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El Valle del Cauca es constructor de paz y cultivador de empleo

Comité de Cafeteros del Valle del Cauca, con el apoyo internacional, desarrolló una proyecto que permitió el regreso de 470 familias desplazadas de la violencia que regresaron a sus tierras y renovaron sus cultivos.

3 de septiembre de 2011 Por: Redacción de El País

Comité de Cafeteros del Valle del Cauca, con el apoyo internacional, desarrolló una proyecto que permitió el regreso de 470 familias desplazadas de la violencia que regresaron a sus tierras y renovaron sus cultivos.

El Valle del Cauca no es sólo un motor de la economía regional, también es un ‘constructor’ de paz y un ‘cultivador’ de empleo.Las 470 familias cafeteras de zonas rurales de 27 municipios del Departamento dan fe de ello y lo constatan a través del premio “Emprender paz: una propuesta empresarial 2011” que recibieron la noche del jueves en Bogotá.Por los problemas de violencia que sufrieron en sus parcelas debieron abandonar sus tierras, pero gracias a una iniciativa del Comité de Cafeteros del Valle del Cauca con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) regresaron a sus tierras, renovaron sus cultivos y hoy viven de lo que cosechan.Todo ello lo lograron a través de un proyecto que les permitió recuperar sus condiciones socioeconómicas en el que trabajaron de la mano con el Comité de Cafeteros y los otros organismos por espacio de un año.Esa labor social le valió al programa el premio Emprender Paz, iniciativa creada por varios organismos internacionales y empresas colombianas.Esas 470 familias pudieron mejorar sus ingresos y la calidad de vida de los productores cafeteros, al igual que el mantenimiento de bienes comunitarios como las vías terciarias o rurales en la región. Las beneficiarias son, en su mayoría, familias que retornaron a sus tierras después de ser desplazadas por causa de la violencia. Todas habitan en zonas rurales de Ansermanuevo, Obando, Sevilla, Caicedonia, Trujillo, Ginebra, Cartago, La Cumbre, El Dovio, Riofrío, Bugalagrande, El Cairo, Tuluá, Buga, Alcalá, Ulloa, Restrepo, El Águila, Dagua, Argelia, Pradera, Jamundí, Versalles, La Unión, Calima, Vijes y Yotoco.Así se realizó el proyectoEl Comité de Cafeteros lo lideró y lo puso en marcha con el ánimo de que las personas desplazadas volvieran a sus parcelas y reiniciaran sus vidas en el campo. El trabajo comenzó a mediados del 2010. Las familias recibieron capacitación agro-empresarial y ambiental desde el mes de agosto para la siembra y el manejo eficiente de la producción en sus fincas, cuya área total equivale a más de 300 hectáreas.Entre los resultados del proyecto se destaca el incremento de los ingresos de las familias beneficiadas, que antes devengaban un promedio de $400.000 mensuales y actualmente reciben ingresos cercanos a $900.000.Otra alternativa de generación de ingresos ha sido la vinculación laboral de 200 jefes de hogar en programas de mejoramiento y mantenimiento de las vías de acceso a sus municipios con un salario mínimo mensual y prestaciones sociales.Gracias a la participación del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), las personas que se han integrado a estas labores, conocidos como ‘camineros’, se capacitaron en rocería, limpieza de cunetas, alcantarillas, remoción de derrumbes y baches. La labor de los ‘camineros’ se complementa con el trabajo conjunto de 120 familias a través de ‘mingas comunitarias’ para restaurar infraestructura social, como escuelas, centros de salud, vías y parques. El premio Emprender Paz fue recibido por Liliana María Gallego Loaiza y Diana Rivera Cañas, provenientes de la zona rural del municipio de Trujillo. La dos sufrieron la pérdida de sus familias, pero hoy ya están de regreso, generando empleo, cultivando la tierra y sembrando futuro.

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