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Para usar menos efectivo es necesario bajar tarifas de bancos

Disminuir el uso del efectivo hasta su desaparición es una de las metas que siempre se han propuesto los economistas pero la cual aún tiene muchos detractores en el país.

17 de junio de 2013 Por: Elpais.com.co | Colprensa y La República

Disminuir el uso del efectivo hasta su desaparición es una de las metas que siempre se han propuesto los economistas pero la cual aún tiene muchos detractores en el país.

La desaparición del dinero en efectivo ha sido propuesta desde tiempo atrás por varios economistas, que consideran que en un futuro todas las negociaciones e intercambios monetarios podrán hacerse a través de los medios electrónicos. Ese panorama no está lejos de ser una realidad, pues en el mundo existen países que han eliminado casi por completo el uso del efectivo; sin embargo, cabe preguntarse si Colombia va por buen camino para esta transición. Con mucho interés fue recibida la propuesta de Santiago Perdomo, presidente de Colpatria, sobre disminuir la preferencia por el dinero en efectivo entre los consumidores. “Un común denominador de todas esas actividades delictivas es que se financian y se pagan con dinero en efectivo. Por este motivo, para quitarle oxígeno a la ilegalidad, quiero lanzar una propuesta con el fin de disminuir la preferencia por este medio de pago frente a otros”, dijo Perdomo durante el cierre de la Convención Bancaria, hace dos semanas. De esta manera, el argumento principal para disminuir el efectivo es la lucha contra la corrupción y las actividades ilegales como el lavado de activos. Pero, lo cierto es que no todo el que usa efectivo lo hace para delinquir por lo que a esta propuesta le empiezan a salir opositores. Uno de ellos es el presidente de Fenalco, Guillermo Botero, que califica la propuesta como un gana-pierde, en vez de un gana-gana. “La pregunta es qué tan preparada está la banca para manejar esta propuesta. En realidad, los bancos pretenden ahorrarse $400.000 millones en el manejo del efectivo, el Banco de la República ahorrarse el dinero de la emisión de billetes y que los consumidores colombianos paguemos por los pagos electrónicos, cuando con el efectivo no nos cuesta nada”. Asimismo, sostiene que “si ellos están dispuestos a hacer una profundización a fondo con reducción de costos, nosotros estaríamos totalmente de acuerdo, pero no en la fórmula en la que se propone que dice que los de salario mínimo hacia abajo no se les cobra pero los demás sí pagan y una transacción con tarjeta débito le vale al comercio 3,5%”. La realidad es que en Colombia los asalariados en cada quincena lo primero que hacen es ir al cajero más cercano y retirar todo el sueldo, dejando solo un remanente que al final es descontado por los costos de manejo de tarjeta entre otros. Esta situación se presenta porque el empleado no se puede dar el lujo de sacar el dinero en varias transacciones debido a los cobros del banco y es por esto que prefiere el efectivo. Así las cosas, los costos de servicios financieros deben ir de la mano con la eliminación del dinero corriente. Según el rector del Cesa, José Manuel Restrepo, “en la medida en que tener más dinero en el sistema financiero les da más capacidad a los bancos de préstamo, esto debe dar nuevos incentivos. Creo que la reducción de costos de transacciones se debe dar como consecuencia de la política”. Por su parte, Perdomo sostiene que “el sistema también tiene que poner, hacer unas cuentas de costo mínimo, e inclusive gratis, porque a todos nos conviene la formalidad”. Colombia frente a otros países Para Gonzalo Paláu, profesor de economía de la Universidad del Rosario, “Colombia es un país atípico en cuentas bancarias y manejo de efectivo, que se distribuyen 52% y 48%, respectivamente, y si uno mira en otros países la diferencia es mucho mayor pues hay más cuantas bancarias, lo que nos dice que debemos cambiar”. Asimismo, según las cifras presentadas por Perdomo, la preferencia de 47% por este medio de pago es alta, respecto al 30% correspondiente a su desarrollo económico, que coincide con el promedio mundial. “La meta que debemos fijarnos es reducir la preferencia por efectivo a las magnitudes que tienen por ejemplo Chile (20%), o Japón (14%), o Corea (10%), o inclusive a los mínimos a los que han llegado el Reino Unido y Suecia (5%)”, dijo el Presidente de Colpatria. Y es que son varios los países que han eliminado el efectivo de la mayoría de sus transacciones económicas. Ese es el caso de Suecia, Corea o Finlandia. Además, están países como Francia, Grecia y España, donde se han puesto límites al tamaño de las transacciones en efectivo a fin de evitar la evasión impositiva y el lavado de dinero. No se puede desconocer las ventajas que trae esta propuesta. La principal es aumentar los niveles de bancarización y terminar con impuestos financieros que hicieron que muchos colombianos dejaran de utilizar la banca. Para el especialista en banca de la Universidad de los Andes Alfredo Barragán, “la propuesta trataría de estimular la bancarización ofreciendo que quien pague a través de transacciones electrónicas no se le cobre el IVA o se le devuelve un porcentaje”. Otro de los puntos positivos es que se fomentaría el uso de medios electrónicos de pago tales como la banca móvil, internet, entre otros, que va en línea con los avances de la banca. Los principales obstáculos, según Barragán, serán el tiempo que toma hacer la transición a dinero electrónico y la informalidad del mercado. Así, la propuesta, sin tacharla de mala, empieza a tener sus peros, por lo que se abre un nuevo debate entre el sector financiero y los comerciantes. Aumento del uso de billetes en 10 años Al analizar las cifras publicadas por el Banco de la República sobre la circulación per capita de monedas y billetes, se tiene que desde 2003, es decir, una década atrás, la proporción de dinero que llevan los colombianos en efectivo es cada vez mayor. Siguiendo las cifras en 2003, la cantidad de monedas era de 42,4 por habitante mientras que a mayor de 2013 es de 88,7. En cuanto a billetes, el aumento es desde 23,2 hace 10 años a 37,3. En la actualidad hay más de $29,6 billones en poder del público.

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