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El triste adiós a Fernando Soto Aparicio, el autor de ‘La rebelión de las ratas’

El escritor, poeta y guionista colombiano falleció este lunes a los 83 años en Bogotá por causa de un cáncer gástrico. Conozca su legado.

3 de mayo de 2016 Por: Elpaís.com.co l Colprensa

El escritor, poeta y guionista colombiano falleció este lunes a los 83 años en Bogotá por causa de un cáncer gástrico. Conozca su legado.

A la  edad de 83 años, tras varios años de lucha contra el cáncer gástrico que padecía, murió este lunes en Bogotá el escritor boyacense Fernando Soto Aparicio, recordado por la novela ‘La rebelión de las ratas’.

Nacido en Socha y criado en Santa Rosa de Viterbo, Boyacá, llevaba varios años retirado del mundo de las letras y del campo académico, tras varias décadas como catedrático de distintas universidades del país. En 1961 fue exaltado con el premio Selecciones Lengua Española,  en 1970 recibió el Premio Casa de las Américas, y un año después, el Premio Ciudad de Murcia.

Entre su legado literario se cuentan más de 50 libros, entre novelas, poemas, cuentos, obras de teatro, ensayos y estaban escritos para poder  ser llevados al cine.

Incluso, hace algunos meses, siendo consciente de que el cáncer pondría el fin a sus días, publicó, a manera de despedida, ‘Bitácora del agonizante’.

“Hay que amar la vida, debemos ser capaces de construir un mundo más amable y dulce”.  Fernando Soto Aparicio, en declaraciones hechas en abril de 2014, en el Colegio que lleva su nombre.

De sus 83 años, 70 los dedicó al mundo de las letras pues en el momento de abandonar la infancia y entrar en el caos de la adolescencia, escribió dos novelas, influenciadas por sus clásicos favoritos, que jamás vieron la luz, que con el tiempo miraba con algo de vergüenza, pero que entendió que ellas cumplieron su labor, como testimonio de su salto al vació en el mundo de la literatura.

‘Los miserables’ de Víctor Hugo, fue la obra que lo impactó de niño, que lo impulsó a escribir, y a la cual siempre regresó. De hecho, recordaba que en Francia encontró una vieja edición de este libro, y aprendió francés sólo para poder leer este texto en dicho idioma.

Hace 56 años publicó su primera novela, ‘Los bienaventurados’, gracias a un galardón que obtuvo en España, luego de no encontrar quien la publicara en Colombia. No sin antes pasar por el calvario de la incertidumbre al enviar el trabajo a un concurso, siendo esta la única copia que tenía del libro, y sin saber si, de no ganar, se lo devolverían.

“Necesitamos una paz que nazca en el corazón de cada uno de nosotros. Para eso se necesita  solidaridad, convivencia y el deseo de construir  paz duradera”, Fernando Soto Aparicio.

Fue un escritor disciplinado, lo que le permitió publicar cerca de 70 libros, sin contar sus tres décadas de trabajo en la televisión. De ahí, que fácilmente, en más de diez stands de la Feria Internacional del Libro, el lector podría encontrarse con 44 obras del  boyacense. “Un libro sin un minucioso trabajo de investigación se cae en la mitad de su redacción”, decía, por lo que para él era indispensable que para hacer literatura “existiera pasión y mucho trabajo”.

Su aporte en la  televisión

Dramatizados, series y telenovelas también fueron escritas por Soto Aparicio, quien además escribió  artículos de prensa y de opinión.

Una generación que creció viendo algunas de sus series de televisión, en especial ‘Los comuneros’, una producción patrimonial que hizo parte del programa ‘Revivamos nuestra historia’, que contó con 36 capítulos, y se emitía todos los domingos. Estos hacen parte de  los más de  cinco mil libretos que hizo en su vida, muchos de ellos firmados bajo cinco seudónimos distintos.

“Yo envejezco pero mis libros no, ellos permanecen vigentes”, aseguró una vez y uno de los ejemplos más claros es ‘La rebelión de las ratas’, una pieza indispensable de la literatura colombiana, publicada hace más de medio siglo.

Durante décadas, y aún ahora, este libro que hace parte de la agenda académica de los colegios, quienes se sumergen en la historia de Timbalí, un pueblo ficticio de Boyacá, que se encuentra bajo el dominio de las multinacionales estadounidenses, mostrando como la industria extranjera se aprovecha de las circunstancias económicas de las familias campesinas, hasta que llega un momento en que la comunidad no resiste más y comienza el caos en búsqueda de la liberación.

Un hombre lleno de ingenio y muchas anécdotas, como la historia detrás de ‘Hermano hombre’, una novela que escribió en un monasterio en un municipio cercano a Bogotá, y que al tenerla preparada, sería presentada por el entonces presidente Belisario Betancur, pero la noche del lanzamiento fue la misma en la cual se presentó el holocausto del Palacio de Justicia en Bogotá.

La construcción de sus personajes siempre fue exaltada por la crítica y sus  colegas. Y las mujeres siempre fueron claves en toda su narrativa. “Es un ser complejo por excelencia, fue el ser que mejor le quedó a Dios en ese proceso de armar el mundo, con la fortuna de tener la oportunidad de que las mujeres me cuenten sus sueños, ilusiones, pero también sus penas, dolores y pecados”, dijo Aparicio una vez  en referencia a su mayor fuente de inspiración. 

Su obra es extensa, en especial en géneros como narrativa y poesía, donde desarrolló temas como los conflictos históricos y sociales de un país como Colombia. Siempre apoyado de una fuerte y profunda investigación sobre el tema.

Su obra poética data desde 1953, siempre concebida con una función social, siempre muy elaborado pero fluido, que va desde lo personal, pasando por las incertidumbres y zozobras de su circunstancia histórica, sin dejar atrás el público infantil, con piezas como ‘El color del viento’, ‘Guacas y guacamayas’ y ‘Lunes’.

Tuvo un tiempo en el cual fue diplomático en Austria, pero  lo suyo siempre fueron las letras y el intenso trabajo en las letras.

Ahora, la Universidad Nueva Granada, donde también trabajó, está  construyendo un centro literario que llevará el nombre de Fernando Soto Aparicio, donde se encontrará la mayoría de su obra, su biblioteca personal y   más de 25 cajas de recortes de sus artículos de prensa.

La enfermedad

Hace 18 meses Soto había estado sufriendo de un cáncer gástrico que lo apartó del mundo de las letras y la academia. “Él sabia que tenía una enfermedad irreversible, todos sabíamos cual iba a ser un desenlace. Sin embargo, con valentía, Fernando  siguió trabajando y fue en ese momento que escribió su último libro ‘Bitácora del agonizante’ en el que reflejaba lo que se estaba enfrentando”, contó Fernando Rojas Acosta, gerente de la editorial Panamericana.

Soto  tuvo un final con mucha medicación para disminuir el dolor. “Me decía, ‘Tocayito, me duelen hasta las pestañas’. Era una persona de mucha fortaleza y luchó hasta el último aliento”, agregó Rojas.

“Siempre mostró una vocación e interés por leer, veía esto como algo fundamental en su vida. Fue un lector voraz de muchísimos libros no solo de Colombia sino de Latinoamerica”, dijo Felipe Ossa, gerente de la Librería Nacional en Blu Radio. “La importancia de los libros está en mostrar lo que somos y las partes positivas y salvables que existen hoy en el mundo”, solía decir el escritor.

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