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La encrucijada que define el ajuste de salarios para el 2016

Analistas estiman que alza del mínimo no debe superar el 7%. Están en juego el empleo y el riesgo de más inflación.

21 de diciembre de 2015 Por: Redacción de El País

Analistas estiman que alza del mínimo no debe superar el 7%. Están en juego el empleo y el riesgo de más inflación.

El actual retroceso económico, caracterizado por una inflación acumulada que en noviembre pasado llegó al 6,11%, una cifra que pocos esperaban, tiene en una verdadera encrucijada los reajustes salariales del  2016 para millones de colombianos.

El asunto no es nada fácil de resolver ni enfrentar, ya que está en juego el futuro del nuevo empleo. 

Y menos en momentos en que empresarios, sindicatos y el Gobierno están enfrascados en la negociación del salario mínimo, cuyo incremento siempre es el referente para el resto de todos los salarios que se pagan en el mercado laboral.

Las propuestas de alza van desde un 6,8% —hecha por los gremios— hasta un 10% planteada por las centrales obreras. E incluso, ya algunos dirigentes gremiales como el presidente de  la Asociación Nacional de Empresarios, Andi, Bruce Mac Master, admiten que un  aumento del 7% es probable y no riesgoso.

Sin embargo, superar esa cifra podría ser contraproducente, sobre todo por las presiones que tendría sobre el índice de precios al consumidor. 

Y más, cuando no se ha superado el fenómeno de El Niño y el dólar sigue escalando hacia los $3500, lo que supondrá una mayor carestía en el valor de materias primas e insumos importados para las empresas y factorías.

“El ajuste del salario mínimo debería estar pegado a la inflación causada este año (que sería del 6,5%), pues un aumento adicional, aunque parezca un mayor beneficio para los trabajadores, se podría traducir en mayor desempleo y más presiones inflacionarias”, considera  Mauricio Reina, investigador de Fedesarrollo. 

“Un ajuste del 7% es el máximo posible   que reconocería la inflación causada y daría dos décimas adicionales, que no es ninguna maravilla para los trabajadores, pero es positivo”, dijo el economista. 

En ello coincide Daniel Velandia, director económico de Credicorp Capital, quien apunta que “una cosa es cuando hay un contexto económico mejor y otra cuando la inflación acosa y hay expectativas de un mayor desempleo en el país”.

Por tal motivo, anota, un ajuste salarial por encima de la inflación causada sería nocivo para el país.

Hoy, 1,5 millones de colombianos devengan un salario mínimo de $644.350, el cual tuvo un alza del 4,6% en este año, pero que ya absorbió de lejos  la inflación. 

Frente al dilema sobre cuánto deben subir el resto de los salarios, el economista Julio Escobar recalca que “si el ajuste del mínimo supera el 7%, eso obligaría a las empresas —pese al menor crecimiento económico—  a elevar de inmediato los precios de productos y servicios para enfrentar los mayores costos de nóminas”.

Por su parte, el presidente de la Sociedad de Agricultores, Rafael Mejía, quien forma parte del equipo negociador, dice que “una propuesta de alza del 10% es explosiva teniendo en cuenta la situación económica del país”.

Además de la inflación otro aspecto clave es que la economía en el 2016 no crecería más allá del 3%. De hecho, hoy la industria y la construcción están creciendo a tasas de 2,5% y 0,8%, inferiores a las del 2014. Solo el comercio presentó un aumento del 4,8% en el tercer trimestre.

Hasta los sindicatos y centrales obreras reconocen que la situación económica actual no es muy ventajosa para aspirar a incrementos salariales  demasiado altos. 

Por ejemplo, Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General de Trabajadores, CGT, señala que “la coyuntura es compleja, porque no será lo mismo negociar con una inflación del 2% o 3% y no con una del 6%, como sucederá en 2015.

Así las cosas, todo apunta que el 2016 no será un año de grandes ajustes en los sueldos de millones de colombianos, aunque la inflación sigue asustando a una economía que crecerá menos, pues se le esfumó la renta petrolera.

Ojo con la creación de empleo

Colombia viene en los últimos 20 meses registrando un descenso del desempleo hacia cifras de un dígito, pero ese comportamiento está amenazado. En el 2010 había cifras del 10,2% y 11%.

Los riesgos son latentes, ya que en octubre pasado el índice de desocupación fue de 8,2%, superior al 7,9% de igual mes del 2014, lo que puso en alerta al Gobierno.

De hecho, los analistas en sus perspectivas del 2016 ponen de presente que el desempleo podría aumentar entre 0,2% y 0,3%.

Ante tal circunstancia, el  ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, señala que “el próximo ajuste salarial debe ser prudente, pero sin afectar el poder adquisitivo de las familias”.

Recalca que con un crecimiento económico del 4% las cosas eran distintas. “Ahora con una proyección del 3%, no vamos a poder seguir generando los mismos empleos”, dice el funcionario.

En otras palabras, en el 2016 podría haber más colombianos sin trabajo, o sumergidos en la informalidad o  ‘rebusque’.

En ese mismo sentido, Gabriel Velasco, gerente de la Asociación Nacional de Empresarios, Andi, seccional Valle, sostiene que “hay que reconocerle a los trabajadores los ajustes de ley, pero sin que se conviertan en onerosos para la industria, y sobre todo para el empleo”.

“Hay que ser cuidadosos en este aspecto para el 2016, teniendo en cuenta que la industria debe seguir generando empleo, aunque no con la misma velocidad de antes”, dice el dirigente.

 Otros como el presidente de Fenalco, Guillermo Botero, sostienen que “el palo no está para cucharas y los indicadores que han entregado las entidades del Estado sobre productividad, inflación y crecimiento económico no son positivos”.

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