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'Carne de tu carne', película de Carlos Mayolo, regresa a las salas de cine

30 años después del estreno de ‘Carne de tu carne’, uno de los dos largometrajes de Carlos Mayolo, el Festival Internacional de Cine de Cali proyectará una versión restaurada de esta película. ¿Cómo convirtió el calor del Valle en la estética del espanto? Esta es la historia.

24 de octubre de 2013 Por: Lucy Lorena Libreros / Periodista de GACETA

30 años después del estreno de ‘Carne de tu carne’, uno de los dos largometrajes de Carlos Mayolo, el Festival Internacional de Cine de Cali proyectará una versión restaurada de esta película. ¿Cómo convirtió el calor del Valle en la estética del espanto? Esta es la historia.

Todo, o mejor, casi todo, sucedió en una casa abandonada del centro histórico de Cali, ubicada justo frente a la iglesia La Merced, sobre la Carrera Cuarta. De techo alto y estrechos corredores, fue desde allí donde Carlos Mayolo nos hizo creer que la madrugada del 7 de agosto de 1956 sorprendió a la familia Velasco en medio de esa nube de polvo y muerte que había provocado la explosión inesperada de diez camiones del Ejército, abarrotados de 1.053 cajas de dinamita.Sería allí mismo, también, donde la vieja Josefa, agonizante, susurraría al oído de su nieto aquella frase de terror que quedó para siempre grabada en la memoria de nuestro cine: “Carne de mi carne, sangre de mi sangre”...Luis Ospina no tiene que hacer mucho esfuerzo para evocar aquella casa y el frenesí que unos locos amantes del cine, entre ellos él, vivieron dentro de ella. Esa casa, dice, fue una de las locaciones en las que a comienzos de los 80, con las actuaciones de novatos como Adriana Herrán y David Guerrero, y experimentados artistas como Vicky Hernández, Santiago García y Sebastián Ospina, se rodó ‘Carne de tu carne’.Cómo olvidar esos tiempos en los que antes de prender la cámara, se hacía girar primero un long play con éxitos de los Rolling Stones o de Richie Ray y Bobbie Cruz. Cómo archivar el recuerdo de que Luis Ospina y Carlos Mayolo, juntos, no fueron solo una de las duplas más célebres del cine caleño, sino que actuaban cual escudo de Colombia. “Mayolo era la libertad, Ospina era el orden”. Cómo olvidar las dificultades con las que se hacía cine en aquellos años, en los que se debía desplazar a todo el elenco y el personal técnico en condiciones precarias e importar del extranjero hasta los elementos más sencillos de un rodaje como cámaras y micrófonos. Imposible olvidar que las moviolas para el montaje era necesario traerlas desde Bogotá y que incluso había que buscar ayuda fuera de Cali para el revelado. Pero la fatiga terminaba valiendo la pena. ‘Carne de tu carne’ era el segundo de los largometrajes del genial Mayolo y el segundo además del Grupo de Cali, como prefiere el maestro Ospina que llamen lo que el resto del país insiste en recordar románticamente como Caliwood.Las demás escenas se lograron durante casi seis meses en una casona de la vía al Mar y en la finca de la familia Mayolo. Esas escenas —ya lo sabemos— retratan el lado flaco de las familias de alta sociedad de una ciudad de provincia como Cali que, huyendo de la catástrofe que siguió al estallido de los camiones, buscaron refugio en sus haciendas y en su poder para sentirse a salvo.A cambio de eso, tropezaron con otro horror: el de la violencia partidista de los años 50, el de los ‘pájaros’ (uno de ellos interpretado por Mayolo) tiñendo de sangre los campos del Valle.Y, claro, con el punto cardinal de esta historia: el tabú del incesto entre dos medios hermanos adolescentes, Margaret y Andrés Alfonso —herederos de una gran fortuna—, cuya historia de amor vampiresca palpita bajo la mirada fantasmal de sus antepasados y una frenética narración que se mueve extrañamente entre la inocencia y el canibalismo.Sí, eso que Carlos Mayolo matriculó como el ‘gótico tropical’.Él mismo lo describió alguna vez como “historias donde hay casas en las que se siente el miedo, casas vacías que amenazan, propias del gótico inglés o del sur de Estados Unidos, pero que al ser ubicadas en América Latina se convierten en una especia de parodia”. La expresión —sigue contando Luis— la tomó prestada de las páginas de ‘La mansión de Araucaima’, novela de Álvaro Mutis que años más tarde el realizador convertiría en otra de sus películas y que junto a ‘Pura sangre’, conformaron lo que Ramiro Arbeláez llama la “trilogía cinematográfica sobre el gótico emprendida por Mayolo”.Tres largometrajes que nos asoman a lo que se creía impensable: convertir el alegre calor del Valle en la estética del espanto. Treinta años después del estreno nacional de ‘Carne de tu carne’, ocurrido en noviembre de 1983, Ramiro —otrora fundador del célebre Cine Club caleño de los 70 y hoy docente de la Facultad de Artes Integradas de la Universidad del Valle— está seguro de que detrás de esta película está el interés honesto de Mayolo de saldar, a su manera, la deuda que tenía con la historia de Cali, con la de su familia, con la de su clase social. “Su cine —dice Arbeláez— es una apuesta por los principios atávicos, por las historias originarias, que él supo coser a su pasión por el cine fantástico y de horror del que abrevaba su estética permanentemente”.Lo sabe también Ospina, que tenía claro para ese entonces que lo que rodaba Mayolo no era solo una película: “eran los recuerdos de su infancia, los recuerdos de su familia, los recuerdos de la Cali en la que creció y que un día se vio aturdida y sin saber cómo ponerse en pie después volar en pedazos por culpa de unos camiones que se parquearon en el lugar equivocado”. Otros prefieren pensar que ‘Carne de tu carne’ fue el paso que hacía falta para que el cine colombiano alcanzara su mayoría de edad. Hasta entonces, lo que se contaba a través de nuestras escaletas y guiones estaba desprovisto de géneros. Mayolo, pues, hizo la tarea. Hizo lo de siempre: aprender haciendo, equivocarse haciendo, valiéndose únicamente de una poderosa intuición porque no había pisado academia alguna y una sensibilidad sobrenatural. Mejor que eso: inventándose el cine cada vez que tomaba una cámara en las manos. ****Lejos, muy lejos de la vida artística, Adriana Herrán piensa en aquel casting. Mayolo completaba varios meses tras la pista de una joven actriz que calzara en la horma de Margaret, quinceañera que se enamora de su medio hermano en los tiempos de la dictadura de Rojas Pinilla, en los años 50.Hoy, residenciada en Finlandia, un punto que cuesta ubicar en la gélida geografía de la Europa del Atlántico Norte, Adriana se recuerda a sí misma como una niñita de 15 años, de huesos largos y cabellos desordenados, que entró imponente al estudio de grabación —donde aguardaba paciente Mayolo— dispuesta a llevarse el papel protagónico de ‘Carne de tu carne’.Adriana se enteraría semanas después de que el director, solo con verla entrar, supo que ella tenía la psiquis suficiente para encarar a la atormentada Margaret. Fue en realidad el comienzo de una relación profesional que le permitió a la novel actriz protagonizar también ‘La mansión de Araucaima’. “Mayolo siempre sacó de mi, de manera sublime, lo mejor de mis vísceras y entrañas de actriz”, confiesa Adriana desde Finlandia. “Me gustaba la idea de poder participar en trabajos artísticos y de autor que intimidaran al espectador y me fascinaba la idea de que una menor de edad hiciera en esa época películas para adultos”. Nadie sin embargo, hasta donde recuerda, habló de censura. A pesar de esa escena de sexo en la que su personaje hace el amor con su medio hermano, a pesar del tabú, de la provocación de retratar por primera vez en Colombia el incesto, Cali —cree Adriana— tenía desde entonces “un espíritu pagano” que puso a la película a salvo de cualquier condena.Así de claro estuvo también para Sandro Romero Rey, escritor y cineasta y otro de los cómplices de ese Grupo de Cali que se atrincheró en Ciudad Solar, ‘cuartel de operaciones’ del Caliwood. ‘Carne de tu carne’, dice, se entendió como lo que era: la inauguración de “una nueva faceta en la obra de Mayolo. Sus documentales y cortos previos trataban de desentrañar la realidad desde los mismos códigos. ‘Carne de tu carne’ y ‘La mansión de Araucaima’ fueron obras de mayor dimensión poética, complementarias la una con la otra. No olvidemos que la primera está dedicada a dos mitos vivientes: Roger Corman y Roman Polanski, es decir, son sendos homenajes al cine de horror y a la poesía”. Quizá por eso a nadie tomó por sorpresa que esta película ganara varios premios nacionales e internacionales y que hoy, según Romero, “se haya convertido en una película de culto entre las nuevas generaciones cinéfilas latinoamericanas”.De que así juzgaría a esta película el tiempo lo intuyó precozmente el director Antonio Dorado, que para entonces era un muchacho recién salido de las salones de comunicación social de la Universidad del Valle, “que hubiera sido capaz de pagar con tal de que me dejaran trabajar en una película de Mayolo”.No fue necesario. Cuando usted vea de nuevo esta cinta advertirá que ese tímido muchacho aparece en cámara extendiendo unos alambres de púas. Sí, terminó actuando. Lo que sucedió, explica, es que enterado de las grabaciones de ‘Carne de tu carne’ Dorado se animó a pedir trabajo “en lo que fuera”. No tuvo éxito. Insistió y logró entrar, casi a hurtadillas, ayudado por el asistente de iluminación que no daba abasto con todo el trabajo que implicaba la película. “Para mí, cuenta Dorado, esa discreta colaboración como asistente del asistente, encargado de supervisar que no se quemaran las gelatinas de las luces, fue mi entrada al cine real, al trabajo de campo guiado por un maestro de maestros, cuyo interés consistió en interpretar el país a través de diferentes géneros”. Antonio Dorado, pues, como todos los que aman el cine en esta ciudad celebra que en esta quinta versión del Festival Internacional de Cine de Cali, se proyectará la versión restaurada de ‘Carne de tu carne’.El proyecto fue adelantado por la Fundación de Patrimonio Fílmico y contó con la ayuda de Laboratorios Cinecolor. Se trata, explica Luis Ospina, de un proyecto mucho más ambicioso que busca rescatar varias películas que son consideradas patrimonio fílmico de la Nación, entre ellas ‘Tiempo de morir’ y varios títulos del cine mudo.Lo que se verá entonces es ‘Carne de tu carne’ “en su mejor forma”, asegura Ospina, “tanto en su sonido como en su imagen, liberándola de mugre, rayones y el deterioro propio que van teniendo los negativos de las películas”.Enhorabuena. Bastante extraña Cali los escándalos creativos de Mayolo y la manera en que nos fue enseñando de a poco su catecismo estético: una incesante búsqueda por encontrar (y narrar) un estilo personal.

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