Conozca las caras ocultas del cine

El asistente de dirección, el script y el director de cásting son tan importantes como el director en una película. Este es su rollo.

Que detrás de una película hay todo un equipo que logra que esta salga adelante, no es un secreto para los espectadores. Lo que estos no saben es a qué se dedican tres figuras esenciales, aparte del director, en un set de rodaje. 

En el evento Días de Cine, que organizó la Universidad Autónoma, quedó claro que hay tres figuras tan indispensables como el director. Son ellos el  asistente de dirección,  el script y el director de casting.

El caleño Julián Laguna López es asistente de dirección  y aclara que es un rol por sí mismo y no un trampolín para llegar a ser director. 

Él ha trabajado en películas como ‘Yo soy Otro’, ‘La Sangre y la Lluvia’ y ‘La Sociedad del Semáforo’. Empezó a ejercer como tercer asistente de dirección en la película ‘El Cartel de los Sapos’, luego como segundo asistente de dirección en ‘San Andresito’, ‘180 Segundos’ y  ‘Crimen con Vista al Mar’.  Y hace cuatro años es primer asistente de dirección, en ‘ Mi Pasión por David’ (no ha terminado su  postproducción), ‘Los Hongos’ y  ‘Oscuro  Animal’, entre otros.

“Ser asistente de dirección es un rol,  como está  el de director, director de script, de  casting, sonidista.  Y esta persona debe ser un líder, tener carácter, sin  ser gritona, mandona, malencarada o grosera; debe estar bien parada  en el set, respetuosa,  generar tranquilidad y seguridad, porque uno rige el movimiento de todo.  Y ser atenta, coordinada y  ordenada”, explica este egresado de Univalle.

Entre sus múltiples funciones, las principales son las de coordinador y planeador en ambas etapas de la  producción audiovisual, tanto en la  preproducción como en la  posproducción. Debe  dar todas  sus herramientas para ejecutar de una manera precisa todas las indicaciones y sugerencias que tiene el equipo de producción. Es quien arma el cronograma. 

Explica Julián, que dependiendo de la afinidad que se tenga con el director, este le dará o no licencia para intervenir  creativamente. “Depende mucho del director, qué tanto me vuelvo su voz de conciencia o le ayudo a resolver cosas estéticas, porque logísticamente siempre tengo que intervenir.  Yo siempre trato de generar una buena relación, sino sería algo bastante complejo”.

Cuenta el caleño que en la película ‘El Cartel de los Sapos’ entró como tercer asistente de dirección. Estaba  encargado de los  extras, de su llegada, de su alimentación, de que llegaran las personas necesarias, de hacer un montaje de estas personas en el set. Sin embargo,  hubo un momento en el que la producción se pidió por cuestiones de tiempo y se formó una segunda unidad, y él tuvo que asumir la dirección durante  15 días de varias escenas en las que se habían quedado colgados. 

Claudia Pedraza, egresada de la Universidad del Valle, y su maestra y amiga, lo asignó como segundo asistente de dirección en cuanta película pudo y finalmente le dio el aval para ser el asistente de dirección de películas.

Además del asistente de dirección hay quien cumple otra función vital en una película, y es el script. Biviana Márquez ha realizado ambas funciones.  Esta paisa, egresada de comunicación audiovisual, dice que no  hay en Colombia, como sí   en España,  una especialización  en este cargo, solo cursos para aprender el oficio. 

Márquez ha trabajado en películas internacionales como ‘Deshora’, en Argentina y  en ‘El Corazón del Océano’, en  España; ‘La Cara Oculta’, del caleño Andi Baiz;  ‘Soñar no Cuesta Nada’, ‘El Ángel del Acordeón’, ‘El Amor y otros Demonios’, ‘Esto Huele Mal’ y  ‘Los Colores de la Montaña’.

La función de un script, explica ella, es la de manejar la continuidad. “Como las películas se ruedan en desorden, este hace que todo esté puesto de una manera que uno vea que no ha pasado el tiempo. Porque entre una escena y otra pueden haber  meses de  diferencia. El script coordina que maquillaje, vestuario, utilería, acciones y sentimientos del actor estén tal cual como  los traía en la escena anterior o siguiente que se haya rodado.

Así, cuando un espectador ve la película,  ve una continuidad, pero realmente el rodaje es muy fragmentado, se rueda en desorden”, asegura. “Debe lograr que el actor haga los mismos movimientos, que las cosas estén dispuestas en la misma posición, en una  escena, aunque esta se grabe fragmentada”, agrega. 

Otra tarea tan compleja como importante cumple la directora de cásting. María Juliana Casadiego, que trabajó en ‘El elefante desaparecido’ y ‘Desde la oscuridad’,  explica que “se encarga de escoger los actores principales y  secundarios. Ya  cuando se requieren extras y figurantes sin parlamento se contrata una empresa de cásting”.

Dice esta comunicadora con énfasis en producción audiovisual, de la Universidad Javeriana de Cali,  que aunque hay cursos  para  director de cásting hay que   observar mucho al director “para aprender a manejar actores, ayudarles con  la caracterización.  No hay que juzgarlos por los papeles anteriores  o porque  tengan  no experiencia. Lo más bonito de esto  es  poder descubrir talentos”.

¡3, 2, 1, acción!

La script: Biviana Márquez cuenta que en la película ‘Yo soy otro’, que rodó con Óscar Campo, y que  es la historia de un personaje que se clona, este tenía conversaciones con sus clones. “El público creería que se trataba de gemelos, pero era interpretado por un mismo actor. Tenía que cuidar que las miradas coincidieran para que se viera como que ellos se hablaban entre sí. Entre plano y plano habían horas y horas de grabación, porque se demoraban vistiendo y maquillando al personaje para hacer otro plano”.En ‘Los colores de la montaña’ hizo asistencia de dirección. Fue rodada en Jardín, un pueblo de Antioquia, donde llovía muy fuerte y escampaba y había que estar cambiando los planes de rodaje. Pero el gran reto dice fue  trabajar con niños. “Se reían, jugaban, peleaban, no son capaces de estar concentrados tantas horas”.María Juliana Casadiego estuvo a cargo en ‘Desde la oscuridad’ (que cuenta también con actores profesionales) de los  castings  en Bosa y Soacha, de 1500 niños, para escoger a 7. Les ponían a hacer a  diferentes actividades   les generaban reacciones de tristeza y de alegría. “El desafío con los actores naturales es mayúsculo, no entienden nada del manejo de una película, no saben cuándo se corta, quién manda o cuándo salir de escena”.