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Así fue el último adiós del cineasta y cantante Leonardo Favio

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ministros y las personas más conocidas de la cultura, la política y la farándula, se hicieron presentes.

6 de noviembre de 2012 Por: Patricia Lee | Especial para El País

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ministros y las personas más conocidas de la cultura, la política y la farándula, se hicieron presentes.

En el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación se rindió homenaje al cineasta y cantante Leonardo Favio. Al pie de su cajón, una foto de Evita Perón rodeada de rosas era el mudo testimonio de la pasión de Favio por Juan Domingo Perón y su esposa. Alrededor del féretro, circulaba en silencio la gente para rendirle homenaje. Un señor de saco y corbata irrumpió al grito de “Viva Perón, Viva Evita y Viva Leonardo Favio”, haciendo el típico símbolo de la V de la victoria. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ministros y las personas más conocidas de la cultura, la política y la farándula, se hicieron presentes.En la calle, hombres con pañuelos alrededor de la frente al estilo Favio y mujeres con fotos y claveles se apostaron en el recorrido del cortejo fúnebre que llevó sus restos hasta el Panteón de Actores del Cementerio de la Chacarita, donde hará compañía a otros grandes, como Carlos Gardel.Leonardo Favio, el cantante que los colombianos conocimos en los años setenta, cuando se exilió después del golpe militar del 24 de marzo de 1976, se consagró como ídolo en el altar popular, y fue adoptado como propio por una generación de latinoamericanos.Muchos de los cincuentones de hoy, en Pereira o Mendoza, se emocionaron escuchando “hoy corté una flor, y llovía, llovía…” , se enamoraron con “Fuiste mía un verano” (el long play más vendido en una sola edición), lloraron con “Ella ya me olvidó” y se sintieron nostálgicos con “Para saber cómo es la soledad”. El retratista de los marginales y desposeídosEn dos años, Favio realizó un ascenso meteórico. "Fuiste mía un verano" fue el longplay más vendido de su generación, con cuatro millones de copias. Pero a Fuad Jorge Jury, su nombre de nacimiento,no le gustaba el éxito fácil y dejó a un lado su carrera de cantante popular para dedicarse a un arte de entendidos: el cine.Nacido en la provincia de Mendoza, hijo de una actriz de radioteatro, Leonardo Favio sufrió las privaciones de un niño que casi no conoció a su padre, que se educó en la calle, que no pasó de segundo año de bachillerato, y que creció entre hogares de familiares lejanos o en albergues para menores en Mendoza y Buenos Aires, de donde siempre se escapaba.En su filmografía, supo reflejar a esos seres marginales y perdedores, con grandes éxitos como Juan Moreira, Crónica de un niño solo, Nazareno Cruz y el lobo, Gatica, y Aniceto, que recreó en forma de ballet hace pocos años. Favio logró el récord a la película más vista del cine nacional, con los cuatro millones de espectadores de Nazareno.Hoy, Leonardo Favio es materia obligatoria en las escuelas de cine y es considerado el mejor director de cine de la Argentina. Cuando recibió el premio Goya por su película Gatica en España, el conocido actor José Sacristán lo presentó diciendo: “Señores, este hombre que ustedes están viendo es un genio”.“Ese hombre que nunca dejaba de flagelarse cada vez que hacía un autorretrato logró, mejor que nadie en sus películas, una síntesis poderosa, intensa, casi mágica entre la expresión intuitiva del saber popular y la búsqueda estética más profunda, abierta inclusive a la experimentación.La obra fílmica de Favio (de las más estudiadas de toda la historia del cine nacional) es el resultado de una fascinante alquimia, fácil de comprender porque quienes se expresan a través de ella son ante todo seres de intransferible sencillez", escribió el conocido crítico de cine Marcelo Stilettano en el periódico La Nación."El cine me agobia y la música es mi bálsamo, la frescura", solía decir. Por eso, cuando se sentía abrumado, volvía a sus canciones románticas.Favio el militanteFavio no fue imparcial ni ascético, sino que abrazó la causa política del peronismo con fervor militante lo cual le valió muchos amigos y admiradores, pero también muchas críticas. Para él, su militancia peronista era como "un acto de amor al prójimo", y en este terreno tuvo también un protagonismo, quizás impensado, al presenciar uno de los hechos más dolorosos de la historia política argentina.Favio, que acompañó al ex presidente Juan Domingo Perón en su viaje de retorno a la Argentina tras su largo exilio, fue el presentador del trágico recibimiento al general que concluyó con decenas de muertos, y que pasó a la historia como La Masacre de Ezeiza, el 20 de junio de 1973. Posteriormente, filmó la película Perón, sinfonía del sentimiento, un documental de casi seis horas de duración.Alguna vez, Favio dijo: "Veo a la muerte como una hermana que ya va a venir. Sólo le temo a la humillación de la decrepitud. No le pido ni un minuto más ni un minuto menos, que venga. Eso sí, con dignidad quiero irme." Así se fue.

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