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Las tarjetas de crédito seducen cada vez más a los hogares colombianos

Miles de hogares se han hecho amigos del dinero plástico. Es una buena opción que requiere de un manejo cuidadoso.

6 de mayo de 2012 Por: Redacción de El País

Miles de hogares se han hecho amigos del dinero plástico. Es una buena opción que requiere de un manejo cuidadoso.

Comprar el televisor LCD, la lavadora, el celular y hasta un tiquete de avión con tarjeta de crédito proporcionada por un almacén o cadena comercial dejó de ser un misterio entre los hogares colombianos. Ese ‘boom’ del consumo les llegó por esa vía a miles de familias especialmente entre aquellas, cuyos miembros no eran sujetos de crédito por parte de los bancos debido a sus bajos ingresos y pocas garantías.Ha sido tal el crecimiento del mercado del dinero plástico, que hoy unos 5,5 millones de colombianos manejan ese medio de pago para realizar sus compras.Sin embargo, las cifras van más allá, ya que la propia Superintendencia Financiera reportó 9,5 millones de tarjetas en circulación a febrero del 2012, un 16% más que en 2011.Buena parte de esas tarjetas son de marca propia, es decir, plásticos emitidos por grandes jugadores del sector mercantil como Éxito, Falabella, Almacenes La 14, Carrefour y Olímpica. En esa competencia también están Fedco, La Riviera, Spring Step, AlKosto y La Polar, entre otras. Algunas de esas marcas tienen alianzas con franquicias de Visa y MasterCard.Sólo entre septiembre del 2010 y septiembre del 2011, otras 430.208 personas se hicieron fácilmente y sin mayores trámites a una tarjeta de crédito.Hasta la Asociación Bancaria, que es el principal gremio de ese sector, admite que la penetración financiera ha crecido de tal manera, que el 63,1% de la población ya está bancarizada. En 2010 era el 58%.El mejoramiento del panorama económico y del empleo ha contribuido en gran medida a ese auge y también por las perspectivas de los Tratados de Libre Comercio, TLC, y sus beneficios para los consumidores.Inclusión financieraSegún Rafael España, jefe de estudios económicos de la Federación Nacional de Comerciates, Fenalco, “los grandes almacenes se han venido transformando en un modelo clave para bancarizar a más colombianos que antes no tenían trayectoria crediticia, lo que les ha mejorado su calidad de vida”.En concepto del economista, “este segmento del consumo es un mar de oportunidades para el comercio y la misma banca. Llegar a los pobres por este medio sí es importante para lograr un impacto social y económico”. De hecho, firmas como el Grupo Éxito, han tenido un fuerte crecimiento en ese mercado. Hoy, esa red cuenta con 1,6 millones de clientes —la mayor del país— con su propio modelo de tarjeta de crédito administrada por la compañía de financiamiento comercial, Tuya S.A.La presidenta de Tuya S.A, Marta Jaramillo Arango, afirma que esa expansión ha obedecido a que “la inclusión financiera ha sido el mayor compromiso de la marca”, especialmente entre personas de los estratos populares de la población. “Cerca del 60% de nuestros clientes han obtenido su primera experiencia de crédito a través de una tarjeta Éxito, ya que un gran número de ellos reciben ingresos mensuales equivalentes a un salario mínimo”, señala.Otro de los jugadores que ha ganado terreno a pasos agigantados ha sido la cadena chilena Falabella. Sus tarjetahabientes bordean hoy los 800.000 y siguen en ascenso en este año, a pesar de que su fortaleza no es el segmento de los alimentos. Carrefour en alianza con Multibanca Colpatria es otro duro competidor con unos 600.000 clientes que compran todo tipo de bienes con tarjeta de crédito en su red de tiendas por todo el país.De acuerdo con Camilo Herrera, presidente de la firma de investigaciones, Raddar, “estos esquemas (el de las tarjetas de crédito populares) han sido muy útiles porque aumentan la penetración bancaria, formalizan el mercado y reducen los costos de transacción para los hogares”. ¿Qué compran los hogares?El analista Rafael España asegura que hoy el segmento de los viajes y los planes turísticos se está imponiendo, ya que ocupa el 50% de las compras de los hogares con tarjeta. Un 30% corresponde a vestuario y el resto a bienes durables y tecnológicos.Entretanto, el investigador Camilo Herrera señala que “con tarjeta de crédito se compra de todo. Las cuotas son las que definen el tipo de bien a adquirir. El mercado, por ejemplo, se paga a una cuota, la ropa a seis meses y los electrodomésticos a 12 meses”.Sin embargo, España estima que las compras de alimentos no son aconsejables con este medio de pago en función de su costo de financiación.Según el reporte de la Superfinanciera a febrero del 2012, los colombianos realizaron 9,9 milones de transacciones con tarjetas de crédito e hicieron compras por $1,83 billones, toda una cifra récord. El gancho comercial El principal gancho de los almacenes son los descuentos permanentes que ofrecen con dinero plástico como medio de pago. Muchas rebajas oscilan entre el 20% y el 40%, si se adquieren ciertos artículos a 12, 24 ó 36 meses de plazo, pero sólo con la tarjeta de la marca. Otro beneficio es que los clientes al utilizar el plástico acumulan puntos para obtener premios, participar en sorteos y descuentos adicionales en determinados productos y temporadas cada año. Es una modalidad muy aceptada por los hogares.Los estratos populares son quizás los que más se benefician con los descuentos de almacén. Y además es su manera de vincularse a la banca formal. De allí que personas, como José Mejía, un padre de familia caleño —cuyo salario no supera los $700.000 mensuales— lleve en su billetera el plástico de una conocida cadena. Dice que siempre lo utiliza para comprar electrodomésticos y ropa para sus hijos. “Es una ventaja tener este medio de pago por las facilidades y ventajas que otorga el almacén”, señala.Ante esta nueva realidad del consumo, la tarjeta de crédito se ha convertido en un instrumento de financiación en muchos hogares, siempre y cuando su manejo sea adecuado, aún en tiempos de bonanza.

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