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Conozca al ídolo de la salsa, Willy García

‘Así es que se baila en Cali’, de Willy García, fue Disco de la Feria.

5 de enero de 2014 Por: Meryt Montiel Lugo | Editora Equipo de Domingo

‘Así es que se baila en Cali’, de Willy García, fue Disco de la Feria.

Además de que su tema ‘Así es que se baila en Cali’ fue elegido el Disco de la Feria con el 70 % de votación popular en los diferentes medios de comunicación y redes sociales, Willy García fue de los artistas con mayor notoriedad este fin de año en Cali: estuvo como invitado a la apertura del máximo evento caleño, en el Festival de Orquestas, en la Cabalgata y en el Tsunami de la Salsa, entre otros. Por estos días se presenta en la Feria de Manizales, en los Carnavales de Negros y Blancos, en Pasto, y en las fiestas de Apulo, en Cundinamarca.Gracias a su gran talento y disciplina, ese niño pobre del barrio Lleras de Buenaventura, que se la pasaba “dañando las ollas de la casa, despertando a los vecinos con la bulla por todo lado y que se volaba del colegio para armar su zafarrancho”, logró posicionarse como voz líder en el Grupo Niche por nueve años y más tarde con su compañero Javier Vásquez, calar con gran éxito en Son de Cali.Con dos años ya como solista Willy García sigue cosechando triunfos y consolidándose como artista y empresario. De su carrera y su vida personal, el salsero, de 42 años, habló con El País en su casa del barrio El Ingenio:¿Es cierto que la discordia con Jairo Varela fue más por orgullo de ambos?Esa partecita del orgullo no debí haberla aprendido, porque eso es malo, o quizá no la aprendí, la traía de la casa. Cuando decidí salir del Grupo Niche el maestro no estuvo de acuerdo como cuando los papás le dicen a los hijos jóvenes, no te casés y el hijo se casa y se va. Su enojo fue normal.Su idea era ser solista, no unirse con Javier Vásquez. ¿Por qué ese cambio?Yo iba a grabar un álbum de baladas, pero el proyecto me tocó frenarlo porque me faltaba un año de contrato con Niche. Y cuando se dio la oportunidad, los de la disquera me propusieron hacer salsa y convidar a Javier.Ah, el maestro creería que sonsacó a Javier y a otros músicos...Sí, pero no fue la intención. En realidad se trataba de crear un concepto y cuando fui armando el grupo, como cuatro músicos se quisieron sumar y me estaban pidiendo trabajo y a mí me quedaba duro decirles que no. Eso se vio como algo medio organizado, sé que el maestro se enojó, pero de corazón no fue la idea, sino sacar adelante un proyecto. Las composiciones eran mías, yo estaba con ganas de mostrarme y de mostrarle al mundo todo lo que había aprendido con el maestro Jairo Varela y con Niche.¿Cuánto tiempo estuvieron enojados?Como tres o cuatro años, desde cuando hicimos Son de Cali en 2002. Nos volvimos a hablar en 2005 y en 2009. Le afectó la muerte del maestro...Sí. Nosotros ya nos habíamos hablado, porque me invitaron a su cumpleaños 60, fui y me recibió bien. Luego lo invité a mi finca. Tiempo después me invitó a grabarle un coro, me dijo que cuánto me debía y le dije que cómo le iba a cobrar. Pero después me enemisté otra vez con él por chismes y tonterías. Y en el 2011, cuando estuve en el Festival de Orquestas, luego de mi presentación subía el Grupo Niche y yo con ese orgullo estúpido no lo saludé, porque me sentía herido. Cuando me di cuenta de su muerte, recordar eso me afectó mucho porque pude haber estado cerca de él con todos sus problemas, con su personalidad, dicen que los genios son así. Me dolió saber que ese día pude reconciliarme con él y no lo hice. ¿Cómo está su amistad con Javier?Con Javier rompimos cobija porque él tiene una forma de ser diferente a la mía, quería hacer cosas diferentes a lo que yo quería y yo también tenía cosas en mi cabeza; nos sentíamos con la necesidad de dar el otro paso: ser solistas, probar nuestros conceptos musicales. Nos enojamos un poco, pero después nos hicimos amigos y si no hablamos es porque cada quien está dedicado a su trabajo. Siempre me alegro de que le vaya bien y le pido que cuide su salud. Se rompió Son de Cali, pero se crearon dos opciones musicales, las cuales el público puede ver una el viernes y la otra el sábado, no hay problema (risas).¿Qué defectos se reconoce?Puedo ser de mal genio, aunque también soy pasivo, como muy tranquilo; soy desordenado, me gusta el desorden mío, pero no me gusta el de los demás (risas); es una cosa rara, mi desorden es mi desorden, quizá es como mi manera de que no quiera que la gente haga las cosas malas que hago. A veces soy ermitaño, me gusta estar solo, y soy muy permisivo, eso es un defecto porque soy de los que ‘come callao’, porque me da miedo explotar mal, siempre estoy cuidando esa parte. Entonces ser demasiado permisivo es un defecto al que debo buscarle solución porque a veces bailan en la cabeza de uno, ¿no?¿Cuál es el tema que más le gusta bailar?‘Bomba Carambomba’. Toda canción de Ángel Canales que suene a rumba la quiero bailar, o de los Hermanos Lebrón, me recuerdan mi infancia, mi adolescencia y no digamos... vejez, pero casi mi adultez.¿Alguna vez pensó en dejar la música? Es la primera vez que voy a decir esto. Yo tocaba en el grupo de Memo Cabezas y estábamos los tres cantantes, entre ellos, Washington Mina, en una fiesta de Puertos de Colombia en el muelle de Buenaventura. En esos inicios la situación económica era complicada. Esa noche surgió la idea de irnos de polizones. Y estaba entusiasmadísimo, pero todo era basado en el sueño de cantar. Casi me arriesgo... mi amigo Washington sí se fue de polizón y después contó la odisea. Mucha gente de mi pueblo murió tratando de pasar al otro lado del charco. Eso hubiera desviado las coordenadas.

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