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¿A punto de casarse y con dudas? Aquí, 10 razones clave para devolver el anillo

¿Qué puede motivar la cancelación de un compromiso de matrimonio? Por el derecho a decir 'No me quiero casar' y devolver el anillo.

12 de junio de 2016 Por: Redacción de El País

¿Qué puede motivar la cancelación de un compromiso de matrimonio? Por el derecho a decir 'No me quiero casar' y devolver el anillo.

No habrá boda. Así se sencilla fue la razón que dieron para explicar que la ganadora del Óscar, Hilary Swank y el ex tenista caleño Rubén Torres ya no protagonizarían una de las bodas más esperadas del año, luego del anuncio de  compromiso hecho en marzo de este año.  

Decir ‘No’ a un compromiso de matrimonio o devolver un anillo, también es un derecho válido que muy pocos ejercen. Y de fondo, muchos motivos hay, aunque pocos se animen a revelarlos. Aquí, razones que motivan a decir ‘Te lo agradezco, pero no’.

1. ¿Somos el uno para el otro? Si su decisión de casarse la tomó basada en una relación donde priman la rumba, los viajes,  el buen sexo ocasional y los ratos chéveres, haga una pausa y pregúntese: ¿Estoy dispuesto a vivir las 24 horas de mi vida al lado de él o  ella? “En el noviazgo hay que evaluar cómo va nuestra relación de pareja, qué proyectos tenemos, qué no hemos logrado, preguntarnos si soy feliz a su lado o si el otro es feliz a mi lado y cómo nos vemos en el futuro”, dice Fanny  Cabrera,  del grupo Comunidad Parejas Alianza, que lidera  los Encuentros Prematrimoniales en la Iglesia El Templete.

2. Mírese a futuro ¿Hay sueños comunes? A unas semanas de casarse, con iglesia y club reservado, Juan Eduardo, un ejecutivo de 35 años desistió de casarse.  “Nuestro noviazgo fue hermoso y nuestra relación era madura. Yo tenía claro que la quería a ella como mujer y por eso deseaba que  fuera la madre de mis hijos. Un mes antes de la boda, proyectando el futuro, le dije '¿Te imaginas cuándo estemos esperando a nuestro primer hijo?' Ella lo único que me dijo fue: '¿Hijo? Tener hijos no está en mis planes. Yo no quiero ser mamá, ni loca que estuviera'. Hasta allí me llegaron el amor y las ilusiones”, dice Juan Eduardo.

3. El matrimonio no cambia a nadie. Situaciones como las adicciones a la droga, al alcohol, al juego, a la pornografía así como el maltrato físico y verbal  en el  noviazgo no se pueden pasar por alto. “Hay qué mirar qué vida queremos al lado del otro.  Es mejor decir 'No' a tiempo. El matrimonio no cambia a nadie. De la única manera en que las cosas pueden cambiar es que la persona tenga un compromiso real de cambio, por voluntad propia, es una decisión individual y asuma un proceso de acompañamiento profesional para lograrlo”, explica Cabrera.

 4. Lo que un día nos unió, hoy nos divide.  Sin duda, las diferencias  nos dan carácter, nos identifican, pero en la vida en pareja, a veces dividen y hay momentos en que son cosas que nos hacen incompatibles. Sucede entre las parejas, que cada uno va por objetivos distintos, gustos y proyecciones diferentes y de fondo, lo que hay es un problema de comunicación. Curiosamente, las parejas se meten en el plan de que somos diferentes, no hacen nada para  lograr puntos en común y la comunicación es perversa,  dañando la relación. Es usual tener metas distintas y no compartirlas con el otro.

5. Cásese para ser feliz no un reprimido.  Haber reprimido por mucho tiempo sus inconformidades, sin expresarlas a su pareja, no es un buen síntoma. “Llega a un punto donde la persona se va anestesiando y deja de sentir deseo y amor por su pareja o explota queriendo alejarse del otro y se cierra a cualquier opción para continuar con la relación. Por esto es  importante mantener puentes de diálogo y comunicación abierta, respetuosa y sincera”, expresa Gloria Cecilia Ramírez, autora del libro 'Vitaminas para el amor'. 

6. Casarse por conveniencia, no es negocio.   “Muchas personas se casan por conveniencia económica o social, por no quedarse solas, por despecho o simplemente lo hacen  por descarte o por el hecho de  tener una relación larga de noviazgo para que no nos sigan diciendo los amigos que somos un bombril; cuando el matrimonio es un acto de conciencia y una responsabilidad al tener una relación de pareja”, anota Cabrera.  Así que ponga en una balanza una vida plena y feliz  contra una vida que le tocó porque no tuvo más opción. Conclusión: No se haga una vida infeliz ni se la haga infeliz a otro.

7.  Pensar con cabeza fría.  Decir 'No' a un compromiso matrimonial es, en opinión de Gloria Ramírez de Escuela de Vida, una decisión que no se debe tomar “de manera impulsiva o como primera opción ante una crisis. Es importante haber buscado espacios de diálogo,  herramientas para el manejo de las emociones y para fortalecer la relación. Es valioso buscar ayuda profesional explorando las opciones que permitan afianzar los lazos de pareja o tomar una decisión de separación con claridad. Cuando ya hay violencia física o situaciones que van en contra de los valores esenciales de la persona, terminar es necesario”.

8. Saber decir 'No voy más'. Para Chiquinquirá Blandón, de la Clínica del Amor, es difícil romper un compromiso porque “es romper con los sueños, las esperanzas y los deseos de la otra persona”. Lo importante es comunicar la decisión “de una forma amorosa y respetuosa, asumiendo la responsabilidad, sin culpar al otro por cualquier defecto, característica o circunstancia negativa que se le atribuya. No espere hasta un último momento, pues es necesario avisar a  los invitados  a la ceremonia. No se puede pretender seguir siendo amigos sino hasta tanto la otra persona haya elaborado el duelo”.

9. Una decisión inteligente. “Descartar un compromiso puede ser una decisión inteligente siempre y cuando no se esté seguro de la relación y su  futuro. Si hay miedos, temores o inseguridad, si la persona siente que no es la decisión acertada o que la persona que tiene a su lado no la va a llevar a un buen futuro, es mejor hacerse a un lado. Con esto, la persona gana tranquilidad y paz, evita errores. A veces por no decir 'No' a tiempo, hay personas que se ganan una relación tormentosa. Muchos saben que su relación está destinada al fracaso y no son capaces de parar a tiempo”, dice Cabrera.

10. No todos son iguales. Para ayudar al desertor de un compromiso,  estar  rodeado de su familia y amigos, es clave. En ese sentido, Ramírez insiste en la necesidad de saber medir las palabras. “Es importante no caer en generalizaciones diciendo 'Todos los hombres son iguales' o 'Todas las mujeres son cortadas con la misma tijera'; esto predispone y bloquea ante un nuevo compromiso. Es esencial sanar el corazón perdonándose a sí mismo y a la otra persona para no cargar con culpas. Es necesario aprender de los errores de la relación anterior”. 

Errores comunes 

Chiquinquirá Blandón, de la Clínica del Amor, explica  que “el sentirse comprometido para algunas personas puede activar memorias traumáticas no resueltas con relación a los padres si estos se divorciaron, si tuvieron una relación conflictiva de maltrato y abuso, etc., generando conductas de evitación, y rompen  el compromiso para no entrar en crisis. 

Para otros que tienen una relación fusionada con alguno de sus padres sin resolver, el compromiso los hace entrar en un conflicto de lealtades e intereses que puede llevar a la persona a experimentar sentimientos de culpa que son desplazados en síntomas como: ansiedad, angustia de separación, ataques de pánico, preocupación por los padres, discusiones con la pareja, entre otros”.

 A continuación, algunas situaciones equivocadas bajo las cuales algunas parejas aceptan casarse y que en últimas conducen a un relación de insatisfacción en doble vía. Tome nota: 

No conocerse a sí mismo  y no haber sanado los traumas de su infancia. No conocer realmente  a su pareja, con todas sus problemáticas. Mostrar una imagen  que no corresponda con la realidad, mentir.Haber tenido a las familias  al margen de la relación.Esperar que con la pareja  se va a tener el hogar que no se tuvo, la felicidad que no se ha tenido.  Pensar que puede seguir  siendo el hijo (a) de su madre-padre por siempre.No expresar claramente  las expectativas frente a cada una de las áreas de la relación: Esto se refiere al manejo de la parte económica, la participación de cada uno en el presupuesto común; la forma como quieren pasar el tiempo libre; el tiempo que le dedicarán a la relación; el cómo se manejará la relación con los amigos y cada una de las familias; la vida sexual, la social, el tener o no hijos y en qué momento; el estatus social que quieren llevar, la distribución de las funciones en el hogar. Hacer promesas  que no se van a cumplir.No tener un proyecto de vida  en común que le dé un sentido y un propósito que los trascienda.No darse el tiempo suficiente  que se requiere para fortalecer el vínculo afectivo con la pareja. Tomar decisiones apresuradas, a la carrera, guiados por la intensidad del enamoramiento inicial.

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