Conozca el nuevo director artístico y titular de la Orquesta Filarmónica de Cali
Adrián Chamorro, quien a partir de febrero de 2016 estará al frente del cargo, habló con El País sobre los nuevos retos que trae su llegada a la Orquesta Filarmónica.
Adrián Chamorro, quien a partir de febrero de 2016 estará al frente del cargo, habló con El País sobre los nuevos retos que trae su llegada a la Orquesta Filarmónica.
Tras dirigir orquestas como la Filarmónica de Salerno, la Internacional de Italia, la Sinfónica de Cuenca, entre otras, el maestro Adrián Chamorro asume el reto de llevar la batuta de la Orquesta Filarmónica de Cali. Liderará la agrupación en 2016, pero dice que le gustaría quedarse al menos tres años. Además, seguirá con un pie en Europa como integrante de la Orchestre des Champs-Elysées y otros proyecto de interés musical. Chamorro habló con El País sobre sus planes para la Orquesta Filarmónica de Cali. Cuándo le dicen Cali, ¿qué sensaciones lo invaden? Cali tiene una orquesta que conozco hace mucho tiempo, creo que la primera vez que estuve tocando con ellos como solista fue en los años 80. Mi relación es antigua con la orquesta. Tuve una primera relación como director hace unos 8 años y desde entonces he venido regularmente. Siempre ha sido una experiencia musical enriquecedora. Y cuando me propusieron ser director titular no me tomó mucho tiempo aceptar porque pienso que es posible, con esta orquesta, hacer un trabajo artístico interesante y convincente, que sea bueno tanto a nivel individual como de grupo. ¿Cómo planea multiplicar el impacto de la orquesta caleña? Quiero doblar la cantidad de conciertos. Hoy hacen un promedio de cuatro conciertos al mes y quiero hacer ocho para tener un mayor impacto en la sociedad y llegar a más público; además, para que la orquesta tenga la posibilidad de progresar más. En la música cuando se estudia una obra, se va al ensayo y de ahí al concierto. Y creo que no basta con hacer uno o dos conciertos de un programa para lograr los mejores objetivos. ¿Qué retos trae para la orquesta? El reto es la excelencia artística. Creo que lo que hace que una persona sea feliz es hacer las cosas bien. Eso va a exigir concentración y un trabajo de altísima calidad. Creo que esa regularidad de trabajar de lunes a viernes, haciendo lo mismo, termina por establecer una rutina y esta trae el adormecimiento del espíritu. Y la creatividad artística con el espíritu dormido es imposible. Soy un convencido de la alternancia entre periodos de trabajo intensos y periodos en los cuales el espíritu se regenere, haciendo otras actividades como, por ejemplo, hacer música de cámara o que el músico realice estudio personal intenso, lo que a su vez me permite exigir más. ¿De ahí su propuesta de que al interior de la orquesta se formen grupos de cámara? Claro, creo que la música de cámara es fundamental para el desarrollo tanto de los músicos como de la orquesta. Yo hice cuarteto durante 15 años y aprendí muchísimo, y me gustaría que los músicos de la Filarmónica de Cali puedan también tener una experiencia tan enriquecedora como fue esa para mí. Usted también trae dos propuestas para 2016: grabar un disco y hacer un concierto con una puesta en escena Grabar un disco es un ejercicio interesante porque exige reflejos diferentes a los que se necesitan para tocar un concierto. Hay que ser capaz de movilizar el espíritu durante tres minutos de manera perfecta, excelente. Ese tipo de concentración es importante. Con respecto al teatro, es una propuesta del maestro Jorge Mario Uribe, director asistente, de hacer un programa para conmemorar los 400 años de la muerte de William Shakespeare. La idea es hacer un proyecto en conjunto con el Departamento de Arte Dramático de Univalle para hacer escenas de obras de Shakespeare que han inspirado a compositores. ¿En qué consiste esa idea de hacer conciertos dedicados a un solo autor? Mi propuesta es que los conciertos estén dedicados a un solo compositor, lo cual permitirá dos cosas: al músico, entender y conocer más al compositor; y al público tener una idea más completa del estilo y obra de un autor. También habrá programas variados, a cargo de Jorge Mario Uribe, pero con una línea temática, por ejemplo, música rusa, el programa de Shakespeare o de compositores vallecaucanos. ¿A qué límites llevará a la orquesta? Al máximo límite posible, no hay límites para el conocimiento. Un conocimiento abre las puertas de otro. ¿Y cómo vamos a notar, los espectadores, la presencia del nuevo director? Hay algo que quiero implementar: antes del inicio de cada concierto, tener unas pequeñas sesiones de 15 a 20 minutos para tocar pasajes del concierto y explicarle al público qué va a escuchar, de esa manera, cuando el público ya escuche la pieza en el concierto pueda identificar aspectos claves de cada obra. Hacer un concierto con componente didáctico permite al público disfrutar y comprender mejor la obra. Yo espero con la orquesta hacer también una labor pedagógica.