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El escritor Miguel Botero García fue el ganador del Premio Spiwak 2016

El escritor se presentó al concurso bajo el seudónimo ‘Astromelio’ con su novela ‘Sueño blanco’, una obra que en opinión del jurado se distinguió “por su calidad literaria. Conozca los detalles.

10 de agosto de 2016 Por: Claudia Liliana Bedoya S., reportera de El País

El escritor se presentó al concurso bajo el seudónimo ‘Astromelio’ con su novela ‘Sueño blanco’, una obra que en opinión del jurado se distinguió “por su calidad literaria. Conozca los detalles.

La espera terminó. El escritor Miguel Botero García, radicado en Medellín, es el ganador de la primera edición del Premio Spiwak Ciudad de Cali a la Novela del Pacífico Americano en Español.

Este martes, durante la realización del conversatorio ‘Panorama actual de la literatura en español’ se conoció el veredicto del jurado conformado por Rosa Beltrán, de México; Leonardo Padura, de Cuba; Sergio Ramírez, de Nicaragua; Noé Jitrik, de Argentina, y Darío Jaramillo Agudelo, de Colombia.

El escritor se presentó al concurso bajo el seudónimo ‘Astromelio’ con su novela ‘Sueño blanco’, una obra que en opinión del jurado se distinguió “por su calidad literaria, la caracterización de personajes y situaciones, y el manejo de una voz narrativa que retrata a una generación desesperanzada, presa de las drogas y la violencia”.

Los 280 trabajos postulados fueron evaluados por 16 lectores que realizaron un filtro para el jurado.

En el acta, el jurado reconoció que si bien la historia se desarrolla en Medellín y tiene episodios en Cali, a fines del Siglo XX, “su tema es afín con países de Latinoamérica y su situación es actual”.

Ángel Spiwak, presidente de la Fundación Spiwak, manifestó que para esta, la primera convocatoria del premio, se contó con la participación de 16 países, incluidos algunos trabajos provenientes de Inglaterra y Francia. El país con mayores participantes fue Colombia con 150 propuestas. “Creemos que con el premio hacemos un aporte a la ciudad y va a contribuir con muchas de las actividades que se realizan en la ciudad. El premio es una oportunidad para dar un empujón, en la dirección adecuada, para unirnos y avanzar”.

El reconocimiento será entregado en el mes de octubre, durante la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Cali, que se realizará en el Bulevar del Río, del 20 al 31 de octubre. Dentro de la programación de la Feria, también se hará el lanzamiento de la novela.

280 manuscritos inéditos se presentaron, provenientes de todos los países que conforman la Cuenca del Pacífico Americano, desde Canadá hasta Chile. 50 mil dólares recibe el ganador, además de la publicación de su obra por parte de Siglo XXI Editores. 3 meses abarcará ‘Tenemos la Palabra. Temporada del Libro y la Lectura – Cali y Valle del Cauca’  en donde entidades públicas y privadas se articularán en torno al fomento de la lectura y la cultura del libro.

Tenemos la palabra

Previo a conocerse el fallo del Premio, Luz Adriana Betancourth, secretaria de cultura y turismo de Cali presentó la temporada del libro y la lectura ‘Tenemos la palabra 2016’, espacio a través del cual entidades públicas y privadas se unirán para entregar a Cali y al Valle una programación en donde el gusto por leer y el encuentro con los autores estarán a la orden del día, entre los meses de agosto y octubre.

En la programación está prevista la realización del XVI Festival Internacional de Poesía, el encuentro literario Oiga, Mire, Lea; el Encuentro Internacional de Bibliotecas, la Feria Internacional del Libro de Cali, Subterránea Feria Gráfica y el Carnaval del Libro Infantil.  

La temporada se realiza gracias a una articulación de entidades como las Secretarías de Cultura y de Educación tanto de Cali como del Valle, la Biblioteca Departamental, la Fundación Spiwak, Bibliotec, las universidades, la Red de Centros Culturales, el Banco de la República, Carvajal y la Red de Bibliotecas.

Habla el jurado

El argentino Noé Jitrik integró presidente del jurado del Premio Spiwak Ciudad de Cali a la  Novela del Pacífico Americano en Español habló con El País. Asegura que los trabajos que llegaron a sus manos le parecieron interesantes. “Tenían cierto nivel de madurez, de decisión de escritura y  decisión literaria”.

Explica que fueron  trabajos “con interés de lectura, con ganas de saber a dónde iba el autor, con temas bastante originales, otros con temas muy del drama social, político, humano actual. No eran temas indecisos de alguien que escribe porque sí”. 

Además, a través de las propuestas se podía percibir desde qué país estaba hablando el autor, cuyos nombres reales solo los conocieron anoche, pues todos los trabajos se presentaron bajo seudónimo.  

Jitrik reconoció que la decisión del ganador, “fue a satisfacción, no fue un premio otorgado a desgano porque los cinco miembros del jurado venimos de experiencias literarias muy diferentes pero coincidimos en los finalistas, sin acuerdos previos, fue una coincidencia muy agradable.  Además, no  hubo presiones de ningún tipo: ni de la organización ni de autores”.

Explica que entre los aspectos que el jurado tuvo en cuenta al tomar la decisión, jugaron aspectos como la buena escritura  en el sentido narrativo, la  inteligencia, la capacidad descriptiva, el  rigor en la exposición. “La suma  de estas cosas hace que un texto sea interesante. Un texto literario debe ser seductor, nos debe retener”.

¿Cómo ve hoy el mercado de la literatura latinoamericana?

Es un panorama bastante complejo. Al hablar de literatura latinoamericana tenemos que hacer un esfuerzo para conocerla porque, dadas las características del mercado, no hay facilidades para saber, conocer y valorar lo que ocurre en el conjunto latinoamericano. Por ejemplo, una gran editorial que tiene presencia en todos los países de América Latina, los libros de cada país no los envían a las otras sucursales, esperan a que se las pidan por si hay posibilidades de venta. Entonces un escritor colombiano, publicado aquí, no necesariamente o no con facilidad llega al resto de América Latina. 

Pero también hay otras prácticas como el autor que manda sus libros para que lo conozcan, pero tropieza con las leyes del correo: Mandar un libro ahora, es casi tan caro como el libro mismo. El correo es extorsivo, es una especie de mafia que ahoga la comunicación literaria.

Además, está el hecho de que la literatura hoy no tiene cabida en los medios.

 ¿Están las condiciones dadas para que exista otro ‘boom latinoamericano’ y que las fronteras se abran para la literatura?

No hay receta para eso, depende de muchas situaciones como  demográficas, económicas, políticas, sociales, etc. Hoy las sociedades están preocupadas por otras cosas, están afligidas. En Colombia, me atrevo a decir que toda la tensión que provocó el conflicto empieza a atenuarse, ya no estará tan presente en las conversaciones y relaciones. Y uno puede tener la esperanza de que si ese ánimo continúa y la situación económica no es tan catastrófica, el interés por la literatura, puede regresar. Pero si como sucede en Argentina, donde el costo de la vida es muy alto, la literatura pasa a un cuarto término. ¿Quién puede comprar un libro que cuesta 15, 20 o 30 dólares cuando el precio del pan aumenta de una semana a la otra?

La posición de la lectura es ambigua, es tiempo libre y esparcimiento; pero también es un gasto que hace parte del presupuesto familiar. Sin embargo, cada vez más en las escuelas de letras encontramos más población, hay chicos que se interesan por estudiar literatura y que no saben qué van a hacer con lo que tienen en las manos.

Y pese a los costos, se siguen publicando libros, pero el sistema es inmediatista y si el libro no se vende en las primeras semanas, al poco tiempo los liquidan.

Entonces, quienes hoy asumen el camino de la literatura ¿asumen una labor quijostesca?

Sí, es un acto de resistencia dedicarse a la literatura con seriedad.

¿Y qué opina de que las editoriales le abran espacio a los famosos ‘youtubers’?

Ese es un fenómeno de oportunismo tecnológico. Sucede que con eso pasa lo mismo que cuando ves un edificio y en el edificio hay ladrillos. Uno aprecia la estructura, las ventanas pero no se aprecia el ladrillo. Hay muchas cosas que se escriben, que están ahí y que de pronto pueden ser el fundamento de algo que de pronto adquiere una forma que pueda tener importancia.

 ¿Por qué el ensayo sigue en el rincón de los olvidados?

Porque implica una exigencia de lectura mayor que el relato, porque este último apela a algo más inmediato y se presentan imágenes que nos conmueven, nos interesan. Es cierto que una novela nos distrae, conmueve, divierte, aburre; pero, el ensayo requiere otro tipo de lectura como un recogimiento, en donde lo diferente predomina.  Requiere un mayor esfuerzo y concentración de lectura y la gran mayoría rechaza ese esfuerzo. Casi todo, en la vida cotidiana, que implique esfuerzo lo rechazamos, queremos la facilidad.

 ¿Y de qué manera diversificar el interés para la literatura infantil y consentir a los pequeños lectores?

Hay interés en lo infantil porque genera una presencia en el mercado fuerte, hay mucha producción de libro infantil pero no quiere decir que sean buenos libros necesariamente. Y con la suma de buenos escritores y artistas, tenemos un mercado que es más seguro que el de la misma novela latinoamericana.

El Ministerio de Cultura de  Colombia está empeñado en subir los índices de lectura de 1.9 libros al año a 3.2, ¿qué recomendaciones nos podría ofrecer para hacer una tarea de fomento a la lectura más acertada?

Es un tema importante no solo de tipo político, es un buen objetivo, pero hay que ver cómo se encara eso. Si se encara como una obligación casi moral, no funciona. No se le puede decir a un chico ‘Debes leer’, hay que buscar otros caminos para que el chico quiera leer. La lectura es uno de los escasos aspecto de la existencia humana en el que funciona la libertad porque si no quiero leer, nadie me puede obligar. Cada persona lee si quiere. Hay que llegar a que haya un deseo de lectura y ese deseo venga ligado al disfrute, al conocimiento, al ejercicio de una calidad superior que está en cada uno. Si somos personas inteligente no nos podemos quedar en lo inmediato hay que desarrollar la inteligencia que tenemos, viendo cosas diferentes a las que se te ofrecen a diario como un libro. La cultura es un universo, es como una selva y si uno se queda en la orilla, nunca va a conocer sus misterios y sus animales vendrán a devorarnos. No hay que obligar a leer, hay que seducir.

 ¿Y las librerías sí nos están ofreciendo algo que valga la pena?

Nos están ofreciendo todo lo inmediato, lo que producen las editoriales; pero también están las librerías de viejo, de segunda o usados. Pero es interesante ver cómo las primeras ofrecen todas lo mismo y por eso si alguien tiene curiosidad de algo distinto va a las otras y esa es una decisión inteligente de vincularse con la literatura. 

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