa en las psiques de los personajes, así como en sus obsesiones. Visto así todo encaja en el lugar adecuado, las secuencias repetidas, los insectos y los universos paralelos que parecen existir solo en la cabeza sus protagonistas. Durante las dos horas que dura ‘Lazos perversos’, la película nunca pierde la tensión ni afloja su propuesta visual tan hermosa y poética como medida.

AHORA EN Cultura