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La guerra que hay detrás de la cartelera de cine en Colombia

La competencia es ahora con atractivas promociones para atrapar más espectadores en el país.

27 de mayo de 2012 Por: Redacción de El País

La competencia es ahora con atractivas promociones para atrapar más espectadores en el país.

Hasta hace unos años, cuando los niños exclamaban ‘queremos ir a cine’, papá y mamá se miraban y entraban casi en una crisis de nervios. Si para los chicos ir de película un fin de semana era un plan divertido, para los que debían pagar los boletos y el refrigerio era todo lo contrario: un motivo de estrés. Ahora, con diversos exhibidores, la escena no es tan dramática: ¡todos ofrecen cine a precios de película! Lo cual ha hecho crecer el mercado de espectadores en el país.Cinecolombia, Royal Films y Cinépolis, entre otros, compiten con atractivas estrategias para seducir a los actores del mercado: cinéfilos y no cinéfilos, grandes y chicos, de todos los estratos, y así llenar sus salas de cine.Tarjetas de beneficios al cliente, descuentos en horarios o fechas establecidas o en alianza con un producto, acumulación de puntos, y muchas promociones aparecen en el guión de la competencia que busca un final feliz: no tener sillas vacías.“Nuestra mejor estrategia son las campañas de sensibilización y acercamiento a los espectadores mediante la fidelización; hasta hoy hemos entregado 600.000 tarjetas Cineco de espectadores fieles a CineColombia”, dice Paola Campo, gerente de mercadeo de esta compañía, líder en el mercado en el país. El programa de fidelidad de la Tarjeta Cineco, además de descuentos de taquilla, estimula a los clientes mediante la asignación de puntos por consumo que serán redimibles en premios de la confitería. Además, esta firma fue la pionera en lograr que el público hiciera ‘magia’ con su dinero pagando la mitad de su boleta los miércoles con una tapa de gaseosa (estrategia que ahora han asumido otras cadenas). “De toda la taquilla que se vende los miércoles, entre el 12% y 14% llega por este producto”, dice la ejecutiva de esta compañía.Por su parte, Diego Terán, jefe de publicidad y mercado de Royal Films, sostiene que uno de los planes de la firma “es el posicionamiento de marca que busca comprometer al cliente a través de un excelente servicio y beneficios personalizados según sus preferencias. Es el caso de la TCR (Tarjeta Cliente Royal)”.Esos servicios personalizados incluyen enviar a los portadores de la TCR programación de películas de acuerdo con el perfil de los gustos temáticos que le hacen al registrarse. “Así, el afiliado elige ver su película en la compañía que él ve que se preocupa por él y que además se la ofrece con la mejor tecnología con la que viene respaldada en imagen y sonido y con la comodidad y confort en sala”, explica.Cinépolis, el último exhibidor que ingresó al mercado nacional con salas VIP, también ofrece descuentos en su taquilla los días martes, incluidos los títulos en 3D, y premia con una boleta gratis a sus clientes al sacar la Tarjeta Club Cinépolis. El País intentó infructuosamente contactar a sus ejecutivos de mercadeo para obtener información más detallada al respecto, pero su página web ofrece esta y otras estrategias de fidelización de público. De ahí que las escenas diferenciales entre los protagonistas de esta competencia se trasladan a la calidad del servicio, ya que todos son conscientes de que proyectan las mismas películas y se deben a la divulgación de un bien cultural y de entretenimiento.“Nuestra gran fortaleza es la calidad en el servicio”, dice Terán, de Royal Films y explica: “por eso nuestro programa bandera es la tarjeta de beneficios permanente, con la que no se debe pagar más ni adelantar dinero por tener los mismos beneficios que va a recibir en otra parte”.Además, destaca, los descuentos son extensivos a tres miembros de la familia o de amigos, “porque entendemos que ir a cine es un plan familiar o de grupo, porque a nadie le gusta ir a cine solo y puede disfrutarlo acompañado sin estresarse por los gastos”.La reñida competencia entre los actores del mercado ha hecho que los precios de las entradas se mantengan estables, evitando la tendencia al alza y favoreciendo a los espectadores.Sin embargo, sobre si hoy es más barato ir a cine en nuestro país, Paola Campo, de CineColombia, opina: “Eso es relativo, no es que sea más barato o no, sino que el costo ha ido creciendo de acuerdo con el aumento del índice de precios del consumidor, IPC”.Cifras que sitúan los precios del cine en el país en el promedio de los del resto de América Latina. Incluso, México está por encima de los costos que se manejan en las diferentes salas de cine colombianas.Los descuentos de taquilla de Royal Films con la TCR oscilan entre los $1.000 y $2.000 en sus salas en todo el país. “Si hacemos un comparativo con años pasados, hoy en día los precios han bajado en favor de la masificación del cine, en el sentido de que los costos de las entradas se han estancado y dejó de ser tan caro ir a cine”, dice Terán.Cine empresarial Llevar más público es más fácil aún con la estrategia de bonos corporativos con los que empresas, fondos de empleados y cajas de compensación familiar, que destinan presupuesto para entretenimiento y cultura, premian a sus empleados con una ida a cine. Al respecto sustenta Terán: “Vimos que teníamos que buscar la gente -no esperar que ella viniera a nosotros- y como no podíamos hacerlo puerta a puerta, buscamos los canales para ello y los bonos son una forma de que la gente venga a cine de una forma relajada”, sustenta Terán.Con estas estrategias, que también incluye los planes corporativos, CineColombia considera que el comportamiento de la taquilla en nuestro país es muy bueno y que la ocupación es igual tanto en general como en preferencial. “En Cali nos va muy bien y es la tercera ciudad con mayores ventas en el país”, concluye Paola Campo.Sin embargo, Terán admite que los costos de cafetería en cine en el país siguen siendo un poco costosos, “porque brinda un servicio especializado, muy diferente al de tomar gaseosa y papitas fritas en una tienda”, dice. Al respecto, Paola Campo destaca que en CineColombia “tenemos variedad de productos y no son costosos comparados con los del mercado, todos estamos en el mismo rango y manejamos precios parecidos”, sostiene.Apreciación en la que coincide Terán y reitera que “nuestra apuesta es llevar mayor volumen de asistencia y de todos los estratos socioeconómicos a las salas a menores precios”.Esta sana competencia por el mercado de divulgación cinematográfica ha hecho que ahora ir a cine no sea un lujo, sino un servicio más que entra en el presupuesto de la canasta familiar. Una escena reveladora es que en la actualidad, cuando hay más salas de cine que hace varios años, se ven largas filas para disfrutar del séptimo arte. La razón, este plan ya no estresa a nadie porque está a precio de película.

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