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Así era Miky, el super héroe de nariz roja que robo muchas sonrisas

El payaso de los bulliciosos de varias generaciones apagó su risa.

5 de enero de 2017 Por: Isabel Peláez | Reportera de El País

El payaso de los bulliciosos de varias generaciones apagó su risa.

Miky, el payaso de labios negros,  sombrero y traje rojo,  que hablaba bonito, con ternura, que  enseñaba valores cantando y hacía saltar y gritar a los  niños de los años 80 con  el ‘Himno de los bulliciosos’, apagó para siempre su risa. No sin antes lograr meter su nariz regordeta y roja en nuestros  recuerdos  de infancia con canciones como ‘La colita es mía’, ‘Que Dios cuide a mi papá’,  ‘Canción a mi mamita’ y ‘Te quiero Colombia’.  Lea también: Falleció en Bogotá el payaso Miky

 Manuel Jorge Olivares Núñez, un chileno de Valparaíso, quien llegó  a Colombia a  los 18 años,   se enamoró de nuestro país y nunca más volvió al suyo, sorprendió a su hija Andrea Olivares,  su ‘guagüita’ (como le dicen los chilenos a los bebés) con un infarto el martes en la tarde, mientras la visitaba en Bogotá.   

Su noble corazón se paralizó a sus 59 años, sin previo aviso. “Él no sufría de nada, no tenía ningún mal.  Tuvo  un  infarto fulminante ayer en la tarde. Él vivía en Medellín y se iba justamente hoy  a empezar temporada, porque seguía haciendo su show en circos y presentaciones en Antioquia y trabajaba con  alcaldías”, dice su hija con la voz entrecortada por el llanto.

Ella, como muchos niños,  aprendió a reírse con su papá Miky, y este a su vez, heredó el arte de hacer reír de su padre. “Un día él me dice: ‘Manolito, no hay payaso,  ¿qué hacemos? Maquíllese’. Le dije: ‘Yo me maquillo si se maquilla usted papá’.  Yo tenía cinco años, era monito, gordito y rosadito, me parecía al Topo Gigio. Y desde ese día me pinto la cara”, contaba quien aún se sentía querido por la gente.Ícono de las fiestas infantiles, Miky hizo parte de una dinastía de payasos; su familia era la dueña del Circo Suramericano. Formó  el cuarteto perfecto de risas junto a ‘Pernito’ y sus hijos ‘Tuerquita’ y ‘Bebé’. “Fuimos  payasos pioneros de la televisión colombiana”, rememora Alberto Noya Santamaría, ‘Tuerquita’. Fueron el alma de Animalandia. En  los años 80, cada domingo a las 8 de la mañana,   los niños se sentaban frente a sus televisores para ver este programa presentado por Fernando González ‘Pacheco’,  que se emitía en directo desde el parqueadero de Inravisión con un público conformado por familias, incluídas sus mascotas.

‘Tuerquita’, tío de Andrea y cuñado de Miky,  es el único sobreviviente de Animalandia.  “El  que queda vivo”, dice él con el humor que le caracteriza. 

“Yo soy productora audiovisual. Y gracias a mi papá, a mi abuelo Pernito y a mi tío Bebé, crecí en el medio. Mi padre fue mi guía y mi superhéroe”... empieza a decir Andrea, y a sus recuerdos de risas los detiene el llanto,  toma fuerza y  continúa: “De él aprendí todo lo que sé y lo que he hecho como profesional.  Lo que más orgullo me da es que hizo que mi vida fuera muy feliz, pero también se la hizo feliz a muchos que lo recuerdan y que aprecian lo que él de corazón hacía”.

Miky no era solo payaso. Fue acróbata, motociclista, músico, compositor, productor de televisión y cantante. Grabó nueve trabajos discográficos que incluyen 142 temas, algunos de los cuales se convirtieron en éxitos no solo en Colombia sino en   Ecuador, Venezuela y Centroamérica.

Su fama fue tal que la cadena Univisión, en Puerto Rico, lo contrató para que estuviera al frente de su  propio  programa, ‘El show de Miky’, y vivió en ese país  por    algunos años junto a su hija: “Yo era su  coanimadora y su acompañante en el escenario, me quedan muchos recuerdos bonitos”.

Con el cambio en los espacios televisivos, cayó en el olvido,  como ocurrió en su momento  con ‘Pernito’, ‘Tuerquita’ y ‘Bebé’. Pero Miky nunca se rindió, después de vivir en ‘La isla del encanto’, regresó a Colombia  y se radicó en Montería, Córdoba, donde su programa volvió  al aire por  unos meses y apoyó a la alcaldía en proyectos pedagógicos, como lo hizo hasta su muerte en Medellin, la ciudad que habitaba en sus últimos días.

  Con letras   rellenas de amor, valores  y principios morales, el payaso Miky hizo las delicias de los chicos y contó con la aprobación de los grandes. Incluso logró  un disco de oro por más de 250.000 copias vendidas.  

Para Andrea los récords y cifras son lo de menos, lo de más era contar con su risa, con su bullicio, con ese corazón inmenso y la sencillez de un padre que siempre estuvo para ella.

  “Mis cumpleaños eran los mejores, viví rodeada del amor de  él  y de mi familia.  Hasta el último momento siempre fue un ‘cabro chico’, como decimos en Chile, un niño en un cuerpo de grande”, dice. Para ella, Miky más que un payaso era un ser de otro planeta dotado con superpoderes, “capaz de pasarle su plato de comida a otro. Veía por la luz de mis ojos y hasta el último momento me lo hizo saber”.

Fin de la alegría ‘Bebé’Miguel Noya Sanmartín,  conocido como el payaso ‘Bebé’,  murió en 2009, a los 61 años, luego de padecer durante varios años de una diabetes crónica que  lo obligó a estar en una silla de ruedas tras perder una pierna.  Nacido en Ipiales, era hijo de Alberto Noya,  el payaso ‘Pernito'.   ‘Tuerquita’Alberto Noya Santamaría  cuenta que su padre ‘Pernito’ fue el primer payaso de la televisión colombiana. Yo empecé a trabajar desde  los 7 años con Álvaro Ruiz, y luego mi hermano ‘Bebé’ entró a la TV. Nos retiramos de Animalandia y montamos el Circo de Bebé,  con Javier Marulanda y  Ardila Lülle,   mi papá metió a Tribilin y a Juanito en Animalandia. Nosotros nos fuimos de gira y trajimos a Miky de Chile.  Él se conoció con mi hermana Magaly y tuvieron una hija, Andrea Olivares. Yo conocí a Cristo en El Cartucho, donde viví ocho años. Soy otro ‘Tuerquita’”.

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