Blancanieves llega cargada de magia

Se cumplen 75 años de ‘Blancanieves y los siete enanitos’, el clásico de Disney basado en el cuento de los hermanos Grimm.

Cuenta la historia que Blancanieves (en alemán, Schneewittchen) realmente existió, que se llamaba María Sophía Margaretha Catharina Von Erthal, que era una noble tan bella como caritativa y que vivió en Alemania en la primera mitad del Siglo XVI.Pero la realidad supera al cuento: la bella María Sofía tuvo una infancia desgraciada, reducida a la ceguera, tras enfermar de varicela. Esa fatalidad, unida a su belleza y a su solidaridad con los aldeanos, cimentó la leyenda de la princesa bondadosa, víctima de una madrasta más perversa que la de ficción.La princesa solía jugar con siete pequeños amigos. “Los siete enanitos que picaban y cavaban en busca de mineral”, y que Disney dibujó como viejitos tiernos, eran en la vida real niños que trabajaban en las minas de hierro y cobre de la población de Bieber, que exigía trabajadores de corta estatura y que usaban capuchones y prendas coloridas para facilitar su identificación en caso de derrumbes. Esa historia, digna de un documental moderno, inspiró a Jakob y Wilhelm Grimm a escribir el cuento de ‘Blancanieves’, que publicaron en 1812.“La historia de Catharina von Erthal, su madrastra y su espejo, puede haber jugado un papel importante en la elaboración del cuento, pero no anula la posibilidad de otras interpretaciones más profundas, como la búsqueda de rastros de mitos antiguos. La narrativa oral simboliza aspectos de las relaciones humanas y las fuerzas naturales”, afirma David Vásquez Hurtado, escritor de literatura fantástica e infantil.Por ejemplo, los enanos, según este investigador de temas relacionados con el mundo antiguo y medieval, “son representaciones milenarias de la conexión con la tierra. En Alemania, como en todo el centro de Europa, en el Siglo XIX se dio un proceso de industrialización que trajo consigo la generación de la clase obrera urbana. Los niños no eran protegidos por el Estado, los más pobres o huérfanos eran puestos a trabajar en las peores condiciones y casi sin paga. En el Siglo XIX se pudo haber representado a los enanos según el prototipo de minero”. “Los Grimm recabaron en la mitología germánica casi perdida, en busca de un ideal romántico de la Nación. Y todo el imaginario medieval de caballeros, princesas y dragones, fue reconstruido durante este periodo de romanticismo alemán”, agrega Hurtado.“Blancanieves como muchos cuentos de la época son recopilaciones de los Grimm, reconocidos filólogos alemanes, que reflejan un fuerte escapismo de esa vida burguesa marcada por la industrialización y el crecimiento de las ciudades y el empobrecimiento del campesinado”, coincide Jairo Buitrago, escritor infantil.Gracias a investigaciones que desde 1986 realiza el historiador de Lohr, Karlheinz Bartels, esta pintoresca localidad a orillas del río Meno, en la Franconia alemana, se enorgullece de haber visto nacer el 15 de junio de 1729 a la Blancanieves de verdad. El padre de la Blancanieves de carne y hueso fue Philipp Christoph Von Erthal. Tras la muerte (en 1741) de la madre de María Sophía, se casó el 15 de mayo de 1743 con Claudia Elisabeth María Von Venningen, Condesa Imperial de Reichenstein. La madrastra de María Sophía, aprovechó las ausencias de su marido, quien en su labor de Condestable de Kurmainz, Lohr, viajaba con frecuencia a misiones diplomáticas, para favorecer a los hijos de su primer matrimonio pasando por encima de su hijastra.Otra versión es la del historiador alemán Eckhard Sander, quien dice que la verdadera Blancanieves fue la condesa Margarethe Von Waldek, quien fue envenenada por intrigantes de la corte del imperio para evitar que se casara con el rey Felipe II de España.