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Informe exclusivo: males que aquejan a la caficultura en Colombia

La baja productividad, la revaluación, la caída en precios internacionales y los altos costos de producción tienen en jaque a la cafeteros.

2 de marzo de 2013 Por: Redacción de El País

La baja productividad, la revaluación, la caída en precios internacionales y los altos costos de producción tienen en jaque a la cafeteros.

El trago amargo que han tenido que pasar los cafeteros del país no es un problema de hoy. La caficultura nacional viene en retroceso y eso se refleja tanto en la producción como en el aporte a la economía nacional. Un estudio del Banco de la República muestra que entre los años 1989 y 2011, Colombia perdió 7 puntos porcentuales de su participación en la producción mundial del grano. Nuestro país llegó a participar con el 16 % del total de la producción y para el 2011 se llegó al 6,25 %. Esto se dio mientras otros productores ganaron espacio como Brasil, Vietnam, Indonesia e incluso los países centroamericanos.Asimismo indica la investigación, que el aporte del sector al crecimiento de la economía apenas fue de 0,6 % en el 2011, cuando años atrás llegaba al 3 %. La producción bajó de un máximo de 16 millones de sacos de 60 kilos a 7,7 millones de sacos, en el 2012.Principales malesLos caficultores y analistas consideran que son cuatro los males que más aquejan al sector: la baja productividad, los altos costos de producción, la baja en los precios y la revaluación. Carlos Ignacio Rojas, gerente de Asoexport, entidad que agremia a los exportadores, considera que el problema de la caficultura es estructural y parte de la pérdida de productividad. “A finales de los noventa se tuvieron precios muy malos, eso llevó a que muchos cultivadores no tuvieran plata para fertilizar, renovar y otros se salieron de este cultivo. Esa falta de inversión llevó a que se fuera envejeciendo la caficultura colombiana y la productividad cayó”, afirma.Por ejemplo, en el 2002 se producían 13,4 sacos de 60 kilogramos por una hectárea; en 2012 se obtuvieron en promedio 8,4 sacos por hectárea. “Revertir esta caída es difícil y costoso. Mientras tanto países como Costa Rica, Honduras y Guatemala doblan la productividad del país” afirma.Según la Federación Nacional de Cafeteros, en los últimos cinco años se han renovado 400.000 hectáreas de café, sin embargo, a la fecha estos cultivos no están en plena producción.Los costos aumentanJaime González, caficultor de Caicedonia, explica que la arroba de café se vende hoy en promedio en $53.000, cuando producirla cuesta $70.000. “Lo que más pesa en la estructura de costos es la mano de obra que podría ser más del 30 %. A esto se une el valor de los fertilizantes como la urea, potasio o fósforos, cuyos precios internacionales han aumentado”, dice. Para el analista Eduardo Sarmiento, el país no se preparó para cambiar la estructura cafetera. “En 1989 terminó el acuerdo mundial del café que fijaba precios en condiciones favorables. Eso culminó y el país quedó sometido a la competencia, es decir, a la oferta y demanda”. Agrega que el país tiene un inadecuado manejo de los costos del café, lo que hizo que los competidores internacionales lo desplazaran. “Hoy en día es el quinto productor mundial, cuando llegó a ser el segundo”, afirma Sarmiento.Precios a la bajaEn el 2012, el precio interno del café cayó 45 %, pasando de $913.000 por carga de 125 kilogramos al inicio de ese año a $520.000 en febrero de 2013. Es decir, que se le está pagando menos al productor cafetero, cuando ellos argumentan que los costos están en $650.000. La Federación Nacional de Cafeteros explica que este comportamiento se genera por la caída en la cotización internacional de café que en Nueva York se vende hoy a US$1,4 por libra, cuando se llegó a cotizar hace un año en US$2,5 por libra. Cálculos de Federacafé indican que en el último año los ingresos de la cosecha cafetera bajaron $1,5 billones, al pasar de $4,9 billones en 2011 a $3,4 billones el año pasado, como efecto de la apreciación del peso colombiano.Héctor Fabio Ramos, docente de la Universidad Nacional en Palmira, dice que la sobreproducción mundial de café y la devaluación van en detrimento de los precios y hace que la caficultura se convierta en un negocio inviable.Asimismo, el analista Eduardo Sarmiento ratifica que la revaluación ha colocado a la caficultura en situación de insolvencia. “Costos altos y menores ingresos eso lleva a la quiebra a cualquiera”. Algunos dicen que la Federación de Cafeteros y el Gobierno no vieron lo que se avecinaba y ahora pasan el sorbo amargo de la crisis cafetera.PropuestasAlgunos analistas y cafeteros plantean las siguientes soluciones como salidas futuras para el sector:Modernización de las instituciones cafeteras, adaptarlas a la globalización.Seguir la renovación para lograr mayor productividad.Aprovechar los nichos de mercado con cafés especiales. Colombia es aún el primer productor mundial en café suaves.Experimentar con nuevas variedades que sean más productivas.Reestructurar las políticas de la Federación Nacional de Cafeteros y del Gobierno.Parte I: tragedias detrás de la crisis del café en ColombiaParte III: cafeteros colombianos, con más de $2 billones en deudas

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