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La ‘nueva vieja’ joya del modernismo en Barcelona

Después de cuatro años de obras de rehabilitación, el antiguo hospital de Sant Pau, declarado por la UNESCO en 1997 como Patrimonio Mundial de la Humanidad, abrió sus puertas en la Ciudad Condal. El recinto modernista más grande del mundo es ya ruta obligada para los que visitan Barcelona.

1 de junio de 2014 Por: Wílmar Cabrera | Especial para GACETA | Barcelona-España

Después de cuatro años de obras de rehabilitación, el antiguo hospital de Sant Pau, declarado por la UNESCO en 1997 como Patrimonio Mundial de la Humanidad, abrió sus puertas en la Ciudad Condal. El recinto modernista más grande del mundo es ya ruta obligada para los que visitan Barcelona.

Lluís Domènech i Montaner fue profesor de Antonio Gaudí en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. Pero con el tiempo y obra, el alumno superó al maestro. Sin embargo, al igual que Gaudí, Domènech dejó huellas que se pueden recorrer y visitar en Barcelona. Una de ellas es el rehabilitado recinto modernista de Sant Pau, que hasta 2009 fue hospital. Después de cuatro años de trabajos, seis de los doce pabellones que conforman el complejo y un kilómetro de galerías subterráneas fueron restaurados en su totalidad. Bajo la dirección del arquitecto Frederic Crespo, la rehabilitación de los edificios se rigió por tres premisas fundamentales: recuperación de los espacios originales proyectados por Domènech i Montaner; transformación de los pabellones en espacios funcionales, y aplicación de criterios de sostenibilidad y ahorro energético.Caminar por este lugar es retroceder un siglo para mirar de cerca el esplendor del modernismo catalán. Con una superficie de trece hectáreas, correspondiente a nueve manzanas, el antiguo Hospital de Sant Pau es una ciudad dentro de la ciudad. Se puede caminar por entre calles que dividen los pabellones, con jardines amplios, diseñados así para mantener aislados a los enfermos y pretender evitar males contagiosos. Entonces, la idea del hospital fue darle un entorno relajante con muchos árboles donde los pacientes respiraran aire limpio y pudieran restablecerse lo más pronto posible.Empezado a construir en 1902 por Lluís Doménech i Montaner, el Hospital Sant Pau tuvo que ser terminado por su hijo Pere Doménech, siete años después de la muerte de su padre. El 16 de enero de 1930 fue inaugurado por el rey Alfonso XIII, aunque ya funcionaba desde 1916. Casi un siglo después, en otoño de 2009, la actividad sanitaria se trasladó a un nuevo edificio situado en la fachada noreste del conjunto. Así, el recinto comenzó otra etapa. Una minuciosa rehabilitación que permitió realzar la obra de Domènech i Montaner, y hacer de Sant Pau un nuevo referente cultural catalán.En líneas generales, los Domènech crearon una planta alrededor de dos ejes, uno vertical y otro horizontal, que conforman una cruz patente, emblema del antiguo hospital. A través de este símbolo se resumen y simbolizan la historia hospitalaria de Barcelona. De primera mano, el Sant Pau es un magnífico conjunto arquitectónico de ladrillo a la vista, mosaicos, cerámica, vitrales y pintura que le rinde no solo un homenaje a su creador sino también al espacio.El recorrido empieza en el pabellón de la Administración. Un video, una mesa interactiva y otros elementos introducen al visitante en la importancia patrimonial y artística del conjunto monumental, la evolución histórica de la institución y su aporte a la medicina. A través de la red de túneles subterráneos que conectan los diferentes edificios se accede a los jardines. Desde aquí se puede disfrutar de la belleza exterior de todas las edificaciones. Cúpulas, cubiertas, fachadas, esculturas y vidrieras son los elementos más destacados.Paseando por este magnífico entorno se llega al pabellón de Sant Rafael, donde se puede contemplar su interior tal y como fue concebido a principios del siglo XX. El recorrido recomendado finaliza en el pabellón de Sant Jordi, un lugar rehabilitado que acoge exposiciones temporales.El edificio principal es el más rico en cuanto a profusión decorativa. Construido entre 1905 y 1910, fue concebido como entrada principal para acoger las dependencias de la dirección y admisiones hospitalarias. Sobre él se levanta una torre reloj que lo caracteriza. A ambos lados de ésta se extienden dos naves que lo sostienen, salvaguardan y complementan la fachada. Al entrar, lo primero que llama la atención es una escalera que sale del vestíbulo y está cubierta por un domo vitral, que le da luz y color, dos premisas características del modernismo. El pabellón de la Administración también acoge el Archivo Histórico del Hospital, uno de los fondos documentales hospitalarios más importantes que se conservan en la actualidad, y que recoge obras y documentos históricos desde el siglo XV al XX.El pabellón de Sant Manuel fue edificado entre 1922 y 1925. Estaba destinado a la sala de cirugía general masculina. Y es que esa era otra particularidad del hospital en sus comienzos. Los pabellones estaban divididos en edificios para hombres y en edificios para mujeres. Por su parte, el edificio de Sant Leopold, construido entre 1903 y 1918, era el destinado a la sección de cardiología y medicina general. El pabellón de Nostra Senyora de la Mercè, elevado entre 1902 y 1911, tenía capacidad para 60 camas y se especializaba en los servicios de ginecología y obstetricia. El equipo de arquitectos se encargó la consolidación estructural y la restauración de fachadas, cúpulas y terrazas.La restauración de los pabellones modernistas, declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1997, también ha permitido el desarrollo de un programa cultural que tiene como objetivo principal la puesta en valor de este tesoro del modernismo europeo. La figura de Lluís Domènech i Montaner y su contribución a dicho movimiento, así como el valor patrimonial e institucional de Sant Pau y su aporte a la medicina son las piezas claves de este programa.La coordinadora del Programa Cultural y Comunicación del Recinto Modernista, Mercè Beltrán, aclara que el sitio no es un museo. Sin embargo, añade, “el patrimonio arquitectónico y artístico de Sant Pau es importantísimo y la institución hospitalaria cuenta con muchos años de historia. Por eso lo abrimos al público y la actividad de las instituciones confluirá con las visitas de manera organizada”.

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