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Celebrando el bicentenario del padre de ‘Rigoleto’

Rechazado en el conservatorio y considerado por Wagner como decadente, Giuseppe Verdi se convirtió, a la postre, en el compositor más representado en la ópera. No solo sus versos fueron coreados por los patriotas italianos con ánimo libertario, sino que hoy, a 200 años de su natalicio, aún es aplaudido por obras como ‘Rigoleto’, ‘La Traviata’ y ‘Aida’.

29 de agosto de 2013 Por: Miguel González / Especial para GACETA

Rechazado en el conservatorio y considerado por Wagner como decadente, Giuseppe Verdi se convirtió, a la postre, en el compositor más representado en la ópera. No solo sus versos fueron coreados por los patriotas italianos con ánimo libertario, sino que hoy, a 200 años de su natalicio, aún es aplaudido por obras como ‘Rigoleto’, ‘La Traviata’ y ‘Aida’.

Que Verdi sea el compositor más representado en la historia de la ópera no debe sorprender a nadie. No, al menos, para los asiduos a la ópera o para quienes hayan escuchado al menos una vez en sus vidas obras como ‘La Traviata’, ‘Rigoletto’, ‘El Trovador’ y ‘Aida’. Giuseppe Verdi logró lo que pocos, calar con sus melodías en la memoria colectiva. Nació hace doscientos años en una pequeña aldea llamada La Roncole en la Lombardía, cerca de Busseto, ciudad donde inició sus estudios, mientras los domingos tocaba el órgano en la pequeña iglesia del caserío natal. A los 19 años llega a Milán donde es rechazado en el Conservatorio, lo que no impide que elija como destino la composición musical. Siete años después estrena su primera ópera, ‘Oberto’ en la Scala. Con esta obra se inicia una intensa carrera que lo condujo a componer 32 óperas. Desde las tempranas como ‘Un día de reinado’, ‘Nabucco’, ‘Los Lombardos y ‘Juana de Arco’, la capacidad de producción e imaginación de Verdi era imparable. Estrenaba una o dos óperas al año, lo cual dio como resultado que en esta primera década se representaran 16 producciones. Entre ellas ‘Nabucco’ y ‘Los Lombardos’, con melodías que los patriotas interpretaban con ánimo libertario. La más popular es el coro de los esclavos hebreos “Va, pensiero”, que se entonaba como himno nacionalista al aludir al cautiverio y la dominación que el episodio bíblico citaba.Verdi fue un aguerrido patriota que estuvo siempre a favor de la independencia de Italia, invadida por el imperio de los Hamburgos austriacos.La exaltación de los judíos quedaba pues de manifiesto, mientras su contemporáneo Richard Wagner producía sus escritos antisemitas. No eran melodías decadentesClaro que no era la única diferencia entre ambos; el alemán era ostentoso y despilfarrador, escribió su autobiografía para exaltar su genio, exigió una orquesta que desbordaba las existentes, semejante a las extremas demandas vocales y físicas que debían poseer los cantantes para interpretar sus “dramas musicales”. En la otra orilla estaban las melodías de Verdi, que Wagner consideraba decadentes. El italiano se opuso al culto de su propia personalidad y quiso siempre preservar su intimidad concentrada en el contacto con la naturaleza. Y aunque Verdi se proclamó siempre un campesino sencillo e hizo hincapié en su origen rural, no tuvo reparos en escandalizar a la sociedad pacata de su tiempo cuando se fue a vivir con su amante la soprano dramática Giuseppina Strepponi, a quien conoció después de perder sus dos hijos y antes de quedar viudo, y con quien finalmente se casó en 1860. Ese mismo año fue nombrado diputado en la Asamblea Nacional de Turín. El éxitoLa gloria internacional le llegó a Verdi con el estreno de ‘Rigoletto’ en Venecia, en 1851. Le sucedieron ‘El trovador’, ‘La Traviata’, ‘Macbeth’, ‘Don Carlos’ y ‘Aida’, entre otras. Esta última fue estrenada en El Cairo en 1871. Cuando su público pensó que la producción del compositor había llegado a su fin, Verdi sorprendió a sus admiradores al estrenar, a los 74 años, su ‘Otello’, con un talante sicológico y la acción sin interrupciones seguramente influido por Wagner. Pero había más. En 1901, 8 años antes de morir, volvió a Shakespeare, esta vez con la comedia ‘Falstaff’, basada en ‘Las alegres comadres de Windsor’. Antes de fallecer quedó viudo a los 84 años y a los 86 funda en Milán la Casa de Reposo para ancianos y músicos retirados, lugar donde fue enterrado junto con su segunda esposa.El entusiasmo por la música de Verdi no ha decaído en los últimos 180 años y muchas de las grandes voces han podido exaltar sus melodías, desde Caruso y Callas hasta Pavarotti y Domingo.El Teatro Municipal de Cali se inauguró en 1927 con una ópera de Verdi ‘El Trovador’, con el afamado tenor Hipólito Lázaro en el papel protagónico. La temporada incluía siete óperas entre las cuales se cantaron otras tres de este compositor: ‘Rigoletto’, ‘Traviata’ y ‘Aida’. ¡Cuánto han cambiado las cosas por aquí!Compositor universalVerdi es siempre un compositor que se presta para las escenificaciones más audaces e impensables. Después de la realista producción de Zeffirelli para ‘La Traviata’, por ejemplo, ésta fue sustituida en el mismo Metropolitan por la minimalista y metafísica que Willy Decker diseñara para el Festival de Salzburgo y que pude disfrutar en abril pasado con la grata interpretación de Plácido Domingo en el papel Germont, cantando como barítono.Verdi declaró en 1860, cuando era aclamado en los grandes centros de ópera: “Adoraba y adoro este arte; y cuando estoy solo y peleo con mis notas, me late el corazón, las lágrimas me fluyen de los ojos y las emociones y los placeres superan toda descripción”. Quiero dejarlos con un comentario del compositor a sus 67 años que no está exento de ironía: “Amo el campo porque da hierba y grano, comida para seres humanos y para animales, si es que en verdad hay alguna diferencia entre unos y otros”.

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