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‘El sorprendente hombre araña’: de regreso al pasado

El regreso del querido Peter Parker a la gran pantalla ofrece a sus espectadores apartes perdidos de la vida del querido fotoperiodista de Nueva York. Este parece ser el mayor atractivo temático de una producción hecha para el disfrute de los sentidos, gracias al Imax y al 3D, pues se queda corta en el intento de ser una película relevante.

9 de mayo de 2014 Por: Claudia Rojas Arbeláez Especial para GACETA

El regreso del querido Peter Parker a la gran pantalla ofrece a sus espectadores apartes perdidos de la vida del querido fotoperiodista de Nueva York. Este parece ser el mayor atractivo temático de una producción hecha para el disfrute de los sentidos, gracias al Imax y al 3D, pues se queda corta en el intento de ser una película relevante.

Después de ver ‘El sorprendente hombre araña 2’, los que hemos sido admiradores del superhéroe newyorkino, podríamos quedarnos con un corto paso de boca. Un sabor efímero que apenas si nos permite recordarla (solo por partes) por una fracción de tiempo después de terminarse, sin instalarse en la memoria ni transformar nuestro imaginario. Pero ¿A quién le importa? Para dolor de los más puristas, hace ya mucho tiempo que los superhéroes se convirtieron en franquicias que se comercializan a las productoras que quieran explotar su buen nombre, siguiendo, por supuesto, unas máximas dramáticas. Lejos han quedado las exclusividades de los personajes interpretados por únicos actores y las historias arquetípicas que nos brinden un único punto de vista. En este aterrador escenario capitalista, el director que recibe el encargo de hacer otra película más de los justicieros personajes del mundo de los cómics (Marvel, DC Comics,…) debe sentir, como mínimo, un escalofrío que le recorre el cuerpo y lo lleva a pensar dos veces si acepta el reto. No es para menos. Resolver esta ecuación en la que se combinan el dinero de otros, la expectativa del público y el futuro de su carrera, no es fácil. A pesar de esto, pocos rechazan la oferta, a la que además cargan con sus propias expectativas de hacerle justicia a sus recuerdos infantiles. Entonces aparecen nuevas versiones de Superman, Batman y Spiderman. Versiones que proponen o bien una nueva perspectiva biográfica del protagonista, con detalles curiosos de su orígenes, o bien agregando nuevos y más feroces villanos a vencer. Cada que aparece una nueva versión de estas, resulta imposible no preguntarse qué más se puede contar de lo mismo, si ya lo hemos visto todo o casi todo, entonces ponemos nuestros ojos en los efectos o en el actor de turno, a ver si así logramos seducirnos. Lo increíble es que nunca falta el osado. Directores casi anónimos que saltan al mundo de las grandes inversiones llevando a cuestas la engorrosa responsabilidad de cumplir con lo que algunos han rechazado en otrora. Y eso fue justo lo que pasó con ‘El sorprendente hombre araña 2’, una película que llega dos años después de su homónima antecesora. En sus comienzos esta nueva trilogía fue ofrecida a Sam Raimi, quien sin dudarlo la rechazó. Sobraban los motivos para decir que no. Raimi intentaba librarse del peso que llevó consigo durante cinco años, tiempo en el que trabajo con Tobey Maguire dándole vida a su propia versión del ‘Hombre araña’. Marc Webb en cambio dijo que sí y acompañado por Andrew Garfield, emprendió el proyecto de ‘El asombroso hombre araña’ con todo el entusiasmo y muchos juguetes, también.Ahora con esta segunda parte de la nueva trilogía, que lleva por subtítulo ‘La amenaza de Electro’ vale la pena preguntarse lo mismo de siempre. ¿Era necesario que esta película existiera? Los nuevos dueños de esta la franquicia y el director dirían que sí… Los primeros porque han superado por mucho sus expectativas económicas y el segundo porque pudo remediar los errores cometidos en la primera. En esta nueva versión nos encontramos con un Peter Parker más maduro y menos misterioso. Uno que bromea, de manera bastante floja para mi gusto, con los villanos y que intenta olvidar la promesa que le hizo al padre de su novia antes de morir. Así lo vemos en su doble vida, tomando fotos y recorriendo la ciudad por las alturas, protegiendo a los neoyorkinos de la maldad. Hasta allí nada novedoso. Sin embargo el nuevo ingrediente que se adiciona en esta versión es su pasado. Conocemos entonces a los padres de Peter, el doctor Richard Parker (Campbell Scott) un científico que trabajaba en un proyecto especial para la compañía Oscorp cuando muere en circunstancias sospechosas. Ahora el pasado ha venido a cobrar mucha importancia en la vida de Parker que intenta comprender y sanar parte de su vida. Entonces todo se precipita, la gratuidad hace su aparición en una película que empieza a resolverse más por capricho y funcionalidad que por naturalidad. Como el mejor de los investigadores empieza a unir piezas del pasado y revela ante nuestros ojos un secreto que ha permanecido guardado por más de veinte años. Y ¡qué suerte! consigue hacerlo justo a tiempo para evitar que el nuevo villano en juego haga de las suyas. Un villano interesante pero contenido, interpretado por Jamie Foxx y que pasa del anonimato a la maldad por cuenta de un accidente de laboratorio. Hasta ahí todo funciona dentro de la normalidad. Combates y persecuciones van y vienen en medio de un derroche tecnológico que gracias al 3D nos permite ponernos en la piel del arácnido. Esto, sin duda, se convierte en el mayor atributo de esta producción. Sin embargo no basta para quienes conservamos la expectativa de quienes aún queremos ver a este sorprendente hombre que nos anuncian en los carteles. Porque el que aparece en la pantalla no sorprende tanto. Aunque en su humanidad sí… y es que en su final, esta película deja expuesta la vulnerabilidad. Tal vez por allí…

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