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La danza "felina" del caleño Óscar Chacón, protagonista de la apertura del Festival de Ballet

El caleño Óscar Chacón, bailarín estrella del Béjart Ballet de Suiza, será mañana la figura central en la apertura del VIII Festival Internacional de Ballet.

31 de mayo de 2014 Por: Ricardo Moncada Esquivel | periodista de El País

El caleño Óscar Chacón, bailarín estrella del Béjart Ballet de Suiza, será mañana la figura central en la apertura del VIII Festival Internacional de Ballet.

Bailar sobre los más exigentes escenarios en los cinco continentes, es uno de los privilegios que ha tenido el bailarín caleño Óscar Chacón, quien será la figura central de la gala de apertura del VIII Festival Internacional de Ballet, de Incolballet, que tendrá lugar mañana domingo en la Plaza de Toros.Este talentoso bailarín egresado de Incolballet en 1992, obtuvo medalla de bronce en el prestigioso Concurso Internacional para estudiantes de Ballet, de la Habana, Cuba, en el 2002.Dos años después se integró al Béjart Ballet, de Suiza, compañía fundada por el coreógrafo franco belga Maurice Bejart, cuyas creaciones fueron interpretadas por estrellas de la talla de Rudolf Nuréyev, Patrice Bart o Jorge Donn.Béjart, quien murió en 2007, conoció a Óscar cuando apenas este tenía 16 años y tras quedar impactado por sus movimientos en el escenario, decidió llevárselo para su prestigiosa compañía, con sede en Lausana, Suiza, que ahora dirige el coreógrafo Gil Román. Tan solo en lo que va corrido de este año Óscar se ha presentado en Senegal China y Alemania, además de las temporadas habituales en Lousana, donde actúa en un teatro abarrotado por un público que le aclama y admira.Chacón dialogó con El País, en medio de una gira que realiza por Alemania, para hablar de su carrera y expectativas ante su inminente llegada a Cali. “Es la primera vez que me presento en el Festival. Siento una gran felicidad y mucha ilusión por regresar a la ciudad para mostrar a mi gente, a mi familia, a la Escuela todo lo que he aprendido por fuera”, expresó.¿Qué le dejó su paso por Incolballet?Es una escuela muy diferente a otras escuelas de su tipo, por que Gloria Castro logró adaptar un sistema muy diverso. Allí encontré a la maestra cubana Elena Cala, quien fue la persona que me formó y me inculcó el amor, la pasión y la disciplina por la danza. Esa formación permitió que me adaptara muy rápidamente al Bejart Ballet. Además tenía el referente de una Compañía de Ballet. Maurice Béjart decía que a una Compañía la precede una Escuela y Gloria tuvo esa visión para sus alumnos. ¿Qué sabía del coreógrafo Maurice Béjart antes de conocerlo?Yo tenía referencia de él porque, con mi mamá, habíamos visto por televisión su espectáculo ‘Ballet for live’, fue algo que se me quedó en la memoria porque no me imaginaba que eso se pudiera hacer.¿Cómo fue su encuentro con este coreógrafo francés?Fue alguien crucial en mi carrera, como bailarín y como un adolescente de 16 años. Conocerlo fue un choque, como le pasaba a todo el mundo. Él tenía una mirada muy penetrante y la postura de un director, de un coreógrafo. Luego de verme bailar se sentó a mi lado y me dijo me gusta tu físico, tu ángel y quiero que estés en mi compañía. El encuentro fue de muchas formas importante para mí.Pero cuáles fueron las enseñanzas que recibió de Béjart?Él era una persona muy meticulosa y exigente, pero de buen ambiente. Sobre todo me enseñó a sacar a flote mi personalidad, a saberte parar en la escena y defender tu ángel. Su compañía es un cruce de razas y cultura que es un punto filosófico que es más profundo que cualquier método de enseñanza o estilo, es algo que me ha enriquecido mucho.¿Y cómo se define como bailarín?En Suiza, Francia o Japón, la crítica dice que soy un bailarín felino. Y Gil Román, mi director, dice que soy un animal en escena. Así que podría ser un animal felino o un felino animal. Pero detrás de todo eso está ese estilo que genera Béjart Ballet desde muchos años atrás, con grandes bailarines como Jorge Donn o el propio Román, un estilo visceral que te sale de las tripas. Esa es una marca de la casa Béjart. ¿Y cómo define el estilo de las obras de Bejart Ballet?Es un estilo neoclásico. Pero luego Béjart es un coreógrafo que hace una puesta en escena en la que no solo hay ballet, sino que aporta coreografía, teatro, muchas cosas a la vez, es una propuesta muy diversa.¿Qué significa la danza para usted en este momento de su vida?Más que un trabajo, la danza es mi pasión, pero es algo que es cotidiano, es decir, yo bailo. No hago otra cosa más que eso, vivo de la danza y no necesito nada más. Tengo muchos otros sueños por supuesto, pero en este momento de mi vida estoy aprovechando esa madurez que tengo en la danza. Es algo que me está dando frutos en lo profesional y en lo personal, una simbiosis total donde vivo intensamente todos los procesos. Cada día es un desafío.¿Qué trae al Festival? Estaré con dos piezas. Durante la inauguración del 1 de junio voy a presentar ‘El Soldado enamorado’, un solo muy lindo que Béjart creó para la película ‘Muerte en Venecia’, acompañada de una canción típica napolitana, la cual bailaré con los estudiantes de Incolballet, algo que cae perfecto para la celebración del Festival y los 35 años de la escuela. También traigo una muestra coreográfica de la obra ‘Danzas griegas’, también creada por Bejart, para mostrar algo de lo que estoy haciendo ahora. ¿Qué consejo les da a los niños y jóvenes que se forman en Ballet?Lo principal es dedicación y cultura. Cuando digo dedicación me refiero a tener perseverancia y disciplina. Y cuando digo cultura, es estar más que informado, disfrutar el arte, absorber de todas las culturas e interesarse por todo tipo de expresión tanto académica como de la calle, sea salsa, tango o aprender tai chi, porque todo eso enriquecerá su lenguaje de bailarines. A tener su mirada atenta a lo que pasa a su alrededor. No todos están llamados a tener una carrera brillante, pero esos principios se aplican a cualquier proyecto de vida. ¿Qué le gustaría hacer a su regreso a Cali, después de 5 años de ausencia?Creo que me encantaría comerme unas buenas empanaditas con champús.

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