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Hombre chef. | Foto: El País.com.co

SEXO

Cinco claves para pasar de la buena mesa al buen sexo

Si hasta ahora había despreciado el poder de la buena mesa en el buen sexo, tome clases de cocina o domine el arte de saber qué pedir, qué beber y cómo actuar en un buen restaurante.

9 de abril de 2017 Por: Luca Brasi/ Especial El País

Suele decirse que a los hombres “se les conquista por el estómago”. Pero el mundo ha cambiado y ahora son los hombres los que conquistan a las mujeres por el sentido del gusto.
Los placeres gastronómicos tienen todo que ver con los placeres del sexo, para hombres y mujeres por igual, pues se ponen en acción áreas del cerebro relacionadas con la gratificación, la recompensa, el placer, el bienestar, la conexión.

Una cena romántica eleva los niveles de oxitocina (hormona del amor, que invita a la creación y el fortalecimiento de los vínculos). Igual que el sexo y el chocolate, también eleva la producción de endorfinas (sensación de felicidad).
Por eso, quien crea que el sexo no tiene nada que ver con el buen comer, no ha prestado suficiente atención.

Cuando un hombre cocina para la mujer, se crea un aura de fascinación que puede conducir a una mejor experiencia en el acto sexual.
El mensaje subliminal que envía un hombre que cocina es que se trata de un ser considerado y más sensible que los demás; buen prospecto de esposo y buen prospecto de padre proveedor de seguridad y alimento para las crías.

Y aunque ninguno de los dos esté pensando en matrimonio ni en hacer bebés, estos factores bajan las defensas de autoprotección emocional de muchas mujeres y las hace ser más abiertas y empáticas.

Al tiempo, una de las cosas que más reclaman las mujeres es el terrible egoísmo de muchos hombres, que van rápido a lo suyo (la penetración, muchas veces dolorosa por la falta de juego previo) en lugar de invertir tiempo y esfuerzo en preparar el momento, ya sea con romance, con música, con rituales de conquista entre los cuales el rey absoluto es el momento de la cena. Aquí, cómo ser un gastrosexual:

1.Domine desayuno y cena

Si usted es chef tiene todo el terreno ganado a la hora de la seducción por la comida. Si no lo es, le recomendamos tomar unos cursos de cocina básica para solteros, que hoy en día abundan, y aprender a dominar los platos básicos para defenderse en el mundo real sin latas de atún y pasta al burro. Aprenda, por ejemplo, a preparar varios tipos de huevos: poché, revueltos, gratinados, omelete de verduras, huevos rancheros, tostadas francesas (que llevan huevo), etc, por si la ocasión romántica amerita prepararle a ella el desayuno. Si ella ni siquiera sospecha de sus habilidades el impacto será mayor. Para las cenas, domine al menos tres platillos estrella  que le gusten y le salgan muy bien, esmérese, hágalo con amor y generosidad y acertará.

2. Los detalles sí importan

No se trata solo de cocinar para ella, sino de generar un momento memorable, de vivir juntos una experiencia inolvidable. Si cocina para ella, no arruine el momento final con su terrible pragmatismo: “Ahora te toca lavar los platos”. Tampoco arruine el momento con un entorno tacaño o barato, como un gran menú en platos de plástico y vasitos de cartón reciclados de la última piñata de su hermanito. Pedir a domicilio la cena también vale como un buen detalle después de un día extenuante de trabajo, pero evite comentar: “¿Te fijaste lo que me tocó pagar? Mira la factura, es el colmo, qué robo”. Tampoco la lleve a cenar o a tomar un trago para luego echarle en cara lo mucho que está pagando, esto es de pésimo gusto.

3. El dominio del menú

Nada mata más la pasión que un hombre que finge ser sofisticado y que termina solo exhibiendo su enorme ignorancia y su esnobismo. Aquí, algunos tips: Si piden sushi, no deshaga el wasabi en la salsa de soya; no mordisquee el rollo, engúllalo todo; domine el arte de los palillos; use el gengibre solo para limpiar el paladar entre varios tipos de sushi; no se lleve a la boca todo el wasabi, porque pica. En la comida árabe es legítimo meter la mano al plato, compartir el pan, pasar y pedir que le pasen, es una comida familiar de cercanía y conexión. Cada tradición culinaria tiene sus códigos. Investíguelos. En un menú de degustación no espere llenarse a la primera porción, conozca el contexto antes de cometer un error bochornoso.

4. Cuide la etiqueta

El placer de ella estará por el piso si durante la cena -por muy elegante que sea- el galán mastica con la boca abierta, o si trincha del plato de ella y engulle su postre sin permiso como si no tuviera dinero para pedir uno para sí mismo. Los modales en la mesa hablan también sobre el comportamiento en otros escenarios de la vida. Un patán en la mesa será... ¿un patán en la cama? Evite hablar con la boca llena, silvar en la mesa, monopolizar la charla y hablar solo de usted.

5. Los gritos NO son sexys

Hay formas terribles de arruinar una cita y, por supuesto, de anular toda posibilidad de tener sexo. Una de ellas es tratar mal al mesero del restaurante o vociferar para que todos oigan que sus ostras no están como las ordenó. Muchos hombres creen que al humillar al personal de servicio del restaurante mostrarán fuerza, clase, poderío o masculinidad, pero logran todo lo contrario. La cena romántica es un cásting para pasar a la cama, así que enfóquese en cultivar  una charla agradable.

Un gastrosexual...

  • Sabe pagar el precio por experiencias memorables.
  • No es un tacaño. Lo que comparte, mucho o poco según su presupuesto, lo da con amor, generosidad y deseos de hacer sentir bien al otro. 
  • No es un pedante, prepotente, que finge lo que no es para descrestar a su cita. Cuando un hombre pretende ser lo que no es, se nota a leguas.
  • Sabe qué pedir. Ha estado antes en el sitio al que invita y sabe moverse como pez en el agua en el menú y la carta de vinos y licores. 
  • No hace sentir mal a su invitada. 
  • Si ella pide un plato exquisito y él pide un vaso de agua la estará haciendo sentir culpable de gastar lo que él no tiene. Si no tiene, no invite.
  • Sabe aspectos básicos sobre vino, cepas, denominación de origen, maridaje. No comete errores de principiante como olisquear el corcho, y sabe reconocer cuándo un vino no está en buen estado, sin abusar de la gentileza del restaurante. 
  • Le interesa ganar cultura general en materia de café, teniendo en cuenta que es un gastrosexual colombiano.
  • Prueba y tiene la mente abierta, en lugar de cerrarse a nuevas experiencias. Un gastrosexual jamás diría: “Detesto la comida mexicana, no soporto el picante” o “Fui a Tailandia y me la pasé en McDonald’s porque la comida en ese país era un asco”. Eso solo demuestra su gran ignorancia y su mentalidad estrecha. 
  • Siempre tiene algo nuevo que enseñarle a la cita con la que sale, por eso es siempre estimulante.

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