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¿Cómo se dio a conocer la mágica 'Cien años de soledad'?

Muchos, menos Gabriel García Márquez, intuyeron el suceso de ‘Cien años de soledad’, en 1967. Historia de la publicación de este libro, que consagró al Nobel.

17 de abril de 2014 Por: Redacción de El País

Muchos, menos Gabriel García Márquez, intuyeron el suceso de ‘Cien años de soledad’, en 1967. Historia de la publicación de este libro, que consagró al Nobel.

A comienzos de 1965 Gabriel García Márquez estaba resuelto a no volver a escribir. Sentía que su estilo testimonial era un obstáculo para contar lo que quería.También se sentía atrapado haciendo labores distintas de lo literario, para sobrevivir. Trabajaba de ‘copy’ en publicidad y como guionista cinematográfico.Un día de enero, mientras conducía hacia Acapulco, le dijo a su esposa Mercedes Barcha: “¡Encontré el tono! ¡Voy a narrar la historia con la misma cara de palo con que mi abuela me contaba sus historias fantásticas, partiendo de aquella tarde en que el niño es llevado por su padre a conocer el hielo!”.De regreso a Ciudad de México reunió US5 mil, entre ahorros y préstamos, especialmente de Álvaro Mutis, y notificó a su mujer que mientras estuviera encerrado escribiendo, se ocupara de todo, sin molestarlo. Calculaba estar en su casa, que llamaba ‘La cueva de la mafia’, durante seis meses, pero demoró dieciocho.El escritor y crítico argentino Ernesto Schoo cuenta que al cabo de ese tiempo Gabriel y Mercedes estaban llenos de papeles: él, con ‘Cien años de soledad’, y ella con facturas sin pagar por US$10 mil. El título salió del último párrafo de la novela.Para promocionarla, García Márquez comenzó a publicar fragmentos en revistas como ‘Amaru’, de Lima, y ‘Eco’ de Bogotá, y en el Magazín Dominical del diario El Espectador. El escritor mexicano Carlos Fuentes, quien ya era amigo de su colega colombiano, los leyó y escribió a Julio Cortázar: “Acabo de leer una obra maestra. La novela de Gabo nos libera a todos”. Por esa época, Luis Harss, cronista de la literatura latinoamericana, preparaba el libro ‘Los nuestros’, sobre nueve escritores latinoamericanos, pero al leer algunos textos del aún poco conocido García Márquez decidió hacer el libro sobre diez escritores, incluyéndolo. “Los que saben, sabían que ese libro triunfaría”, dice Fernando Jaramillo, quien ha entrevistado 115 veces al autor y publicado 21 libros sobre su obra, en miniediciones. Uno es ‘Cuentos dispersos’, que contiene relatos que no figuran en ninguna antología, y también recogió columnas ya olvidadas.Cuando García se enteró de lo que hace Jaramillo le dijo: “Usted es un desocupado”. Pero eso fue tiempo después. A finales de 1966, ‘Los nuestros’ llamó la atención de Francisco Porrúa, director literario de Sudamericana, la editorial argentina que descubrió a Julio Cortázar y Juan Carlos Onetti.Porrúa no había oído hablar de García Márquez, pero con la reseña de Harss quiso convertirse en el editor de todas las obras del colombiano. Éste, sin embargo, ya las tenía comprometidas y le ofreció la inédita, por la cual aquel le ofreció US$500. ¡Y en casa se debían diez mil!El hispano-mexicano Vicente Rojo, amigo de los García Barcha, fue encargado del diseño de portada . Pero en mayo de 1967 llegó y no había portada; entonces le fue encomendada la labor a la diseñadora argentina Iris Pagano.A última hora, Porrúa decidió aumentar de 5 mil a 8 mil los ejemplares iniciales, que salieron al mercado el 5 de junio y quince días después se agotaron. Era frecuente ver a gente de Buenos Aires que llevaba bolsas de mercado de las cuales sobresalían ejemplares del libro. Fue necesario hacer otro tiraje de 10 mil ejemplares y en esas llegó la ilustración de Rojo, a quien se le ocurrió escribir al revés la E de ‘soledad’ en la portada, lo cual causó confusión: un librero de Montevideo marcó con bolígrafo la letra al derecho y mandó una nota de protesta a Suramericana; otros devolvieron los ejemplares y se escribió un artículo de prensa sobre la falta de cuidado del editor. “En el homenaje de la Real Academia de la Lengua a ‘Cien años de soledad’, se dice que la portada de Vicente Rojo fue la primera. No lo es”, subraya Jaramillo. A finales de junio de 1967, García Márquez fue por única vez en su vida a Buenos Aires, para ser jurado del concurso de novela Primera Plana-Editorial Sudamericana. Tomás Eloy Martínez, en ese entonces periodista del diario ‘Primera Plana’, relató: “Aquella misma noche fuimos al teatro del Instituto Di Tella. Mercedes y él se adelantaron hacia la platea. La sala estaba en penumbras, pero a ellos, no sé porqué, un reflector les seguía los pasos. Iban a sentarse cuando alguien, un desconocido, gritó ‘¡Bravo!’, y prorrumpió en aplausos. Una mujer le hizo coro: ‘Por su novela’, dijo. La sala entera se puso de pie”. En CaliEn ese junio del 67, “cuando la edición llegó a Cali, fui a la librería en momentos en que Felipe Ossa, hoy gerente de la Librería Nacional, era un simple empleado y estaba desempacando los libros acabados de llegar. Yo saqué el ejemplar de la caja y compré el primer ‘Cien años de soledad’ en esta ciudad”, dice Fernando Jaramillo, lo cual ratifica Ossa: “El segundo ejemplar se vendió dos o tres días después, porque Gabo no era conocido”.Y, sin embargo, al pedirle Jaramillo que autografiara la edición original, el escritor se quedó serio y le dijo: “Ese libro es pirata”, sólo por fastidiarlo.En los primeros tres años fue vendido más de medio millón de ejemplares de ‘Cien años de soledad’. A la fecha van más de 35 millones de ejemplares vendidos, en cerca de 40 idiomas.

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