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El Clavo’ es de acero inoxidable

Quince años está celebrando la revista que surgió como una publicación estudiantil en la Universidad Javeriana, en 1996. Hoy es independiente y hace historia fresca y desparpajada.

4 de septiembre de 2011 Por: Redacción de El País

Quince años está celebrando la revista que surgió como una publicación estudiantil en la Universidad Javeriana, en 1996. Hoy es independiente y hace historia fresca y desparpajada.

Hace quince años, en 1996, a unos estudiantes de la Universidad Javeriana les dio por fundar una revista que llamaron ‘El Clavo’, porque la soñaron como “herramienta de construcción de ciudad”.Ese entonces César López (Cali, 1979) prestaba servicio militar y había suspendido estudios de ingeniería industrial en esa universidad.Al regresar a la vida civil entró a la revista. A partir de la décima edición se convirtió en el director, mientras los otros fundadores fueron retirándose.Tres lustros después, cuando a César se le pregunta por todo ello, responde como hablando para sí mismo:Para que un clavo sea útil se requiere de un martillo. ¿Qué o quién cumple con esa función en ‘El Clavo’?El sueño. Es un proyecto de vida que no nació de la necesidad sino del deseo. ¿La idea es clavar a quién? La idea es poder decir lo que no se puede en otros medios o de otras maneras. Por eso lo decimos con humor, para que el clavo entre suave, sin hacer daño y sin que nos censuren.¿A quiénes han clavado?Cuando la revista se hacía en la Universidad Javeriana, hicimos unos temas sobre el poder y dijimos verdades. Logramos bajar los precios de la cafetería y de los almuerzos; hicimos una evaluación de la prueba y el promedio académicos, de la necesidad de abrir un banco de créditos, de las becas. Hemos clavado a los sistemas totalitarios, a la desigualdad, a la discriminación sexual. A lo que más duro hemos dado es al sistema educativo.¿A quiénes no han podido clavar?No hemos hallado el lado para hablar de la estupidez de muchos jóvenes a quienes les vale nada que la ciudad se esté acabando. Hasta ahora como que nos hemos martillado los dedos.¿A quién no han querido clavar?No hemos querido meternos con la Iglesia Católica, porque es un tema muy complejo y no tenemos la madurez suficiente para enfocarlo. ¿A quiénes les da miedo clavar?De pronto, inconscientemente, hemos eludido temas. El año pasado sacamos una crónica sobre abortos, con contenido inocuo, pero nos equivocamos en los pie de fotos y enfrentamos posible demanda. Eso me dejó temeroso. Hace poco hicimos un ‘facebook’ de Silvestre Dangond con su canción ‘Me gusta, me gusta’ y sus supuestas caricias a un niño, y se armó un ‘pedo’ horrible en Caracol. De modo que cada vez que publicamos un tema medio espinoso, yo aprieto los dientes porque ha habido amenazas, aunque ello demuestra que a ‘El Clavo’ sí lo leen. ¿Quién ha clavado a ‘El Clavo’?Cuando sacamos unos estereotipos de los universitarios caleños según las universidades donde estudian, con nombre y todo. Luego fuimos a dictar una charla sobre liderazgo a la Autónoma y unos profesores nos rasgaron revistas en la cara. Eran de los que enseñaban periodismo.¿Algún anunciante los ha clavado?Un dueño de restaurante llamó bravísimo porque no habían llegado suficientes personas después de publicar un aviso. ¡‘Apenas’ 300! Con los que sí tenemos problemas es con quienes envían artículos, que no salen por largos. Con todas esas experiencias, ¿ya se considera periodista?Me gusta el periodismo, pero no el gremio, porque el periodista no es valorado. Aún así, me siento periodista desde el periódico del colegio.¿El gran lector de ‘El Clavo’ sigue en las universidades?Me sorprende encontrar lectores entre ‘pelados’ de colegio y suscriptores de más de 60 años de edad. En una convocatoria de lectores que hicimos este año respondieron 190 personas, de las cuales 30% era gente adulta con familia. Todo eso nos permite concluir que la revista responde a un estilo de vida y una forma de pensar.¿Lo han seducido con la política?Todo el tiempo. Al fin y al cabo, éste es un proyecto político no electoral. ¿Pero va a caer en la política?Yo creo que sí. Me gustaría, pero me da miedo encochinar mis sueños.¿Qué van a hacer los próximos quince años con la revista?Proyectarla a Latinoamérica. Ya tenemos el programa de radio y nos proponen hacer uno de televisión. Y consolidarla como la escuela de pensamiento en que se convirtió.

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