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Los precios de la canasta familiar seguirán altos, pero no como en el 2015, dice analista

6 de enero de 2016 Por: Isaac Niño D. (*) Opinión

Desde el 2008 no se veía una inflación en Colombia cercana al 7%. El fenómeno de El Niño, la fuerte devaluación del peso, una demanda fuerte y una reacción (algo tardía para mi gusto) por parte del Banco de la República, dio como resultado la mezcla perfecta para una inflación más alta de lo usual.

Desde el mes de febrero se avizoraba que la inflación total estaría por encima del rango meta del Bamco de la República y desde el mes de agosto se desancló por completo la expectativa de una inflación controlada al llegar el indicador a 4,74%.

De lo anterior se deriva la celeridad con la cual se subió en 100 puntos básicos la tasa de interés de referencia y su continuo incremento en los meses siguientes. Incremento fuerte pero necesario en tan corto plazo, si se pretende cumplir con la tarea de controlar la inflación en el mediano plazo.

¿Qué esperar de la inflación en los próximos meses?, es la pregunta del millón.

Lo más probable es que veamos un 2016 con una inflación más baja que la del 2015, pero relativamente alta frente al promedio de los últimos 6 años (2,82%).

Mi apuesta es por una inflación alta durante el primer semestre del año debido al fuerte fenómeno de El Niño que han pronosticado afectará el país y de paso el grupo de alimentos del indicador del IPC.

Por otro lado, el incremento del 7% en el salario mínimo y la existencia de productos o servicios como el arriendo que se ajustan de forma automática por la inflación causada el año anterior, generarán presión en los grupos de vivienda, educación, salud y otros gastos, reduciendo la posibilidad de una baja inflación al cierre del 2016.

De igual forma, un lento ajuste de la demanda por parte de los consumidores y una tasa de cambio que continuará devaluándose, encareciendo los productos importados, también evitará una caída fuerte en la inflación. 

Sin embargo, la luz al final del túnel es la continua intervención del Banco de la Republica que permita un ajuste en los hábitos de consumo para la segunda mitad del año, permitiendo llegar a niveles del 5,2% para el cierre del 2016.

Deberíamos retornar a inflaciones dentro del rango del 2% al 4% para el 2017 ó 2018, a menos que se presente un brusco ajuste como en el 2009 cuando la inflación llegó al 2%, amparado en una contracción fuerte de la economía.

Esperemos que no sea así y contemos de nuevo con los buenos oficios del Banco de la Republica.

(*) asesor financiero

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