Gustavo Niño, el solista invitado al concierto de la Filarmónica de Cali
El concierto será el viernes en la Universidad Javeriana y tendrá entrada libre para el público.
El concierto será el viernes en la Universidad Javeriana y tendrá entrada libre para el público.
La batuta del maestro Irwin Hoffman y el talento del guitarrista Gustavo Niño, como solista invitado, son la fórmula del Concierto de Temporada No. 14 de la Orquesta Filarmónica. La primera cita con la Orquesta será hoy, en el Teatro Municipal Enrique Buenaventura, a las 8:00 p.m.; la segunda será el viernes, a las 6:30 p.m. en la Universidad Javeriana, Auditorio Alfonso Borrero Cabal, como parte de la celebración de los 45 años de la institución. Para estas dos jornadas de conciertos, el programa estará integrado por la Obertura Las Bodas de Fígaro de Wolfgang Amadeus Mozart, el concierto para guitarra de Álvaro Ramírez Sierra y la Serenata No. 1 de Johannes Brahms. Las Bodas de Fígaro, obra maestra de Mozart, se destaca por ser luminosa y festiva. En esta piezas las cuerdas y el fagot nos dejarán apreciar una exuberante alegría. Otra de las piezas será el concierto para guitarra del compositor caleño Álvaro Ramírez Sierra, (1932-1991) quien realizó 90 piezas musicales en el campo de lo vocal, coral, cámara y sinfónica. Ramírez Sierra es reconocido en el círculo académico de Cali y Colombia por sus aportes en el campo de la creación musical, como pedagogo y director de orquesta. Su concierto para guitarra y orquesta escrita en 1962, será ejecutado por el solista Gustavo Niño. La composición llega con un sabor colombiano a ritmo de un pasillo -bambuco, con un lenguaje sencillo, de fácil comprensión para quien lo escucha por primera vez. Es un concierto escrito con lenguaje moderno pero de onda expresión musical, que debería tocarse más frecuente en nuestra salas de concierto por su valor musical. La última pieza del repertorio será la Serenata No. 1 en re mayor, óp. 11 de Johannes Brahms nos muestra el reencuentro del compositor con una forma antigua de ejercer la serenata instrumental. Brahms establece un nuevo discurso musical desde lo sensible y refinado, verdadera joya en los bien sonados ambientes palaciegos de la época del siglo XVIII y que hoy en las salas de concierto es necesario volver a retomar. En una ocasión el compositor manifestó que él había puesto vino nuevo en odres viejos. Fue pensada para un octeto o noneto de vientos y cuerdas, pero la versión definitiva estrenada por Joachim en Hamburgo el 18 de Marzo 1859 está reservada a conjunto de 2 flautas, 2 oboes, 2 clarinetes, 2 fagotes, cuatro cornos, dos trompetas, timbales y cuerdas. Una obra plena de luz, de carácter popular, meditativa con una bella melodía del clarinete. Una obra que sirvió de base para futuras composiciones de gran importancia en el plano orquestal. (*) Docente musicólogo.