Se agrava la crisis de la deuda en Venezuela

La economía de Venezuela sigue en rojo. Por ejemplo, Pdvsa, la estatal petrolera está bajo gran incertidumbre ya que se le aproximan pagos de deuda a la banca internacional y a inversionistas extranjeros, los cuales deberá hacer para evitar cualquier cercanía con el estado de quiebra del que ya se habla.

El primero de los pagos es de US$985 millones, los cuales tienen como fecha límite el próximo viernes 27 de octubre.

A la anterior cifra se le suman US$1.200 millones que expiran seis días después, es decir, el próximo 2 de noviembre.

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Este contexto de la petrolera venezolana se da en medio del impago de US$350 millones correspondientes a intereses de su deuda, lo que magnifica su posibilidad de quedar en estado de quiebra.

Sin embargo, el periodo de gracia que se maneja en el pago de estos intereses permite que aún existan 30 días para que se ponga al día.
La crisis es tal, que los bonos de la estatal petrolera Pdvsa han caído en las bolsas internacionales, especialmente en Wall Street.

Los títulos de Pdvsa con vencimiento al 2020 disminuyeron desde los US$86,75 para negociarse entre el rango de entre US$84 y US$85. Realidad similar enfrentan los bonos correspondientes al año 2026, los cuales han caído a valores de entre US$28 y US$29,5.

De la misma manera, el informe sobre la reservas internacionales de este país tampoco muestra una cifra de aliento.

En el 2012, las reservas internacionales eran de aproximadamente US$25.000 millones, mientras que para estos días, esta medición se mueve en montos cercanos a US$10.000 millones, incluso llegando a estar por debajo de esta cuantía por primera vez en 15 años.

Ante la magnitud de esos compromisos, la oposición venezolana pidió al Gobierno una refinanciación de la deuda externa para evitar que los más de US$2.000 millones que el país tiene que pagar en vencimientos de octubre y noviembre se reúnan sacrificando importaciones y agravando la situación de escasez que vive la nación.

“Es una propuesta que lanzamos para que en este momento (..) se refinancie la deuda y no se castigue a los venezolanos” para “cumplirle a los bancos y tenedores de los bonos”, afirmó el presidente del Parlamento -en manos de la oposición-, Julio Borges.

Según algunos expertos, el Gobierno de Nicolás Maduro está acumulando divisas para pagar a costa de adjudicar dólares a los importadores privados de comida y otros productos.

El Estado venezolano tiene desde 2002 el monopolio legal en la venta de divisas. Empresarios venezolanos han denunciado no haber recibido un solo dólar del Estado desde el mes de agosto.

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Borges pidió “refinanciar la deuda para que se pueda tener dinero para comida y alimentos”, además de una reforma profunda de la economía que contribuya “al bienestar de los venezolanos”, hoy en condiciones difíciles por la escasez de alimentos y medicamentos que se percibe hace meses.

Muchos analistas consideran que si Venezuela y su petrolera incumplen los pagos de su deuda, el país podría caer en ‘default’.

El ‘default’ no es otra cosa que una cesación de pagos, la cual castigan las agencias calificadoras de riesgo.

Eso implica que a ese país se le podrían cerrar las puertas a nuevos préstamos y sus títulos podrían caer a la condición de ‘bonos basura’.

El director de la firma Ecoanalítica, Asdrubal Oliveros, advierte que, en caso de que ocurra un ‘default’, habría un riesgo de embargo por parte de otros países.