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Gloria Castro, directora de Incolballet, responde con carta a la Ministra de Cultura

La maestra Gloria Castro, en respuesta a afirmaciones de la Ministra de Cultura, dijo que es un “exabrupto” asegurar que el Festival de Ballet no es una creación de Incolballet y critica que en la organización y el manejo de la Bienal de Danza no haya representantes del sector de la danza profesional.

1 de octubre de 2013 Por: Especial para El País

La maestra Gloria Castro, en respuesta a afirmaciones de la Ministra de Cultura, dijo que es un “exabrupto” asegurar que el Festival de Ballet no es una creación de Incolballet y critica que en la organización y el manejo de la Bienal de Danza no haya representantes del sector de la danza profesional.

Como un “exabrupto” calificó Gloria Castro, directora y alma de Incolballet, la afirmación de la ministra de Cultura, Mariana Garcés, según la cual el Festival de Ballet que organiza Incolballet, desde el 2007, no es de esa institución sino de la Alcaldía de Cali.En carta remitida a El País, en la que se refiere a su vez a una misiva de la Ministra y que fue publicada por este diario el jueves pasado, la maestra Castro sostiene que “ el Festival es un proyecto concebido, gestionado y realizado de principio a fin por Incolballet”.Gloria Castro también critica la Bienal de Danza que realizará Proartes, con el patrocinio del Mincultura. En especial cuestiona “la ausencia absoluta de algún representante, más o menos reconocido, del sector de la danza profesional, sobre todo si pensamos en la magnitud aplastante del evento y sus implicaciones”, detrás de la organización del mismo.Tal como publicó la comunicación remitida por la Ministra, El País publica a continuación la misiva enviada por la Directora de Incolballet:“La Ministra de Cultura ha escrito una extensa y abigarrada carta, intentando responder, infructuosamente, los graves cuestionamientos que muchos periodistas, intelectuales y artistas le vienen haciendo a su gestión. Como en dicha misiva, así como a lo largo de este debate público, se refiere a Incolballet, me siento en la obligación de exponer mi punto de vista, para que la opinión pública valore nuestras distintas acciones y posiciones. Quisiera hacerlo proponiendo tres interrogantes:1. ¿De quién es el Festival de Ballet: de Incolballet o de la Alcaldía? La Ministra dice en forma rotunda: “...el Festival de Ballet, no es de Incolballet...”. Mi primera reacción ante el exabrupto es que seré sometida, nuevamente, al intento de un desconocimiento o a un despojo que viene en camino. Tomo aire: en mi conciencia y en el de la comunidad a la que represento existe la idea clara que el Festival de Ballet es un proyecto que nace al interior del desarrollo artístico de Incolballet, que es una Institución pública de enseñanza artística especializada para la danza, concebida sobre los principios de formación, producción artística y formación de público, en consecuencia el Festival es un proyecto concebido, gestionado y realizado de principio a fin por Incolballet. La Ministra no cree en eso: en otra frase memorable, le asigna a Incolballet el árido papel de un “operador”. La retórica de su visión corresponde a la omnipotencia de su concepción del poder: todos los festivales que se hacen en Cali, según ella, son dirigidos y ejecutados por la Alcaldía. No, esos eventos se han desarrollado en procesos autónomos, concebidos y conceptualizados por los artistas, son iniciativas que, a posteriori, la Alcaldía respalda (...). Es evidente que sin el apoyo económico del Estado no se pueden hacer y en ese sentido el poder de los funcionarios de turno es crucial. La gestión de un Secretario de Cultura o de un Ministro, no consiste en realizar sus proyectos personales, sino en crear las condiciones para que el arte y la cultura se desarrollen, no consiste en crear este tipo de eventos, sino en respaldarlos o todo lo contrario, en oponerse a ellos de forma abierta o sibilina. El mejor ejemplo de esto es el citado, paradigmáticamente, por la Ministra: el Festival Iberoamericano de Teatro fue creado y ejecutado por Fanny Mickey, su éxito estaba centrado en su magnetismo, en sus relaciones internacionales, en sus conocimientos profesionales y en su indiscutible liderazgo artístico. Nadie desde el Estado o desde las instituciones privadas pretendió o pudo suplantarla o reducirla a ser la administradora de unos recursos presupuestales. En su misiva, la Ministra sitúa el debate sobre el arte y la Cultura en el campo del poder, para ella las “autoridades” políticas o sociales son las que toman las decisiones, porque son ellas, en últimas, las que controlan el presupuesto, los artistas en este contexto son figuras marginales. A ese juego de sometimiento y genuflexión ante el poder me he negado toda la vida y creo que en Cali y en el país se impone, cada vez más, una visión democrática de la cultura.2. ¿Cuál es el origen y la legitimidad de la Bienal de Danza? La Ministra lo describe con transparencia: un grupo encabezado por el Alcalde y la Secretaria de Cultura, seguido por los directores de Comfandi, la Alianza Francesa y Proartes. Desde luego, un grupo selecto de personalidades, a quienes la Ministra les presentó su análisis de la “necesidad nacional” de crear una Bienal de Danza. Desde luego que estas autoridades lo son en sus respectivos campos profesionales, pero, allí no había ninguna “autoridad” del mundo del ballet o la danza. Se puede pensar que la reunión tuvo un carácter eminentemente económico y administrativo, sobre los aportes presupuestales y, de paso, se aprobó la espontanea iniciativa de nombrar a Proartes, “operador” del evento. No conocemos el acta de dicha reunión, a la que de forma expresa alude la Ministra, pero, es muy probable que no haya sido necesaria una reflexión de carácter artístico y cultural en la sustentación de la idea, no obstante la cuantiosa inversión que se proponían realizar. Lo notable de este acto fundacional es la ausencia absoluta de algún representante, más o menos reconocido, del sector de la danza profesional, sobre todo si pensamos en la magnitud aplastante del evento y sus implicaciones. Yo entiendo perfectamente que reunir al “sector” de la danza puede ser una tarea titánica y ponernos de acuerdo puede ser algo inesperadamente complejo, pero, es peor ignorarlo, olímpicamente, y luego tratar de convencernos que lo que se hace es para nuestro fortalecimiento y beneficio. Esta suplantación de los artistas, se repite en el denominado “equipo curatorial” en su mayoría completamente ajeno a la práctica profesional de ballet y la danza, en cualquiera de sus expresiones, desde luego ellos podrán presentar sus títulos como espectadores y aficionados o como gestores danzarios y, desde luego, como personas, son gente de bien, pero, no es el “equipo” artísticamente idóneo para la envergadura del proyecto. La impresión final que queda es que la Bienal surge como un acto hegemónico de un grupo selecto de autoridades, probablemente cultas, en su sentido general, pero, ajenas al medio de la danza, a sus prácticas, a sus aspiraciones, a sus proyectos y realizaciones. 3. Un viejo conflicto: ¿Festival de todos los géneros o festivales especializados? Al parecer, el concepto central de la Bienal de Danza del Ministerio y su operador Proartes, es el de reunir todos los géneros dancísticos en un solo gran evento. También se dice que será una “vitrina” para visibilizar los “procesos” propios de la danza caleña, estimular la confrontación artística y fortalecer los procesos de formación. Todo eso está muy bien, pero, “reunir todos los géneros” tiene tanto de largo como de ancho. Si como dice la Ministra en su misiva, las cifras indican que el 70 % de los bailarines colombianos pertenecen al campo del folklor, lo que reclama el país es un gran festival de folklor o una gran representación del folklor en la Bienal de Danza. De otro lado estarían las danzas urbanas y los bailes populares, como la salsa, pero, en este mismo sentido ya Cali tiene un ‘Festival Mundial de Salsa’. No sobra advertir que el folklor y la salsa son en esencia expresiones y prácticas espontáneas, sus bailarines y sus procesos se desarrollan en su gran mayoría como experiencias de aprendizaje empírico y no requieren para su validación títulos académicos. Con respecto al ballet, Cali tiene el Festival Internacional de Ballet que organiza Incolballet. Este Festival contiene varias modalidades de la danza profesional, dado que el ballet hace varias décadas dejó de ser solo la imagen estereotipada del tutú y las zapatillas de punta. Cabe anotar, frente a las declaraciones de la Ministra, que Incolballet es una institución muy visible, reconocida nacional e internacionalmente y en materia de formación de bailarines profesionales, es un modelo latinoamericano. Debo agregar aquí que nuestra concepción del Festival ha surgido en el largo proceso educativo de estos últimos 35 años, no entendemos la cultura solo como espectáculo, sino estrechamente ligada a la educación de los valores éticos y estéticos más altos. Dado que existe un Festival de Ballet, suponemos que la representación del ballet en la Bienal no será en número muy significativa, dada la necesaria presencia de todos los géneros, sobre todo de los populares que tienen la recepción más masiva. ¿Qué será entonces la Bienal: una síntesis o un resumen de lo más representativo de todos los géneros, nacionales e internacionales, en una mezcla variopinta de lo popular y lo culto?Quisiera concluir agradeciendo las múltiples manifestaciones de solidaridad recibidas, ante el intento anónimo de sacarme, con retorcidas argucias legales, de la dirección de Incolballet. Estoy impresionada y conmovida por los actos de valor de quienes se han atrevido a denunciar hechos graves que yo ignoraba y que explican la hostilidad que ciertos sectores sociales han orquestado en mi contra. No me cabe la menor duda que esta polémica es necesaria y saludable para la cultura, y sin duda, revela la existencia de distintas concepciones sobre las formas de asignación de los recursos públicos para el desarrollo de sus distintas manifestaciones. La política pública debe estar regida por el principio de reconocimiento a los propios artistas en cada sector y a los procesos que con esfuerzos de muchos años viene realizando en la formación, producción y formación de públicos. Este es el caso de Incolballet que cumple en el mes de octubre 35 años de labores. Hemos resistido con entereza y dignidad las limitaciones presupuestales que siempre amenazan nuestro porvenir, hoy somos una Escuela, una Compañía y un Festival, el nombre de Cali está presente en los bailarines de Incolballet que pertenecen a las grandes compañías de ballet del mundo, he recibido de ellos, en estos días, el mejor plebiscito de reconocimiento que yo podría desear. Las personas que impulsan e intrigan por mi desaparición, tendrán todavía que esperar un tiempo, seguiré aquí e Incolballet seguirá siendo la bandera de mi vida”.

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