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Estos son los cinco males que vive el sector cafetero en Colombia

Los males que atacan al renglón son estructurales y sus soluciones van más allá de retornar a cosechas de dos dígitos o de subsidios del Gobierno.

25 de febrero de 2013 Por: Elpaís.com.co | Colprensa

Los males que atacan al renglón son estructurales y sus soluciones van más allá de retornar a cosechas de dos dígitos o de subsidios del Gobierno.

La actual crisis del sector cafetero, la peor en cerca de 40 años, hace rato dejó de ser un tema coyuntural y, únicamente, de baja producción o de revaluación. Los males que atacan al renglón son estructurales y sus soluciones van más allá de retornar a cosechas de dos dígitos o de subsidios del Gobierno. Estos pasan, según analistas económicos consultados, por la baja productividad por hectárea, falta de innovación, una institucionalidad que debe migrar al libre mercado y problemas graves en falta de empresarismo y en relevos generacionales. Unos temas que sin duda deberá revisar y analizar la comisión de expertos que anunció el presidente Santos para el sector. “La recuperación de la caficultura requiere repensar la institucionalidad cafetera inclinándose más por un modelo de libre mercado. Se está en mora de separar la regulación y supervisión en cabeza de la Federación Nacional de Cafeteros”, señala el presidente de Anif, Sergio Clavijo en sus análisis sobre el sector. Eduardo Sarmiento, director de Centro de Investigaciones Económicas de la Escuela de Ingeniería Julio Garavito, agrega que a la crisis se le ha puesto como protagonista la revaluación que, si bien juega un papel central por ser un sector transable de la economía, no constituye el problema de fondo. Para el directivo la razón es que la productividad ha evolucionado lentamente con relación a los costos. “Todo lo que se ha hecho de renovación no ha dado lugar a aumentos importantes de productividad, mientras los costos de producción sí se han mantenido elevados, de manera que hoy en día producir café en Colombia es tres veces más caro que en Vietnam”, señaló Sarmiento. El resultado, sumado lo coyuntural más lo estructural, es una crisis sin precedentes, que hizo volver a los cafeteros a las marchas y a las protestas, como la de hoy, cuando se inicia un paro nacional cafetero. Baja productividad por hectárea Es citado como el mayor problema de la caficultura. Mientras en el país la productividad promedio oscila entre 6 y 9 cargas por hectárea, en Brasil es de 25 y en Costa Rica 14. Esto hace costosa la actividad y poco rentable. Es para muchos el comienzo de los males porque se empieza a depender de subsidios del Gobierno. El gremio ha trabajado en aumentar las áreas resistentes a roya y los árboles sembrados por hectárea. Institucionalidad rezagada Con ello coinciden expertos consultados. Consideran que la institucionalidad, cuestionada por sobrerregular el mercado e impedir la libre competencia, debe adaptarse a las nuevas condiciones y eso supone mayor flexibilidad. Consideran que la comercialización es muy regulada. En este aspecto la Federacafé ha dicho que los controles buscan garantizar, ante el mercado, la caracterización de café suave. Poca innovación gremial y comercial La falta de transformación institucional e innovación para entrar a nuevos mercados ha sido catalogado como el gran vacío de la de la Federación Nacional de Cafeteros. Para analistas, hay un rezago en materia de comercialización y ha faltado, a juicio de algunos, estimular a los cultivadores para que entren a mercados con valor o a eslabones más avanzados de la cadena. Desde hace 10 años se ha hecho énfasis en cafés especiales. No hay relevo generacional El tema lo tiene hace rato identificado la Federación Nacional de Cafeteros y el asunto pasa porque la edad promedio en la caficultura es de 55 años. La problemática radica en que el sector no estaría recibiendo lo que aportan las nuevas generaciones en términos de conocimiento y no se garantizaría la permanencia del renglón. El gremio ha venido trabajando en programas para incentivar los jóvenes rurales. El café carece de empresarismo De la migración del caficultor hacia la empresarismo depende que los cultivadores de café del país se adapten al contexto internacional. Según analistas el capital humano sigue siendo débil porque falta más formación y los cafeteros, con algunas excepciones que han sido exitosas, en su mayoría no son empresarios. Sigue habiendo problemas de baja escolaridad. Esto ha redundado, entre otros aspectos, según los académicos, en la baja productividad y rentabilidad que hoy presenta el sector cafetero nacional.

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