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“La caficultura ya llegó al umbral del dolor por la revaluación”: Fedecafé

Luis Genaro Muñoz, gerente de la Federación de Cafeteros, pide al Banrepública comprar más dólares. Colombia estudia vender el grano por fuera de las bolsas.

8 de julio de 2012 Por: Alfredo García Sierra | Reportero de El País

Luis Genaro Muñoz, gerente de la Federación de Cafeteros, pide al Banrepública comprar más dólares. Colombia estudia vender el grano por fuera de las bolsas.

Si hay algo que preocupa hoy a los cafeteros, que están luchando por rescatar sus viejos niveles productivos, es la revaluación. Es decir, el desplome del dólar frente al peso, lo cual le está restando competitividad a sus exportaciones. La fuerte llegada de capital extranjero a Colombia —que aunque es positiva para la economía— también tiene su lado negativo, ya que la abundancia de dólares no deja reaccionar la tasa de cambio. Estos y otros problemas, son según el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, el principal dolor de cabeza de ese sector del cual viven 500.000 familias.A esta altura del 2012, cuál la realidad cafetera colombiana, pues todo apunta a que no es muy buena...Estamos bastante animados. No solamente en teoría, sino por los números. El año pasado hicimos una renovación de cafetales récord e histórica de 120.000 hectáreas. Este año, a junio 30 van 52.000 hectáreas renovadas, que si las comparamos con igual mes del 2011, es un 10% adicional. Es decir, que en este año vamos a estar en el mismo nivel del 2011 de las 120.000 hectáreas de cafetales renovados. Eso significa tener plantaciones con mejores especificaciones técnicas en un promedio de 6.000 árboles por hectárea en variedades resistentes a la roya, que surge por excesos de humedad como nos ocurrió en los últimos inviernos. En cuatro años tendremos renovado el parque cafetero.¿Pero cómo rescatar los niveles de producción de 11 y 12 millones de sacos anuales que hubo en el pasado? En los últimos tres meses hemos sentido por fin un alivio, ya que las condiciones climáticas han cambiado radicalmente. Por eso la producción del grano en mayo fue superior en un 8% frente a igual mes del 2011, mientras en junio aumentó en 50%. Ello confirma la tesis de que la producción avanzará hacia los 8 millones de sacos, e incluso se podrá superar esa meta este año. ¿Eso significa que habrá que esperar más para ver una recuperación?La renovación hay que esperarla y la estructura se debe cambiar. De allí que estemos evaluando en el campo lo que sucederá en el segundo semestre del 2012. Eso a largo plazo significa que en el 2013 sin duda alguna estaremos entre 10 y 11 millones de sacos, ya que tenemos la mitad del parque cafetero renovado. Hoy, Colombia tiene 300.000 hectáreas de cafetales renovados que van a entrar pronto en plena producción. Con base en ello puedo decir que el aumento de la producción ya empezó, pues en el 2013 la situación será aún más dinámica. ¿Qué explica que paises como Vietnam, que no eran grandes cafeteros, ya son potencias en ese campo, mientras Colombia ha retrocedido?El crecimiento del parque cafetero implica que Colombia hacia los años 2015 y 2018, debe estar alrededor de los 15 o 18 millones de sacos de grano en producción. Habrá que ver en qué lugar quedamos, si por encima o no de Vietnam en el ranking de café producido. Uno puede producir mucho y perder mucho. O especializarse y hacer margenes interesantes que tengan sentido para las familias cafeteras y hagan de esa actividad un sector sostenible. Brasil —aunque es el mayor productor de café en el mundo— es una de nuestras metas de mercado, ya que hoy es el segundo consumidor y puede convertirse en el primero en pocos años.¿Las condiciones cambiarias actuales si favorecen las exportaciones aún en medio de una fuerte revaluación y la crisis de los mercados?Usted toca un tema especialmente complejo. Lo que sí hemos aprendido de la crisis en Europa y en Estados Unidos, es que el mundo se volvió completamente volátil. Y no hablamos de café, sino de otros productos como el petróleo, el azúcar y el cacao, que suben y bajan de precio todos los días. Hay que ponerse el reto si seguimos vendiendo como tradicionalmente se ha hecho, a través de las bolsas, o deben fortalecerse las negociaciones directas con margenes más estables entre productores y tostadores. Es un tema que estamos mirando con mucho detenimiento con los grandes clientes de Colombia, para buscar la forma de protegernos frente a la revaluación del peso. Hay que ver cómo se pueden estructurar mecanismos de protección de precios y nuevas estrategias que nos puedan cubrir de la fortaleza del peso.¿Ese cambio de estrategia comercial es porque ya se llegó al ‘umbral de dolor’ en la caficultura colombiana? Ya hemos llegado a umbrales de dolor muy duros. Primero, porque los precios internacionales cayeron especialmente en los primeros meses del año, aunque en los últimos días han vuelto a repuntar, llegando a cotizaciones superiores a los US$2 por libra. Pero si observamos la revaluación de este año, ha sido de ocho puntos más frente a la tasa de cambio que había al 31 de diciembre del 2011. Y en segundo lugar, si contamos 24 meses hacia atrás, tenemos una revaluación del 40%. La tasa de cambio es fundamental en la conformación del precio interno. Debido a que la cotización internacional ha bajado, la carga llegó la semana pasada a $550.000, un valor muy complicado de mantener en la caficultura, porque impone márgenes negativos. El Gobierno ha sugerido al Banco de la República que actúe con mayor dinamismo en el mercado a la hora de comprar divisas para que se defina de verdad un tipo de cambio que no le quite más competitividad a la Colombia exportadora.¿En otras palabras, las políticas cambiarias del Banco de la República no le han servido a los caficultores?Hay que tener una reflexión profunda sobre el tema. Creo —como ha funcionado en otras economías—, que las compras de divisas deben ser mucho más agresivas, y funcionan, y no como lo ha hecho Colombia. Basta mirar, por ejemplo, al Brasil que aumentó fuertemente las compras con las cuales ha protegido de la revaluación a sus productores. Hay que aprender, y por eso el Banco de la República está más que invitado a revisar sus tasas de interés y a intervenir más en el mercado cambiario.¿Fuera de la revaluación, qué le preocupa frente a la suerte del sector?Mi gran preocupación en este momento es el de acabar de renovar los cafetales y controlar la roya, ya que bajamos de un nivel de infestación del 44% en el 2009 a sólo el 8% en este año que es muy controlable. El panorama es alentador, pero aquí hay que preocuparse mucho es por la revaluación del peso. Ese va a ser el dolor de cabeza de la agricultura y de la caficultura en la medida en que el país siga explotando sus recursos naturales no renovables. Se nos puede venir un agravamiento de los primeros síntomas de la enfermedad holandesa. En el país vamos a tener que reflexionar mucho no solamente desde el sector cafetero, sino desde el Gobierno y las autoridades monetarias sobre cómo vamos a proteger los sectores que se vean afectados por una revaluación aún más fuerte. Ese es el verdadero dolor de cabeza cafetero. Ese el meollo del asunto, y el principal reto que tienen la agricultura y la caficultura de enfrentar un proceso de revaluación tan fuerte como el de hoy.¿Hay que aplicar ya un revolcón cambiario?Sin duda alguna. Por eso nos alentó mucho el discurso del presidente Santos en los 85 años de la Federación, cuando nos contó de su reunión con algunos miembros de la Junta Directiva del Banco de la República. Su mensaje fue claramente de pedirles un esfuerzo para intervenir rápidamente y con mayor agresividad las compras de divisas. Es trazar una línea y una senda que nos aliente, pero habrá que revisar esa y otras medidas complementarias porque aquí hay esfuerzos de los cultivadores al aumentar su productividad, del Gobierno de tener su balanza comercial equilibrada y de autoridades monetarias que han tomado acciones que han sido exitosas en otras economías y que le convienen al país.

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