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“El Valle tiene nuevos negocios crecientes”

La pérdida de capital humano y el fenómeno del narcotráfico han afectado la competitividad del Valle del Cauca, según Rafael Robledo, gerente de Romarco S.A.

28 de julio de 2014 Por: Rafael Robledo M., gerente general de Romarco S.A.

La pérdida de capital humano y el fenómeno del narcotráfico han afectado la competitividad del Valle del Cauca, según Rafael Robledo, gerente de Romarco S.A.

En 1980, los ingenieros santandereanos Germán Robledo y Eduardo Marmolejo crearon Romarco S.A., empresa de remolques y semirremolques para atender la demanda de la industria azucarera, en auge entonces.Hoy está posicionada como firma líder en el diseño y fabricación de equipos de transporte de carga especializados, como cemento, bebidas, alimentos, químicos, líquidos inflamables, petróleo, dice el actual gerente general, Rafael Robledo, segunda generación de uno de los socios fundadores.El joven empresario considera que el Valle del Cauca ha perdido mucha competitividad, en especial por el narcotráfico. O por la pérdida de capital humano por muchas multinacionales que se fueron, las que cerraron o desplazaron sus equipos administrativos hacia Bogotá por seguridad.“La sociedad se ha vuelto muy permisiva con las actitudes profesionales de la gente y eso se traduce en pérdida de competitividad. Los niños ya no pierden el año en el colegio. O se habla de acoso laboral si se exige hacer el trabajo bien”, comenta.Por ello cree que hay que tener presente que ya competimos con el mundo, con los Tratados de Libre Comercio firmados con muchos países y una presión muy fuerte de lo que produce China.Para superar esa falencia, dice, urge hacer cambios dramáticos desde la formación de familia y escolar. “En competitividad hemos perdido una generación. Eso implica que nos tocará hacer cambios, y si los pudiéramos hacer en los próximos cuatro años, pasarían 15 o 20 años antes de ver niveles altos de competitividad”.Igualmente piensa que a los vallecaucanos les falta ser más unidos para sacar adelante proyectos y le sorprende que la vía Mulaló - Loboguerrero se enrede por falta de acuerdos con las comunidades. Asegura que no se deben pisotear los intereses de estas, ni irrespetar sus temas ancestrales y culturales, pero debe haber prioridades. “Si nos oponemos a algo tan simple como una carretera que acorta la distancia Cali-Buenaventura en 52 kms., no todos estamos sintonizados o pensando en lo mismo”, opina. Ese casi 50 % de recorrido, impacta en combustible, fletes, llantas, tiempos, eso beneficiaría a Yumbo, Palmira, Cali, el Suroccidente del país y mejoraría la competitividad.También plantea que “falta mucho liderazgo de la Gobernación para unir a los alcaldes y generar un desarrollo común. Es la realidad porque la industria ya no está en Cali, sino en Palmira, Yumbo, Jamundí, Buga. Cali se está quedando con servicios y no podemos seguir pensando cómo desarrollar ventajas para Cali. El Valle del Cauca debe pensar como Departamento porque es una región de ciudades intermedias. Los alcaldes deberían conformar una unión y, con la Gobernación, hacer planes de desarrollo conjuntos para atraer la industria”.Por eso cuestiona un análisis de competitividad sobre los clústeres, que no incluye nada, por ejemplo, de la industria azucarera y las líneas de negocio que han surgido alrededor de ese sector: confitería, galletería, diseño y fabricación de maquinaria para los ingenios, plantas de cogeneración de energía, biocombustibles, etanol, etc.“Nadie ha visto el tema de la cogeneración de energía porque las plantas están dentro de los ingenios, pero eso beneficia al país porque se deja de exigir al sistema de interconectado nacional que genere más energía porque los ingenios están generando buena parte de la que consumen. La construcción de plantas para biocombustibles también se hace aquí. Hay toda una integración alrededor de ese sector, pero hay que ver el Valle como región porque no hay un solo ingenio en la ciudad de Cali, todos están por fuera de ella”, indica.“Sí se han desarrollado nuevos clúster, no los desconozco, pero nos falta visión para comprender que hay una gama grande de negocios industriales crecientes que están interconectados”, agrega.La educación en universidades e institutos tecnológicos, dice, debe orientarse a la formación técnica según las necesidades de la región, como metalmecánica, salud, alimentos. “Hemos tenido serios problemas al tratar de aumentar nuestra planta de personal, porque los soldadores no dan los niveles de exigencia para tener una calidad que nos permita competir con productos importados de Estados Unidos”, concluye.

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