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El presidente de Naturgas, Orlando Cabrales Segovia. | Foto: Especial para El País

GAS NATURAL

"Nuevos hallazgos de gas natural no impactarán tarifas": presidente de Naturgas

Orlando Cabrales, presidente de Naturgas, dice que con recientes descubrimientos en el Mar Caribe se aleja fantasma de una escasez. Proyecto de la planta regasificadora del Pacífico puede esperar, afirma.

9 de abril de 2017 Por: Alfredo García Sierra | Reportero de El País

El gas natural se ha convertido en una fuente fundamental de energía para 8,6 millones de usuarios residenciales, comerciales e industriales con una cobertura que hoy llega a 706 municipios.

Esa demanda implica, sin embargo, disponer de una mayor oferta de ese combustible para atender nuevos hogares y 500.000 vehículos que ruedan a gas, y ello solo será posible con el descubrimiento de más yacimientos.

Según el presidente de Naturgas, Orlando Cabrales Segovia, quien lidera las empresas del sector, Colombia tiene autosuficiencia de gas hasta el año 2025, pero hay que seguir explorando, sobre todo en aguas profundas del Mar Caribe donde en el último año se lograron importantes hallazgos en el campo Kronos, mediante la perforación de los pozos Kronos-1, en el 2015, y el pozo Purple Angel. Este último promete ser el más productivo.

Las inversiones estuvieron paralizadas en los dos últimos años por la crisis de precios del petróleo, lo que produjo también algunas dificultades para abastecer de gas a las plantas térmicas en pleno fenómeno de El Niño. Todo ese panorama fue analizado en el XX Congreso de Naturgas que finalizó el viernes en Cartagena.

Pasadas las dificultades del 2016, ¿qué viene para el sector del gas natural este año?

El 2016 lo terminamos con descubrimientos nuevos en las cuencas del Caribe colombiano. Básicamente, por parte de compañías como Canacol y Hocol en el campo Kronos, mediante la perforación de los pozos Kronos-1, en el 2015, y el pozo Purple Angel. También es importante el hito del año pasado al habernos conectado con los mercados internacionales del gas natural. Igualmente avanzamos en infraestructura de transporte, principalmente en la conexión de los campos del sur del Caribe con Cartagena y adicionamos alrededor de 508.000 nuevos usuarios, principalmente del sector residencial, en otras 35 cabeceras municipales.

Este año estamos programando una inversión de US$1.000 millones, de los cuales US$700 millones se destinarán a exploración y producción, esencialmente enfocadas en el tema de abastecimiento. De esos US$700 millones, unos US$650 millones serán para explorar costa afuera en la región Caribe y US$50 millones en el interior del país.

¿Por qué esas mayores inversiones en la búsqueda de gas en el mar?

La inversión que vamos a ejecutar es muy importante, porque el país nunca había tenido el hallazgo de cinco pozos en un mismo año, como lo fue en 2016 en los departamentos de Córdoba, Sucre y Atlántico. La idea es seguir explorando en el Caribe hasta la Guajira.

Además, de los US$1.000 millones para exploración, unos US$300 millones serán para el tema de transporte y distribución. Con todo ello buscamos tener al final del 2017 309.000 nuevos usuarios.
Este es el panorama del presente año, aunque debemos seguir trabajando en otras áreas como el transporte del gas natural en las principales ciudades del país.

¿Con esos planes, se podría decir que Colombia alejó el fantasma de un agotamiento de sus reservas de gas, pues las exploraciones estuvieron paralizadas?

Los análisis que hemos hecho con base en estudios recientes de la Unidad de Planeación Minero-Energética (Upme) es que la autosuficiencia la tenemos asegurada hasta el año 2025, sin todavía incorporar los nuevos descubrimientos de gas. A medida que incorporemos esos hallazgos esa fecha de autosuficiencia tenderá a desplazarse más en el tiempo. La visión hoy es esa.

¿Es factible garantizar que haya suficiente gas para atender las plantas térmicas, pues muchas enfrentaron dificultades el año pasado pues operaron con líquidos durante el fenómeno de El Niño?

Creo que tiene más sentido que las plantas térmicas pasen de utilizar líquidos a gas natural e inclusive a otras tecnologías.
La diferencia que tenemos con el año pasado, cuando vivimos un fenómeno de El Niño muy fuerte, es que durante el 2017 tenemos la capacidad de importar hasta 400.000 millones de pies cúbicos con la planta regasificadora de Cartagena. Ese gas está concebido principalmente para el sector eléctrico. Por eso hoy la situación es muy diferente a la que enfrentamos el año pasado.

Para evitar una futura escasez de gas en la Costa Pacífica y el Suroccidente del país se anunció una planta regasificadora en Buenaventura. ¿Qué tan lejano o cercano observa ese proyecto?

Pensamos que si la autosuficiencia la tenemos hacia los años 2020 y 2025, y con los datos que tenemos hoy, la posición nuestra es que no deberíamos acelerarnos con ese terminal del Pacífico.

Deberíamos tomarnos un tiempo más para mirar si se necesita, pues es una inversión importante. Si la vamos a hacer debemos estar seguros de que se necesitará. Y también esperar los resultados de las nuevas exploraciones de yacimientos y sobre todo en los dos próximos dos años para ver si es factible o no.

Si por ahora no es factible esa planta, ¿por qué no extender el actual gasoducto hasta Popayán e incluso hasta la frontera con Ecuador?


Es un tema que en algún momento se miró y sobre todo los volúmenes que había en la zona de Nariño y de Putumayo no justificaban ni hacían económicamente competitivo construir un gasoducto hasta allá. Obviamente, es un análisis que debe ser dinámico y a medida que la demanda cambie, eventualmente se podría justificar. Es más competitivo llevar el gas en camiones, como se hace hoy.

¿Es cierto que las compañías del sector no realizaron nuevas inversiones en los últimos años por falta de estímulos del Gobierno sobre todo en tarifas?


Hay una combinación de cosas y una de ellas fue la reducción del precio del petróleo que afectó la exploración de gas. Esa es una de las razones por las que vimos un decaimiento (inversionista) en los dos últimos años. Lo otro es que aquí faltan más decisiones de política por parte del Gobierno para estimular más la búsqueda de nuevos yacimientos. Si bien tenemos signos positivos, podemos hacer mucho más, pero con decisiones de política fuertes e incentivos en la reforma tributaria sobre lo cual avanzamos en algo, pero falta reglamentación.

¿Qué tanto la última reforma tributaria podrían afectar las empresas que están comprometidas en mejorar la oferta de gas, y más con un IVA del 19%?

Hay que hacer más competitiva la actividad gasífera. En la medida en que haya una afectación mayor en diversos sectores de la economía, eso también incluye al petróleo y al gas. Ahí hubo un tema importante y es que logramos parar parcialmente el impuesto al carbono que se iba a aplicar al gas natural. Por fortuna, prevaleció la sensatez y no se gravó al sector como se hizo con el diesel y la gasolina.

¿Esos nuevos desarrollos del sector podrían implicar un ajuste en las tarifas para los colombianos?

Las nuevas inversiones se realizarán dentro de la actual estructura tarifaria. En la medida en que no tengamos una baja hidrología donde las térmicas demanden mucho gas y una presión en los precios, el mensaje es de estabilidad por lo menos en este primer semestre del año.

El sector eléctrico empuja mucho las tarifas hacia arriba, pero con esta tranquilidad en hidrología más la capacidad de importar gas, no hay elementos que indiquen que habrá una presión tarifaria en este momento.

Pero muchas empresas se quejan de que esas tarifas no son rentables...


Obviamente que para poder ejecutar mayores inversiones probablemente eso tenga un impacto en cualquier momento. Pero no lo vemos así, y por ello las inversiones que estamos contemplando hoy no suponen aumentos tarifarios.

¿Hay suficientes gasoductos para transportar ese combustible y evitar que se quede atrapado en los nuevos pozos?

Se necesitan más y ahí la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) está pendiente de definir cómo remunerar esa futura actividad de transporte. Lo importante es expandir la capacidad de gasoductos por lo que esperamos las señales de la Creg para ejecutarlos.

¿Qué explica la renuencia de las ciudades de usar el gas como combustible para el transporte masivo?

Un caso típico de que cada vez más necesitamos un combustible limpio como el gas es Medellín para mejorar la calidad del aire. Este debe ser el combustible de entrada en los grandes centros urbanos, ya que se podrían reducir hasta en un 90% las emisiones contaminantes de material particulado con respecto al diesel, y en especial en los sistemas de transporte masivo de pasajeros para bajar los niveles de CO2.
Se trata de reducciones importantes y máxime que el transporte con gas natural es competitivo, pues es más económico que el diesel. Es una apuesta que debemos hacer como país para llevar este tipo de combustible al transporte público, y confiamos en algún momento abrir un espacio de trabajo con Cali.

¿Cómo lograr que más vehículos operen a gas, pues aún existen muchas prevenciones sobre su uso en los motores?


Esperamos tener este año unas 17.000 nuevas conversiones de vehículos a gas natural. Es un combustible que es más competitivo frente a la gasolina y el diesel, ya que es un 25% más económico y limpio en su combustión.

No solo debemos trabajar en la conversión de vehículos livianos, sino en los pesados y en los de transporte masivo. Es una de las grandes apuestas del sector.

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