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Sistema B, un nuevo modelo para crear empresas que se abre paso en el país

Entrevista. El País habló con Laura Vélez, una de las líderes del nuevo Sistema B en Colombia, el cual, según cuenta, tiene en el centro de su estrategia generar bienestar social y ambiental siendo rentable.

4 de abril de 2015 Por: Camilo Osorio Sánchez | Reportero de El País

Entrevista. El País habló con Laura Vélez, una de las líderes del nuevo Sistema B en Colombia, el cual, según cuenta, tiene en el centro de su estrategia generar bienestar social y ambiental siendo rentable.

Poco a poco se está abriendo paso en Colombia un nuevo modelo económico que cambiará  la manera de entender y hacer negocios.

Nació en los Estados Unidos y se conoce con el nombre de Sistema B o B Corps (en inglés), el cual  se caracteriza por dar  soluciones a los problemas sociales y medioambientales desde el negocio mismo, es decir, sin perder de vista la rentabilidad, pero generando un impacto positivo en la sociedad.

Dicho en otras palabras, el modelo encuentra un equilibrio entre el crecimiento financiero y el bienestar social, dice Laura Vélez, una de las líderes del nuevo  Sistema B en Colombia. En una  visita a Cali habló sobre el Sistema B,  que ya tiene 1237 empresas en el mundo. En nuestro país solo hay hasta ahora 25. 

¿Qué es el sistema B?

Es un movimiento de empresas y personas que están convencidos de que la economía debe declararse exitosa solamente cuando genere bienestar general. Es un movimiento global que tiene su origen hace seis años y que hoy en día cuenta con 1237 empresas B en 38 países.

¿En qué momento llegan a Colombia?

Aterrizó hace dos años de la mano de María Emilia Correa y Claudia Martínez, exviceministra de Medio Ambiente, y de las primeras empresas B, como Acción Verde y Portafolio Verde.

¿En qué se diferencian de las empresas tradicionales?

La  estrategia  va más allá del desempeño financiero y  tiene como tarea generar impacto social y ambiental. Las empresas B llevan esto incluso a los estatutos, haciendo modificaciones legales que amplían la responsabilidad fiduciaria, para incluir explícitamente el objetivo de tener un buen desempeño social, ambiental y financiero.

¿Pero no es lo mismo que la Responsabilidad Social Empresarial?

La Responsabilidad Social Empresarial  generalmente se queda en algunas áreas del negocio y el objetivo final es impactar el desempeño financiero. La diferencia es que la empresa B tiene en el centro de su estrategia generar bienestar social y ambiental siendo rentable.

¿Cuáles son los beneficios de ser una empresa B?

El primero es la coherencia entre la visión de los accionistas en términos sociales y ambientales y las decisiones internas del negocio, pues hay sociedades comerciales que sienten que no están funcionando en el nivel de claridad ambiental que quisieran.

El segundo beneficio es ser parte de un nuevo paradigma económico en el que muchos actores participan redefiniendo el signficado del éxito. El lema de estas empresas no es  ser las mejores del mundo sino ser las mejores para el mundo.

Si el sistema lleva ya dos años en Colombia, ¿qué han logrado?

Conciencia y entendimiento del concepto entre consumidores y empresarios que saben que hay nuevas formas de hacer negocios. Los desafíos son generar más interacciones entre esta comunidad que se siente identificada con esta visión de la economía.

¿Y qué retos tienen?

Descentralizar el movimiento. En Colombia tenemos un asunto cultural de estar acostumbrados a sistemas centralizados, solemos esperar que desde el Sistema B nos propongan, pero queremos que las propuestas vengan de las personas que se han sentido identificadas con el sistema.

Y en términos legales, que las figuras de sociedad comercial reflejen mucho mejor la forma de hacer negocio de estos empresarios, que la responsabilidad fiduciaria incluya elementos no financieros y sí ambientales y sociales.

¿En Colombia ya tenemos Empresas B?

Hay 25 empresas de este tipo y todas son líderes del tema. Hay algunas muy destacadas con propuestas innovadoras como Portafolio Verde de Medellín, Hybrytec que está en Medellín y Bogotá;  Fruandes de Bogotá;   La 25 Export en Medellín y Urabá; Aral Thel Thel  en el Quindío y Acción Verde, que es una de las pioneras.

¿En Cali hay?

En Cali no hay empresas B, estamos seguros que hay empresarios B, que deben existir empresas con esta filosofía en el ADN desde sus inicios, pero que todavía no son parte formal de este movimiento.

¿Pero usted se reunió con varios empresarios en Cali, cree que se puedan abrir puertas en la ciudad?

Hay un interés y desde diferentes sectores, desde los emprendedores jóvenes, en empresas establecidas que ha guiado la Cámara de Comercio de Cali y hay un interés muy grande desde la academia, Cali se ha vuelto una ciudad ejemplar en términos de cómo entendemos la innovación social y a las empresa para generar bien público, por ejemplo la Universidad Icesi es un importante polo de pensamiento en el tema.

¿Por qué Cali necesita de empresas B?

Porque ya hay muchos empresarios que están pensando cómo sus empresas pueden ser un motor de bienestar para Colombia y que han encontrado en el Sistema B herramientas para seguir haciéndolo y nuevas formas de optimizar la capacidad de generar bienestar.

Es necesario que los empresarios que crearon negocios para mejorar el mundo y su región, sean capaces de afianzar esa visión en su empresa, para que esa sea la parte central de su operación y tenga maneras de medirlo y compararlo con otros.  

 

Sobre el Sistema BEste surgió de una controversia judicial en los Estados Unidos entre los creadores de los helados Ben & Jerry’s y la reconocida  empresa Unilever en el año 2000. Los dueños de los helados insistían en desarrollar una empresa que tuviera un propósito que fuera más alla de la parte lucrativa, que fuera sustentable con el medioambiente y la comunidad, con uso de materiales orgánicos,  amigable y transparente con sus trabajadores y donando parte importante de sus ganancias a la comunidad. Algo similar ocurrió con los dueños de una  tienda de ropa deportiva. A  Bart Houlahan y Jay Coen también les tocó vender su empresa porque no pudieron demostrar que  sus procesos productivos pudieran generar más dinero que lo ofrecido por la multinacional que los pretendía. Bart y Ben lucharon por su modelo económico y lograron que la legislación lo tuviera en cuenta en el 2006. El nombre B surge de las iniciales de sus nombres.

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