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La sensualidad de la danza contemporánea cubana, en el VII Festival de Ballet de Cali

La Compañía de Danza Contemporánea de Cuba debutará en el VII Festival de Ballet de Cali. Su director Miguel Iglesias, una leyenda de la danza, explicó el sentido estético de esta agrupación que ha asombrado a públicos de todo el mundo.

4 de junio de 2013 Por: Ricardo Moncada Esquivel? Periodista de GACETA

La Compañía de Danza Contemporánea de Cuba debutará en el VII Festival de Ballet de Cali. Su director Miguel Iglesias, una leyenda de la danza, explicó el sentido estético de esta agrupación que ha asombrado a públicos de todo el mundo.

El nombre del coreógrafo cubano Miguel Iglesias es un referente de la danza contemporánea en hispanoamérica y el mundo. Con más de cuatro décadas consagradas a la danza y a las artes escénicas, es un habanero que gracias a esa inmensa capacidad de absorber todo tipo de influencias del arte, ha mantenido una mente joven e innovadora que se refleja en su labor como director de la Compañía de Danza Contemporánea de Cuba, la cual dirige hace 28 años.Fundada en 1959 por el coreógrafo Ramiro Guerra, como parte del departamento de danza moderna del Teatro Nacional de Cuba, esta agrupación surgió con el propósito de integrar a la danza cubana las tendencias de las técnicas norteamericanas generadas por grandes maestros como Martha Graham, José Limón o Doris Humphrey, pero con una visión nacionalista, influido por el triunfo de la Revolución Cubana. “El arte popular, que antes no se permitía llevar al escenario, tomó una relevancia tremenda, así que teníamos el arte universal pasado por el sabor y al estética de los yorubas", explicó el coreógrafo en diálogo con GACETA.Iglesias se vinculó a la compañía cubana en 1975. Como bailarín era inquieto y echaba mano de cuanto estaba a su alcance para satisfacer sus necesidades interpretativas. "No importaba si venía de la técnica clásica de la danza, si era tomado de Konstantin Stanilavski o de Jerzy Grotowski desde lo escénico".Y es justamente esa manera de absorber conocimiento la que ha querido imprimirle a la compañía que dirige. “Busco crear obras bajo el concepto que denomino de ‘danza contaminada’. En este caso, la contaminación para mí es un plus, algo que suma y enriquece el arte de la danza. Pero todo apunta a que nos aproximemos a la verdad del movimiento y de la interpretación”, acotó el maestro.De ahí también que a partir del año 2000 Iglesias incrementara la vinculación de coreógrafos, especialmente europeos, para experimentar nuevos caminos en la danza. “Cuando uno se encamina por la danza de autor, se corre el riesgo a repetirse. Los coreógrafos pueden ser de cualquier parte, pero los bailarines son cubanos. Ellos constituyen la materia humana con la cual se desarrollan los proyectos coreográficos y aportan a estas creaciones su capacidad de improvisar desde su propia identidad. De ahí que todas las obras de estos creadores no son una copia de sus filosofías, sino que surgen a partir de un intercambio”, explicó.Y una muestra de esa propuesta estética es la que verán los caleños los días 7 y 8 de junio en el marco del VII Festival Internacional de Ballet, que organizado por Incolballet, dio inicio el pasado domingo en Cali. Entonces 22 bailarines en escena harán gala de todo su arte a través de tres coreografías que vienen de presentar en una correría por Europa y que para dar sólo un ejemplo, agotó boletería durante los seis días de funciones que tuvo en el Teatro Real de Madrid.‘Demón / Crazy’, la primera de estas obras, es una coreografía del catalán Rafael Bonachela, director de la Sidney Dance Company. Acompañado del ritmo musical de artistas como Bebe, Nina Simone y Estrella Morente, en esta obra los bailarines expresan con sus cuerpos sentimientos de amor y deseo. “El nombre de la obra es como un juego de palabras, hace referencia al demonio loco a democracias a movimientos. Para su creación, Bonachela utilizó la improvisación de cada bailarín a partir de unas pautas que les propuso”, explicó Iglesias.La otra pieza que se verá en Cali es ‘Folía’, del holandés Jan Linkens. En este montaje el público verá a los bailarines vestidos de un rojo intenso para asumir la sensualidad cubana desde la mirada europea. “La obra surgió de un proyecto de intercambio realizado en el 2000. En ese momento la improvisación y la coreografía cubana carecía un poco del diseño espacial, entonces me interesaba algo que tuviera un movimiento espacial grande. Es una obra que es una exaltación de la alegría de vivir y que tiene que ver con la equidad entre el hombre y la mujer”, señaló el director.Para finalizar el programa, vendrá ‘Mambo 3XXI’, una pieza ciento por ciento cubana en la cual George Céspedes, un joven coreógrafo de ese país, rinde un homenaje a ese gran músico Dámaso Pérez Prado y ese periodo de la música popular de la década de 1950. Con una mezcla sonora con toques de actualidad, el nombre de la pieza se refiere a este tercer milenio del siglo XXI y de cómo el hombre cubano de ahora puede asimilar una música de los 50 como la que hizo Pérez Prado, con esa influencia jazzística.Iglesias explicó que la obra surgió en el 2010 como un encargo del Consorcio Británico de la Danza, quienes querían una obra que expresara la alegría de vivir del cubano, la de ese cubano que prácticamente camina bailando y en sus gestos hay una carga de sensualidad heredada de los esclavos venidos de África.Y esa sensualidad desbordante es la que expresan los bailarines de la compañía. “Está la imagen del machismo cubano que baila con un sentido de la virilidad, independiente de cuál sea su inclinación sexual. Y la mujer es la diosa Oshun, es el ‘hembrismo’, ella tiene que ver con el agua dulce de los ríos tiene ese sentido de la sensualidad. Es una Carmen que se mueve entre los hombres que provoca con el movimiento de sus nalgas", agrega el director cubano.De ahí las características de los bailarines de  esta compañía, hombres y mujeres dotados de un físico que expresa toda esa sensualidad. “Le damos importancia a la forma del músculo en el sentido atlético de los cuerpos sinuosos. Ustedes tienen un ejemplo de ello con Shakira que a pesar de no levantarse más de 1, 60 metros del suelo tiene una sensualidad y una manera enorme de proyectarse con su cuerpo, y eso es lo que me interesa, que se vea arriba de la escena", agregó el maestro cubano.Iglesias cuenta sin tapujos el gran asombro que la compañía causa ante audiencias de todo tipo. “No existe lugar donde no recibamos la aceptación del público. Lo hemos vivido en Polonia, España, Nueva York, Australia o Ciudad de México. El artista tiene dos salarios, uno que es su paga y el otro el aplauso”.Sin embargo, ante todo, mantiene la humildad en el grupo. “No me interesan los bailarines elevados como los del ballet, ni demasiado naturales como en el folclor, ni con la posición de fuerza de la danza moderna. Me interesa un ser humano arriba del escenario que tenga la tensión de un felino, pero que cuando baja del escenario la gente pueda decir, mira estos muchachos bailan como fieras y agradecen como gatitos”.Y eso es lo que Iglesias quiere mostrar en su primera venida al país. “A Gloria Castro, la directora del Festival, la conocí en 1995 en un encuentro de la Alianza Mundial de la Danza en México y tengo muchas referencias de Colombia. Cuando supe que tan solo el año anterior el Festival contó con 85.000 espectadores he sentido una gran excitación como si estuviera enamorando a una señorita. Por eso deseo guardar un poco para dejarme sorprender con Cali y que el público se sorprenda con nosotros. Quiero que sepan que seremos muy sinceros arriba de la escena y fuera de él”, concluyó. 

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