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'Ella se va’, el regreso de la diva del cine Catherine Denueve

‘Ella se va’ muestra un viaje de encuentros y confrontaciones en la vida de una mujer madura que asume su nuevo rol en el mundo. La película que trae de regreso a la diva de divas, Catherine Denueve, es una bella narración que se mueve entre la nostalgia y el olvido.

10 de agosto de 2014 Por: Claudia Rojas Arbeláez | Especial para GACETA

‘Ella se va’ muestra un viaje de encuentros y confrontaciones en la vida de una mujer madura que asume su nuevo rol en el mundo. La película que trae de regreso a la diva de divas, Catherine Denueve, es una bella narración que se mueve entre la nostalgia y el olvido.

A sus sesenta y tantos, Betty lleva en su piel la sombra de una belleza lejana y en su corazón la esperanza de que aquel amor compartido que ha mantenido oculto en los últimos años, por fin se decida por ella. Entre tanto, trabaja como mesera en un restaurante que tiene con su madre quien, al parecer, es su única amiga. El amante esperado por fin se decide en silencio, pero en lugar de hacerlo por ella, se marcha con una mujer más joven. La noticia llega a Betty, por medio de su madre, que se lo cuenta a manera de chisme, dejándola desconcertada en la mitad de un camino que no termina de comprender si termina o apenas comienza. La noticia trae efectos inciertos en la mesera que, en un descanso de su trabajo, se sorprende a sí misma al montarse en su auto y emprender un viaje cuyo destino ni siquiera ella conoce. Pronto el recorrido sin propósito adquiere sentido ante la llamada de su hija que le pide le ayude realizando un viaje con su hijo.¿Una hija? ¿Un nieto? ¿De dónde salieron estos elementos dramáticos? ¿Por qué solo hasta ese momento? Estas preguntas que bien podrían descolocar al espectador metódico y hacerle pensar que el pasado de la historia es más interesante que el mostrado, se disuelven ante un presente que fluye orgánico e intuitivo. Se cumple, pues, la premisa recurrente de aquellas películas de carretera, en las que el viaje externo es apenas una excusa que nos deja entrever lo que en realidad pasa en el interior de sus protagonistas. La aparición primero del nieto y después del otro abuelo, son algunos de los detalles importantes de una vida que parece resultarle ajena y muy lejana. El orgullo herido de mujer abandonada empieza a ceder y se aleja, dejando dispuesto el corazón y haciendo espacio a otra forma de amor, uno más vital, más real, el amor filial. Todo esto se convertirá no solo en la semilla que germinará a medida que avanza la historia sino también en la verdadera esencia del sentir de una mujer cuyos años idos parecen haber sido los más relevantes de su vida. En este diálogo entre el pasado y el presente, en el que aparece un nieto que la ve como la abuela ausente y con quien se ve forzada a realizar un viaje, que al final les permitirá conocerse y amarse con profundidad. Y también la hija, llena de reclamos silenciosos y resentimientos que han permanecido intactos sin importar la distancia y el paso del tiempo. Esta película, que lleva por nombre ‘Ella se va’, está dirigida por la francesa Emmanuelle Bercot. Y lo que es aún más interesante, está protagonizada por Catherine Denueve. Aquella ‘Bella de día’ (Luis Buñuel, 1967), que ha sido mesurada en la escogencia de sus proyectos cinematográficos, entre los que podemos recordar sus inolvidables actuaciones en ‘Repulsión’ (1965) y ‘Bailando en la oscuridad’ (2001), saca chispas a un personaje que, de lejos, parece haber sido creado para ella. La diva, que ha sabido reinventarse con el paso de los años, se mueve con libertad en una historia que la aborda como una mujer madura dotada de una belleza que aún subsiste y que en su ocaso recoge la cosecha de los errores cometidos en el pasado. En su andar, la rabia y la frustración empiezan a quedar atrás, mientras descubre que la clave de la supervivencia está en la renuncia y la adaptación. Betty entiende que, aún en sus casi setenta años, puede saborear las mieles de la hermosura, en la seducción como mujer y como aquella ex reina de belleza que aún sigue siendo admirada por algunos. Esta vez, sin embargo, el hombre al que seduce apenas si ajusta los doce años, pero logra despertar en ella un sentimiento que no conocía y al que había permanecido indiferente por cuenta el orgullo y tal vez el egoísmo. Dejar ir el pasado resulta fundamental para encontrarse un futuro que, claro, puede presentarse con algunos resquemores, pero a su vez con mayores certezas. Solo quien deja partir, puede encontrar. El papel no podría venirle mejor. Bien porque Denueve se mueve dentro de él con la autoridad que le brinda el reconocimiento propio y con la tranquilidad del que no tiene nada que ocultar. Así renace frente a una cámara que la descubre desde diversos ángulos con el único propósito de desnudarla de sus prevenciones y hacerla más real. Sin embargo, en esta ‘Ella se va’ hay mucho más que facturas del pasado y conquistas de nuevas victorias en esa tercera edad inadvertida pero inaplazable. Esta película de acentos femeninos marcados desde su dirección, no abraza discursos moralistas ni reclamos. Todo lo contrario, exhibe esta etapa vital como una pletórica de feminidad, una edad en la que la crueldad del pasado ido puede doler, pero solo para propiciar un nuevo arranque.

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