Estreno: 'Los Miserables', el homenaje de Tom Hooper a un clásico

Los miserables’ ha sido adaptada para diferentes medios y épocas. Ésta vez, la legendaria novela de Víctor Hugo llega a la pantalla como un musical sólido en actuaciones, dramaturgia y fotografía, que exalta la obra sin descuidar ni uno solo de sus elementos.

Sin importar la tecnología y las nuevas narrativas cinematográficas, las películas musicales, han encontrado la forma de mantenerse vigentes a pesar del cambio de los tiempos. A su favor tienen el respaldo de una industria que los mira con cierta nostalgia y benevolencia. Poco se les pide, es verdad, pero no por esto sus autores dejan de esforzarse en proponer nuevas mezclas que incluyen historias, actores y géneros musicales novedosos. De musicales y clásicosA pesar de que sus años dorados (entre 1930 y 1960, aproximadamente) hayan quedado atrás, en la memoria de muchos han quedado los nombres de estrellas que nacieron y crecieron en medio de cantos y coreografías de películas que se convirtieron en referentes obligados. Películas como ‘West Side Story’, ‘Cantando bajo la lluvia’, ‘Jesucristo Superstar’, ‘Hair’ y ‘Grease’ podrían servirnos para dar una gran mirada a la evolución de un género que si bien procede de la ópera, ha encontrado su nicho propicio en la industria cinematográfica estadounidense.De esta manera las historias narradas, representadas y cantadas de los musicales, han mantenido cautivo a un público que asume como cierto un universo dramático en el que los protagonista viven y reflexionan sus acciones a través de cantos y bailes que cambian de acuerdo al momento histórico en que se inscriban. Algo tiene de atractivo el género que se ha convertido en reto para directores como Alan Parker con ‘Evita’(1996), protagonizada por Madonna y Antonio Banderas, Lars Von Trier con ‘Bailando en la oscuridad’, protagonizada por Bjork y Woody Allen con ‘Todos dicen I love you’, por mencionar solo algunos. Y es que a pesar de no estar consideradas el plato fuerte de un director, las películas musicales sí se encuentran entre esa lista de pendientes que todos quisieran superar con éxito. Por eso, cada año Hollywood espera con ansias el musical del año que trae sobre sus hombros el compromiso implícito de superar a su antecesor en temática, producción y casting. ‘Moulin Rouge’, ‘Chicago’, ‘El fantasma de la ópera’, ‘Mama mía’ han sido algunos sin mencionar los televisivos como ‘High school Musical’ y los animados como ‘La princesa y el sapo’ y ‘Enredados’. El musical de este año, supera las expectativas de sus antecesores y hace justicia a la novela que representa. Se trata de ‘Los miserables’ escrita por Víctor Hugo a mediados de 1800 y que en varias oportunidades ha sido adaptada para diferentes medios. La nueva versión está a cargo de Tom Hooper, quien el año pasado se alzó con muchos premios con ‘El discurso del rey’ y que con toda certeza, da un paso sólido en su carrera con esta nueva producción. La propuesta de HooperDecir pues que ‘Los miserables’ es un gran musical es un acto de sinrazón y de obvia comodidad. La propuesta cinematográfica de Hooper da cuenta de una autor arriesgado y valiente que superó la tibieza de la que bien podría haber hecho uso, amparado en su gran casting y en el material primigenio. Nada de eso. Hooper no duda y sabe hacer su trabajo, se trata de cine y no de literatura. Esto no quiere decir que ‘Los miserables’ sea una versión libre del clásico literario. Al contrario, el primer gran acierto de esta película radica en el equipo de guionistas-adaptadores, compuesto por los William Nicholson, experto en adaptaciones históricas, Claude-Michel Schonberg y Alan Boublil, grandes conocedores de musicales teatrales, entre ellos la obra del mismo nombre. Acertada la escogencia de los fragmentos, la capacidad de síntesis y la economía de personajes. Pero toda esta historia bien podría haber pasado inadvertida si no hubiera sido encarnada por actores de primera línea como Hugh Jackman (Los X-men) en el papel de Jean Valjin, Russell Crowe (‘Gladiador’) como Javert y Anne Hathaway (‘La boda de Raquel’) como Fantine. Toda esta interesante mezcla fue aprovechada y potenciada por Hooper, quien logra el tono justo con tintes políticos, críticas sociales y una estética dramática que deja ver la Francia de aquel entonces, las desigualdades, las miseria y claro, la eterna lucha entre el bien y el mal que tanto preocupó a Víctor Hugo. Las canciones aportan ese relieve necesario que complementa la acción, enfatizando las situaciones y convirtiéndolas en algo aún más dramático, sin llegar a incomodar a los que no gustan ni disfrutan mucho aquello de la ‘cantadera’. ‘Los miserables’ se convierte en un buen abre bocas para aquellos que aún no se han aproximado a la novela de Víctor Hugo y en un generoso homenaje a aquellos legendarios personajes que han dormitado en la literatura universal. Con justa carga dramática y buen suspenso, ‘Los miserables’ conserva ese sabor a thriller tan necesario para mantener atentos a los espectadores que pueden sentirse agobiados por su gran extensión.