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Al patrón del mal lo encarnará un caleño

El actor caleño Andrés Parra explica cómo es meterse en la piel del tenebroso narcotraficante Pablo Escobar. Viaje a las entrañas de la nueva apuesta de la Tv. nacional.

27 de mayo de 2012 Por: Verónica Gómez y Colprensa

El actor caleño Andrés Parra explica cómo es meterse en la piel del tenebroso narcotraficante Pablo Escobar. Viaje a las entrañas de la nueva apuesta de la Tv. nacional.

La escasa cabellera y la esquiva mirada azul de Andrés Parra no impiden encontrar en él a Pablo Escobar. Su timbre de voz, sus gestos y la propiedad con que habla de la vida del desaparecido narcotraficante, al que se refiere incluso como si aún estuviera vivo, delatan la pasión que siente este actor caleño al interpretar el personaje.No en vano lo sueña constantemente. Sentados frente a frente, Andrés y Pablo tienen una larga conversación, que casi siempre es interrumpida por un despertador. Del diálogo, el actor sólo recuerda que el ‘narco’ paisa lo llama por su nombre. Pero eso no lo asusta, es tal vez el resultado de escuchar varias veces al día los audios que tiene de Escobar en su celular, de observar detalladamente los documentales y archivos periodísticos de los años 80. Ha sorprendido su caracterización física de Pablo Escobar, ¿qué sintió cuando se vio al espejo? Satisfacción. Fue un proceso largo de prueba y error con el maquillador. Probamos distintas pelucas y lentes hasta llegar al punto que queríamos de la caracterización. ¿Qué fue lo más complejo de la interpretación?Imitar la voz. Escobar era un tipo que no respiraba en octosílabos, es decir no termina una frase por su respiración. Era muy mal orador, realmente. ¿Y de los momentos de la vida del ‘narco’?El final de su vida, que grabamos primero. Un Pablo solo, decadente, enfermo, desprotegido y traicionado. Pero no hemos entrado a la etapa del Pablo endemoniado, que es a la que más prevención le tengo.¿Por el impacto psicólogico?Claro. Al principio no entendía nada del mundo de Escobar hasta que me reuní con psicólogos que me explicaron la personalidad de este hombre. Así pude digerir más fácil el personaje. También admito que sentí temor de no lograr trasmitir lo que él transmitía con su mirada y su voz. Sentí miedo de que Escobar me tragara vivo, y yo quedara como un payaso ante los colombianos.¿Qué entendió de la personalidad de su personaje?Los psicólogos lo definen como un antisocial-agresivo-sádico. Ellos me explicaban que un antisocial crea sus normas y vive respecto a ellas, por eso no siente culpas, pudor, vergüenza, asco ni miedo por nada. Me tocó entender eso. Escobar es capaz de dar la orden de activar una bomba mientras está bañando a su hija en la tina.En Medellín hay temor por volver a hablar del ‘Patrón del mal’. ¿Qué piensa de eso?Tienen razón, porque a la ciudad esto la toca más directamente. Pero también me parece doble moralista pretender que pensemos que eso no pasó. En el país están todas las condiciones para que eso se dé, porque sigue habiendo una desigualdad social absurda, una corrupción vergonzosa y una impunidad que da asco, en cualquier momento puede aparecer otro Escobar y es nuestra responsabilidad, con este tipo de series, abrir espacio a la reflexión.¿Qué reacción vio en los paisas mientras grababa?Medellín tiene dos mundos: los ricos y la gente de bajos recursos. Los primeros se asoman por la ventana a ver, y los segundos salen y admiten que quieren a Escobar. Cuando uno escucha a quienes lo admiran y a sus víctimas que lo odian, se da cuenta de que las dos partes tienen argumentos. ¿Descubrió a un Pablo diferente?Por supuesto, ya no juzgo. Eso es lo que va a pasar con la serie, la odian o la aman.¿Y cuál es su posición?Lo tengo que defender porque soy el actor. No puedo decir si es bueno o malo, es un ser humano que está loco. Pero la visión sí me cambió frente al papel de EE.UU. con respecto al negocio del narcotráfico. ¿Pero hay algo que rescate de él?Todo puede ser admirable y reprochable a la vez en Pablo, y eso es lo que hace especial interpretarlo. Tal vez rescato la relación que tenía con su familia y sus amigos. Pablo era el mejor amigo o el peor enemigo. Es el tercer narcotraficante que encarna, ¿se ve encasillado en ese tipo de papeles?No, este es el último. Después de Escobar, qué otro hace uno.

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