Con su premio Rómulo Gallegos, Pablo Montoya entró al club de Gabo y Vallejo
El colombiano Pablo Montoya recibió en Caracas el Premio Rómulo Gallegos por su obra Tríptico de la infamia.
El colombiano Pablo Montoya recibió en Caracas el Premio Rómulo Gallegos por su obra Tríptico de la infamia.
El autor colombiano Pablo Montoya recibió la noche del domingo, en Caracas, Venezuela, el Premio Rómulo Gallegos que se concede cada dos años al mejor escritor de Hispanoamérica. Lea también: ¿Quién es Pablo Montoya, el ganador del Premio de Novela Rómulo Gallegos?
Montoya, oriundo de Medellín, con su obra Tríptico de la infamia, es el quinto colombiano que recibe esta distinción que en ediciones anteriores premió a Gabriel García Márquez, Manuel Mejía Vallejo, Fernando Vallejo y William Ospina.
Al aceptar su premio en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) pronunció un discurso en el que reconoció que aún se siente sorprendido por el galardón.
Debo manifestar a los miembros del jurado, al Celarg y a los venezolanos mi entera gratitud. Su gesto, a la vez magnánimo y temerario, ya que se ha premiado a un escritor completamente desconocido en el panorama hispanoamericano, me conmueve y me honra, expresó Montoya.
Igualmente, recordó de dónde venía y cómo eso influye en su literatura.
Vengo de un país llamado Colombia, que es como decir vengo del fuego y el oprobio, del resentimiento y la rabia.
Formo parte de una generación de colombianos que ha atravesado un campo minado en el que la vida no ha tenido valor. Y si ha tenido alguno, este ha sido rebajado a niveles vergonzosos. La violencia ha caído sobre nosotros como un animal hambriento. Nuestros padres fueron asesinados, nuestros abuelos despreciados y nuestros bisabuelos una vez más humillados y exterminados.
Agregó que esta doble faz, la del horror y la epifanía, la de la belleza y el sufrimiento es la que he tratado de reflejar en mis libros y muy especialmente en la novela que hoy se premia en esta sala.
Expresó que la novela en la que generosamente se ha detenido el jurado del premio Rómulo Gallegos, está atravesada de masacres y el dolor palpita en esas páginas como un corazón malsano. Pero también la nutre la búsqueda infatigable de los secretos de la creación artística. La belleza, la sensación permanente de que ella se levanta como un acertijo y un enigma, es ese ardor que siempre ha estimulado mi escritura.
El Tríptico de la infamia narra la historia de tres pintores protestantes que, cada uno a su manera, se convierten en testigos e intérpretes de los horrores que, en nombre de la religión y el afán de riqueza, se cometieron en Europa durante el siglo XVI y se extendieron a la América recién descubierta.
El vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, manifestó que obras como la de Montoya basadas en realidad y ficción, se alzan como denuncias contra la violencia. Son inmensamente valiosas, hoy más que nunca, subrayó.
El escritor recibió como parte del premio de la XIX edición un cheque por US$ 100.000 los cuales piensa destinar a la compra de una casa.
Montoya ha publicado libros de cuentos, ensayos y novelas, entre las que se destacan La sed del ojo (2004), Lejos de Roma (2008) y Los derrotados (2012). En 1999 el Centro Nacional del Libro de Francia le otorgó una beca para autores extranjeros por Viajeros y en 2008 obtuvo la beca de investigación del Ministerio de Cultura de Colombia.
El libro Habitantes (2000) ganó el premio Autores Antioqueños. Réquiem por un fantasma (2005) fue premiado por la Alcaldía de Medellín. En el 2007 ganó la beca de creación en cuento de la Alcaldía de Medellín con El beso de la noche.
En pocas palabras Estas son algunas frases de Montoya durante su discurso de aceptación del Premio Rómulo Gallegos: Mi obra ha sido escrita desde hace más de veinte años desde una cierta periferia. La periferia que representan todas las ciudades colombianas que no son Bogotá. La periferia de mi condición de inmigrante latinoamericano en Europa. Creo en el poder restaurador de la palabra a sabiendas de que ella también es un arma que hiere y provoca rencor.